Capitulo 22

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Lando.

Vi a Anna desaparecer por la puerta, mientras me sentaba en la cama a esperar unos minutos haciendo tiempo para bajar después. Ahora mismo se suponía que me estaba vistiendo.

Sin duda, esta noche fue la mejor desde hace mucho tiempo. Hacía tiempo que no dormía con una mujer, y que fuese con ella, me hizo sentir mejor. Más energético. Me vendría bien tenerla a mi lado un tiempo.

Pasados diez minutos, me terminé de vestir con un pantalón corto de enfrenamiento simplemente, y bajé. Julia estaba sentada junto a su amiga, mientras George servía un par de panqueques para cada uno.

-Buenos días. -Saludé poniendo el puño. Él me lo chocó enseguida. A Julia le di una pequeña colleja, haciendo que se quejara.

Saludé a mis perros, y por último, me senté junto a Anna en la mesa del jardín esperando el desayuno.

-George se va a ir después de sus padres. -Dijo la pelirroja, poniendo la cara entre sus manos.- Va a decirles que ya no está contigo, Anny, y se quedará allí mientras se termine la reforma. Quedan sólo unos pocos días.

-Ni los he llegado a conocer. -Susurró su amiga.- Él siempre habla maravillas de ellos.

-Tú también deberías ir a Brighton a contárselo, o por lo menos, llamarlos. -Aconsejó.- Y también deberías decirles que piensas alquilar algo por acá.

-¿Alquilar? -Fruncí el ceño. ¿No se iba a quedar en mi casa?.

-En cuanto encuentre trabajo, me mudaré cerca. -Asintió Anna.- Y me compraré un auto barato que pueda aguantar unos años para ir a la parada del metro. Tengo que seguir con la nueva vida que empecé acá.

Me quedé unos segundos callado hasta que llegó George, con dos de los cuatro platos. Julia se levanto a por los otros, dejándonos unos segundos solos.

-¿No te quedas conmigo? -Dije directo.- Acá hay espacio para los tres.

No pudo responder, porque volvieron enseguida. George se puso a mi lado, y Julia en el sitio de antes, para empezar a comer.

-¿Quieres que te acompañe a casa de tus padre? -Le pregunté.

-Me acompañará Julia, no te preocupes. -Hizo una mueca.- Luego ella quiere hacer unas compras, y a mi me viene bien mantenerme ocupado. A ella se le da bien hacerme no pensar. -La miró por unos segundos.

Por mi parte, miré a Anna. Esta mantenía su mirada baja y se concentraba en el plato, con gesto serio. ¿Le dolía oír a George de esa manera? él hizo lo mismo, comenzó a comer haciendo el silencio en la mesa.-  George. -Gruñí.- Sé que estás mal, pero ella también lo está. También le viene bien distraerse, y no te lo dice en la cara.

No sabia si Anna estaba al tanto del beso que se habían dado en el baño, probablemente no, pero tenia los huevos para decir que s le daba bien hacerle no pensar. Era una manera de decirle en una indirecta que Julia si encajaba con él, y que ella no.

-Lando, esta todo bien. -Intervino la protagonista de la conversación.- Julia es buena amiga con todo el mundo, seguro que se lo pasan bien juntos y hace George deje de estar triste. Al fin y al cabo, tenemos que superarnos. 

-Tonterías. -Murmuré para mi mismo.

Si algo había aprendido, era que no se debe quedarse destruido por nadie, por mucho daño que te hicieran. No era cuestión de superación, sino, de pasar del tema y seguir como si nada hubiese pasado.

Por el momento, ambos lo estaban haciendo bien. Anna seguía su vida conmigo, y George, seguro que intentaría algo con Julia, pero no me parecía bien que él se lo restregase a la morena con indirectas.

Al terminar de desayunar, ambos recogieron la mesa y se fueron a vestir, para a continuación irse despidiéndose de nosotros con un gesto de mano desde la puerta, dejándonos solos en el salón.

-Se van a liar. -Le advertí, desde la otra esquina del sofá.

-Y tiene todo el derecho. -Dijo con neutralidad, tecleando en su computadora.- No me extrañaría que George se liase con mi mejor amiga, cuando se nota a distancia que yo lo hice con el suyo, y además, de pero forma. Cuando yo lo hice, tenia novio, y él ya no tiene pareja. Sería como devolvérmela.

-¿Y no te preocupa que Julia salga mal parada? -Pregunté, gateando por los almohadones, hasta quedar acostado boca abajo mirándola desde un lado de la computadora.

Ella estaba sentada con las piernas cruzadas, por lo que en ese momento ocupaba muy poco espacio.

-Ella es como vos. -Y sí, me sorprendieron sus palabras.- Sí es inteligente, y se da cuenta, sabrá salir a tiempo del laberinto en el que se va a meter.

Una sonrisa burlona se dibujó en mi cara.- ¿Me estás diciendo que deje de querer experimentar con lo que me provocas?

-No. -Negó.- Vos sabes que yo no voy a jugar contigo, pero George con ella, no sé si pretende solo pasárselo bien solo para molestarme.

-No es asó. -Dije sincero.- Los dos sabemos que George es muy buen chico, pero a veces, la boca lo pierde, y la caga hablando. Quizás se lían, pero no creo que vaya a engañar a Julia.

-Bueno.

Así, le puso punto final a la conversación. A continuación, me dio un toquecito en la espalda. Un poco confuso, me levanté del sofá, y la miré de nuevo. Ella me pidió que me sentase con las piernas abiertas, y tras hacerle caso sonriendo con picardía pensando en lo que podría pasar después, me puse las manos detrás de la nuca. Para mi sorpresa, esta se colocó entre ellas, boca arriba, apoyando su cabeza en mi abdomen, dejándome ver la pantalla de su computadora, la cual estaba apoyada en sus piernas flexionadas.

Me rasqué el puente de la nariz por ser un mal pensado, antes de colocar las manos en sus hombros, y fijarme en la web que estaba viendo. Eran casas, que no me hacían ninguna gracia que estuviera pensando en alquilar.

-Anna. -La llamé poniendo la voz un poco ronca, bajando las manos hasta el cuello de la camisa que llevaba puesta. Como respuesta, miró hacia mí,- ¿Por qué no dejas la computadora en la mesa, y nos lo pasamos un poco bien?

Si la sobornaba con eso, dejaría las casas de lado, por lo menos, durante hoy.

-Pensalo. -Lamí mi labio.- Tenemos un rato antes de ponernos a practicar para la prueba que tenes mañana.

Con coquetería, bajó la pantalla, cerrando la notebook, y dejándola en el suelo. Lo que menos me esperaba era que agarrara el control de la tele, cambiara de canal, y pusiera unos dibujos animados para mirarlos con atención. Mi cara fue un cuadro.

Definitivamente no teníamos el mismo concepto de pasárnoslo bien.

-Anna, no me jodas. -Me quejé.

Pero ella, se dio la vuelta, quedándose encima mío acurrucada, y enterrando su cabeza en mi cuello.

-Hay muchas formas de experimentar el amor, Lando. -Besó mi piel unos segundos. Demasiados pocos para mi gusto.- Abrazarnos, también es una forma bonita de forjar algo. 

Juro que nunca estuve tan a gusto con alguien.

Bajo la piel // Lando NorrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora