♥ ; 𝒯 de temor

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Hendery y Ten no se fueron como lo había dicho el primero, se quedaron al ver como Jaemin se derrumbaba por la partida tan fría de Jeno.

De eso ya llevaba una semana y no había rastro del pelinegro, por consiguiente Jaemin no dormía bien, no se alimentaba como debía, lloraba la mayor parte del tiempo. No dejo de asistir a clases con la esperanza de encontrar a Jeno en el salón pero nada, es como si se lo hubiera tragado la tierra.

–A ver ñanguito, ya cambia de actitud y ponte a pensar ¿Por qué él se fue? ¿Qué le dijiste?

–Ten, no lo molestes.

Jaemin no se aguanto y les contó todo, literalmente todo, desde que se conocieron hasta el día que lo vieron irse.

–Desde el momento en que te pidió perdón repetidas veces en aquella carta era para que te dieras cuenta de lo muerto de amor que está por ti– le comentó Ten mientras acariciaba su espalda tratando de darle consuelo.

Esa misma noche salió a dar un paseo por la cuadra, necesitaba despejarse, un segundo más en el departamento sin Jeno lo volvería mas loco.

Camino tranquilamente a lo largo de la acera, el sonido del suave viento a través de las copas de los árboles era relajante. No duró mucho esa sensación, pensar que podría disfrutar de eso sosteniendo la mano de Jeno le formó un nudo en la garganta.

–¿Jaemin?

Ignoró el llamado, siguió su camino pero claro, la persona que lo llamó no se daría por vencido.

–¡Hey! ¿No me escuchaste?– preguntó Lee Know.

–¡Aléjate de mí!

Se alejó del toque del otro, lo miró con resentimiento.

–Que genio, estas igual de agresivo que Jeno, ¿Pelearon o algo?

La presencia del chico no era casualidad, lo planeó todo para encontrarse un día de esos con Jaemin y decirle donde estaba el pelinegro, porque en un encuentro que tuvieron, Jeno increíblemente se sincero con él. Lee Know se sintió tan culpable que le surgió la necesidad de arreglar lo que de cierta forma provocó él.

–¿Lo has visto?– los ojos de Jaemin brillaron esperanzados.

–Si, en la residencia de la universidad.

Nana checo los bolsillos de su pantalón, sonrió ampliamente al sentir su cartera y móvil, le agradeció por la información a Lee Know y salió corriendo a la parada del autobús.

En todo el trayecto a la universidad, pensó en cómo disculparse con Jeno y pedirle tiempo para asimilar las cosas.

Al llegar, corrió a los edificios de la residencia, el portero lo miró raro, después miró el reloj, se suponía que los alumnos ya no debían estar fuera de su dormitorio.

–Disculpe ¿En qué habitación puedo encontrar a Jeno Lee?

–Lo siento joven, no puedo proporcionarle esa información.

Jaemin pasó varios minutos suplicando al hombre que lo dejará pasar, hasta que lo consiguió, con la condición de que solo debía estar ahí por diez minutos.

Corrió a la habitación que ocupaba Jeno, conforme subía las escaleras, por que el ascensor no funcionaba, su 𝓉𝑒𝓂𝑜𝓇 de ser rechazado o ignorado, aumentaba.

Llego al piso indicado.

De pie frente a la puerta de la habitación cubrió con una de sus manos la mirilla y tocó.

Un minuto después, que se le hizo eterno a Jaemin, un adormilado Jeno entreabrió la puerta. Al darse cuenta de que era su amigo, sintió una punzada en el pecho y desvió su mirada.

–Vete.

Jaemin en ese momento quiso llorar pues su temor se volvía realidad, le dolió mucho que Jeno evitará el mirarlo y la forma tan seca en que le pidió que se fuera.

–Hablemos, por favor– pidió en voz baja.

–Tienes razón, debemos hablar.

Le permitió la entrada, pasaron a tomar asiento en la cama desordenada del pelinegro y antes de que Jaemin pudiera decir algo, Jeno comenzó a hablar.

–Perdóname, no debí actuar así, supongo que el lado sobreprotector se me fue un poco de las manos, no volverá a pasar, en este tiempo comprendí que los amigos no deben hacer eso, así que, disculpa mi actitud, volveré mañana, llamare a Hendery y a su novio odioso y me disculpare con ellos también.

La sonrisa radiante que le regaló al terminar de hablar, logró quebrar el corazón de Jaemin.

–Ahora es muy tarde y no puedes quedarte aquí, vuelve al departamento ¿De acuerdo?

Lo tomó del brazo, prácticamente echándolo fuera, sin darle la oportunidad de pronunciar palabra.

Nana salió corriendo de la residencia, las lágrimas nublaban su vista, no quería volver al departamento, sin Jeno ahí, su hogar se sentía vacío y frío.

Sacó su móvil y llamó a la única persona que podría darle un consejo pues conocía a ambos a la perfección.

–Más vale que llames por una buena razón, de lo contrario cuando nos veamos te arrancaré las pestañas.

No tuvo la fortaleza de decir algo, sencillamente comenzó a llorar fuertemente asustando a Haechan.

–¿Jaemin, qué pasa, estás bien?

–Yo, lo a-arruine, Je-Jeno me odia.



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♡ ; 𝒟𝑒 𝓁𝒶 𝒜 𝒶 𝓁𝒶 𝒵 𝓎 𝓋𝒾𝒸𝑒𝓋𝑒𝓇𝓈𝒶 ⇀ ɴᴍɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora