♡ ; 𝒟𝑒 𝓁𝒶 𝒜 𝒶 𝓁𝒶 𝒵 𝓎 𝓋𝒾𝒸𝑒𝓋𝑒𝓇𝓈𝒶 ⇀ ɴᴍɴ

♥ ; 𝑀 de mentira

Jaemin imagino que se trataba de un sueño tener a Jeno en su cama -en el buen sentido-. Eso cambió cuando sintió los brazos del pelinegro rodear su torso y cómo trataba de ocultar su rostro en su espalda.

Quiso darse la vuelta, Jeno se lo impidió. No insistió, se quedó quieto esperando por eso que le iba a contar.

–Fue una completa 𝓂𝑒𝓃𝓉𝒾𝓇𝒶 que salí con alguien estando en Canadá.

Sin duda esa información logró despertarlo. Sonrió, eso quería decir que él siempre ocupó el corazón de Jeno y le llenaba de felicidad y satisfacción saberse el primero y tal vez único.

–¿En serio?– preguntó con algo de temor, no quería arruinar ese agradable e íntimo momento entre ambos.

–Si– respondió Jeno, no supo cómo o porque ese ataque de sinceridad.

De hecho iba a decirle otra cosa pero de repente su mente le traicionó haciéndole recordar que en algún momento le confesaría eso a Nana. La vergüenza de no tener una experiencia amorosa antes de Jaemin le hizo sentir tan virgen y tonto.

Río, dejando confundido al chico entre sus brazos.

–¿Estás borracho o por qué te ríes?

–No lo estoy.

Jeno supo que con esa información en la mente de Jaemin no lo dejaría dormir hasta tarde, se incorporó para quedar sentado en la orilla de la cama, dándole la oportunidad al contrario de darse vuelta quedando recostado boca arriba y mirando directamente al pelinegro esperando que le dijera que fue una broma o algo.

Pasaron minutos así, hasta que Jeno tuvo el valor de decir lo que faltaba.

Antes, visualizo su escape, lo bueno es que dejó la puerta de la habitación entreabierta.

–De hecho tu...– respiro, se puso de pie, reunió valor para mirar a Jaemin y lo soltó: –Me diste mi primer beso.

Huyó y antes de cerrar la puerta de su habitación escuchó como Jaemin caía de su cama.

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El lunes por la mañana Jeno no vio una nota pegada en la puerta por la simple y sencilla razón de que él salió más temprano.

Ese día no tendrán clases teóricas cada especialidad comenzarían con pruebas de instrumentos y sonido o bailes que debían de ensayar para los exámenes parciales; eso significaba no ver a Jaemin durante, casi, todo el día.

Llegó media hora antes a la universidad. Al tener libertad de ir de aquí para allá sin que le dijeran algo o toparse con varios alumnos, dirigió sus pasos al salón de baile.

Entró y un sentimiento nostálgico lo invadió. Inevitablemente recordó sus días en secundaria, como las cosas eran más sencillas al no estar enamorado profundamente de Jaemin.

–Un pajarito me contó que dejaste el baile.

Brinco del susto al escuchar una voz en el salón, a simple vista no encontró a nadie, miró para ambos lados, hasta que encontró a la persona que le dijo eso.

Se frotó los ojos pues no se creía de quien se trataba.

–¿Profesora Kim?– pregunto pues quería asegurarse de que era su profesora de baile de secundaria.

–Esa misma– comentó ella con una gran sonrisa –¡Por Dios, mírate! tan grande y guapo, seguro que tu y Na ya están hasta casados– ella se acercó a Jeno y lo estrechó en un cálido abrazo.

–Pero qué dice profesora, no, no lo estamos.

–¿Por qué?, yo juraba que ustedes terminarían juntos por siempre.

Los ataques de sinceridad que últimamente tenía lo impulsó a contarle a su profesora todo lo que habían pasado Jaemin y él. Lloro un poco al entrar en la parte donde se sintió brutalmente rechazado por Nana.

–¡Vaya! A ustedes sí que les gusta el drama.

Ambos rieron. Ella escuchó la puerta del salón ser abierta, miró de reojo y noto que era nada más y nada menos que Jaemin, entonces se le ocurrió algo.

–Na y Lee, al centro– ordeno.

Los mencionados no tuvieron tiempo de reaccionar y negarse, solo acataron y pasaron al centro del salón. Tomaron posiciones, la profesora puso una balada y ellos comenzaron a bailar lentamente.

–¿Por qué huiste de mí?

–No hui.

Jaemin soltó una risilla, el sonrojo en las mejillas de Jeno decía otra cosa.

–¿Hay alguna otra mentira que quieras aclarar?

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