-¿Como? -Abrí la boca sorprendido.- ¿George te besó?
-Fue todo muy rápido. -Comenzó a explicar. Su cara era todo u cuadro, por lo que presté especial atención.- Estábamos en el baño, él caminaba de un lado a otro y yo estaba apoyada en el lavamanos. George no dejaba de llamarte imbécil, super enojado, y yo intenté calmarlo, pero empezó a llorar. Le dio un bajón, entonces a mi me salió el ponerle las manos en la cara para que me mirara cuando le hablaba, y él confundió el momento y me besó.
-¿Pero fue un pico, y después arrepentimiento, o...
-Primero fue un pico, pero se separó súper rápido. El problema fue que después, paso de estar triste, a enojarse otra vez, y me besó con unas ganas que me dejó sin aliento. -Sus mejillas comenzaron a colorarse.- Me encendió en un momento. Lando...
Arrugué la nariz, y sacudí la mano, haciendo un gesto de que eso ultimo, no hacia falta decírmelo. No quería imaginarme a George con ella.
-Ósea, que tu problema es que te excitaste rápido con él, y el mío, que tuve un momento de no excitación con Anna, uno más sentimental digamos. -Llegué a la conclusión.- Vaya dos.
-Luego se fue, eh. Me tocó pagar la cena a mí solita. -Se quejó.- El caso es que estoy curiosamente confundida.
-Bueno, ahora ellos vuelven a estar juntos. Lo que sientas, ya no importa. -Me encogí de hombros.- Si habías soñado con un posible: George se enamorará de mí, por un beso, estás equivocada. A la gente como nosotros, no nos quiere nadie.
Y en el fondo, mejor solo, que mal acompañado. Llevaba tiempo así, sin necesitar a alguien, y prefería estar así lo que me quedaba de vida.
Me fui del jardín a la ducha dejándola. Me di un baño rápido, y para cuando salí, llevaba una toalla solo rodeando mi cintura. Escogí algo de ropa cómoda para dar un paseo, la coloque sobre la cama, y después fui a por un bóxer a la mesita. Me quedé unos segundos parado cuando vi el corpiño que Anna se había dejado en mi habitación.
¿Cómo alguien como ella se estaba metiendo en mi cabeza tan fuertemente?
Tomé la prenda, y la olí por unos instantes buscando el olor a vainilla, pero solo encontré mi bobo aroma a suavizante de supermercado de siempre. No puedo negar que lo apreté entre mis manos enojado, por no tener el olor que esperaba, antes de tirarlo contra el cajón de nuevo cerrándolo de un golpe, para a continuación vestirme e ir al cuarto de enfrente a asomarme porque estaba abierto.
Julia estaba sentada en el suelo, mirando la maleta embobada.
-¿Te has quedado trabada? -Bromeé, desde el marco de la puerta.
-¿Me puedo quedar a vivir contigo? -Preguntó de repente.- Soy pobre, pero puedo darte un riñón a cambio de que me dejes quedarme.
-¿Y Brighton? -Me reí.
-Brighton puede sobrevivir sin mi, vos no sin tu nueva mejor amiga. -Puso un puchero. Rodé los ojos.- Oh vamos, ¿Y a quien piensas contestarle mal cuando estés de mal humor?
-Mira, Julia, puedes quedarte el tiempo que te de la gana, pero deja lo de mejores amigos. Estoy bien solo.
Ella asintió, y volvió a sacar las cosas de la maleta.
-Cuando termines, baja. Voy a ir a pasear a los perros, puedes venir si quieres.
-Paso, mejor me quedo en casa. Voy a ver una película, y pediré un delivery para que me traigan una pizza para cenar.- Se encogió de hombros.- ¿Vas a querer algo?
-No. -Negué.- He quedado con una chica, para aliviar tensiones, ya sabes. -Me rasqué la nuca.
Se levantó el suelo, y vino hacia mi. Puso sus brazos al costado de su cintura y me miro desde abajo. Es más bajita que su amiga.
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Bajo la piel // Lando Norris
Romance"Y así te empecé a querer, como quien no quiere aprender a querer y termina queriendo sin querer."