Una vez que Steve se despidió de ella en la entrada del bar, Natasha fue tras la barra; quitándose los guantes y dejando el bolso a un lado para buscar su delantal. Sharon la observaba desde una esquina, sonriente y con una expresión que le dejaba saber qué era lo que estaba pensando. Natasha supuso que se volvería algo más intensa con el asunto ahora que la relación con Steve era algo oficial. Tomó un paño y comenzó a limpiar lo que faltaba.
Durante los primeros tres minutos no le prestó importancia a la mirada perforadora de su amiga, pero cuando sintió que podría hacerle un agujero en la espalda por tanto escrutinio, dejó sus labores a un lado para encararla con las manos a la cintura.
—Sharon...
—¡Ay, ya! ¡Tienes que contarme que ha sucedido! Te conozco como si fueras parte de mí, habla ya, sé que te mueres por soltar la lengua.
Primero; sabía que no duraría mucho en mostrar sus verdaderas intenciones hasta que le prestara atención, y segundo; estaba en lo cierto. Corrió hacia ella y le pidió que bajara la voz con el índice sobre los labios que ocultaban una pequeña sonrisa nerviosa.
—Es muy, pero muy privado.
—¿Pasó algo importante la noche anterior?—preguntó con emoción brillando en sus ojos café.
—Algo así...No específicamente. Bueno...A la tarde fuimos con el asesor que evalúa nuestra situación prematrimonial. Supongo que no estoy segura de cómo nos fue exactamente, solo nos dijo que estemos atentos a las visitas domiciliarias. Fue muy preciso y muy crítico; lo deduje por su mirada.
— ¿Estuviste nerviosa?
—Bastante—confesó, mostrándose inquieta—, pero Steve lo supo manejar muy bien. Aún quedan algunas sesiones, si no entendí mal.
— ¡Bueno! Mira que es un avance. ¿Y luego?
—Pues, él me llevó a casa—frunció el ceño, deteniéndose a pensar en cómo proceder a partir de allí, menguando su emoción—. Sharon, ¿Recuerdas a Randall Severide?
— ¡Oh, por supuesto que lo recuerdo!— se quejó— ¿Qué con él?
—Tengo una pregunta que hacerte con respecto a tu relación...Nada directamente sobre él, es más sobre tí—Sharon escuchó atenta, inclinándose contra la barra con las manos bajo el mentón y la mirada fija en cada uno de sus movimientos repentinamente ansiosos— ¿Cómo te sentías estando cerca de él? Es decir, cuando aún no tenían una relación oficial ni nada por el estilo...Me dijiste que fueron compañeros de trabajo, ¿No es así? Antes de que me incorporase a la ferretería.
—Sí, durante un tiempo. Pues, él era agradable, parecía tener metas, tenía un lado bromista que siempre me hacía olvidar los malos días...Y cuidaba de mí. Pero yo me sentía muy sola, Nat. Es muy diferente a lo que tienes con Steve, si piensas ir por ahí. Yo no lo conocía tan profundamente.
—Es que no es eso. Quiero decir, ¿Cuándo te diste cuenta de que parecía ser el indicado? ¿Mostraste alguna señal? ¿Comenzaste a sentirte distinta? ¿Actuabas distinto?
—Muchas preguntas, linda—sonrió al notarla angustiada y deseosa de saber si iba por el camino correcto. La verdad, Sharon pensó que si Natasha llegara enamorarse lo haría de la forma más pura e inocente y no fallaría en el intento porque Steve la adoraba con la misma devoción. Le hubiera gustado que su caso fuera igual, sin embargo no se tiene el destino comprado ni la vida era tan sencilla; si lo fuera, tal vez ella no estaría limpiando mesas en primer lugar—. Déjame ver si entendí. ¿Quieres saber si te agrada más que como un amigo? No tengas pena de decirlo, es natural con todo lo que estás viviendo. Pero si no y solo estás tratando de entenderte a tí misma, igual contestaré y trataré de ayudar. ¿Es eso?

ESTÁS LEYENDO
AMERICAN DREAM
FanfictionCuando la ley migratoria toma por sorpresa a Natasha Romanoff, todo lo que puede hacer es contar las horas antes abandonar su minúsculo apartamento, el cual ocupa con su padre enfermo. Pero antes de partir debe despedirse de la única persona que la...