Las luces comenzaron a iluminar el techo amaderado pero a su vez opacadas por el enorme reflector que apuntaba sobre la cabeza rubia y rizada de la mujer que estaba en el escenario; elegante con un vestido violeta y guantes blancos que cubrían sus delicadas manos, el labial rojo que hacía aún más atractivos a sus labios voluminosos y una mirada que te pedía compasión y que a ojos de otros inspiraba devoción.
La entonces dueña del bar se había dedicado a escuchar desde la barra junto a la chica del cóctel y su abogado que, gratamente sorprendido, escuchaba atento la melodía.
Stars shining bright above you. Night breezes seem to whisper I love you, birds singing in the sycamore tree. Dream a little dream of me...
Say nighty night and kiss me, just hold me tight and tell me you miss me, while I'm alone and blue as can be. Dream a little dream of me.
Natasha sabía que era probable que no a todo el público le gustaba las canciones románticas como aquellas, pero la diferencia entre ella y cualquier otra cantautora que quisiera imitar a las grandes artistas, era el sentimiento que ponía en la entonación de su voz aterciopelada. Así se había sentido aquella noche en que decidió que portaría un anillo en su dedo. Sola, triste y azul. Pero no sabía si fue suerte el que Steve hubiese estado allí y que llegase justo a tiempo antes de que tomara una maleta y cruzara la puerta.
Inconscientemente, se acarició el dedo anular donde debajo estaba la bonita piedra en la banda de plata.
Dreams till sunbeams find you, sweet dreams that leave all worries behind you
But in your dreams whatever they be. Dream a little dream of me
Stars fading but I linger on dear still craving your kiss. Ya I am longing to linger till dawn dear
Just saying this. Sweet dreams when dreaming...
Steve había llegado al bar solo, ahora que James había tenido que quedarse en casa para la cena. Le había dicho: "Por favor no pierdas a Wanda de vista y dile que se ve encantadora esta noche". Por supuesto que no lo haría, no es que fuese un mal amigo, solo creyó justo y necesario que ese tipo de elogios se los dijera el propio James en persona. Su atención, si alguien más lo notase, iba dirigida a otra persona.
Natasha cantaba con tanta gracia, con un ritmo que lograría albergar el calor en los corazones ajenos. Tan dulce y seductora. La escaneó de pies a cabeza deleitándose con el color de su ropa y labios que le quedaban exquisito. Natasha era como una pieza de arte, y en el buen sentido, un adorno que hacía cobrar vida al lugar en el que esté.
Durante un segundo, buscó sus ojos, y al no hallarlos, los suyos bajaron a sus labios. Sin saberlo, porque no estaba preparado para aquella mala jugada de su subconsciente, pensó que en verdad lo atraían. Quería saber que se sentiría besarla con todo el consentimiento.
Tuvo que apretar los puños y volver a rememorar el triste momento en que colocó el anillo en su dedo. Le dijo que se quedaría; más no que se convertirían en la pareja ideal. Todavía quería seguir conservando su confianza, no iba a romper eso por una alucinación.
Pero es que esta se volvió tan vívida que sus párpados se cerraron y dos de sus dedos por una fracción de segundo, acariciaron su labio inferior traspasando la tibieza. Podía imaginarlos juntándose en un roce lento y pausado, con aquel chasquido húmedo haciendo eco en la sala. ¿Serían sus labios tan suaves como lucían? Algodonados y de color melocotón que se sintió ansioso de probar desde esa noche...No había dejado de repetir la escena en su cabeza desde la conversación con Bucky; como estaba tan cerca de besar a su amiga. Aunque, en algún momento, tendría que hacerlo.

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AMERICAN DREAM
FanfictionCuando la ley migratoria toma por sorpresa a Natasha Romanoff, todo lo que puede hacer es contar las horas antes abandonar su minúsculo apartamento, el cual ocupa con su padre enfermo. Pero antes de partir debe despedirse de la única persona que la...