Capítulo 5

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Harry se removió nervioso en la cama de Ron mientras esperaba que Hermione comenzara a hablar. La bruja se tomaba su tiempo mientras sacaba un grueso libro encuadernado en cuero de su bolso que casualmente estaba en la habitación de Ron. Hmmm.... no era muy astuto, ¿verdad?
Pero lo que no podía entender era para qué necesitaba el libro; la chica probablemente ya lo había memorizado todo. -Vale, Harry, te diré lo básico pero luego tienes que leer el resto. ¿Entendido?- Harry supo que era mejor no discutir y asintió a su temible amiga, que inmediatamente se volvió hacia su novio. -Lo mismo va para ti también-. Ron asintió vacilante, lo que hizo que Hermione sonriera y abriera el libro como si realmente fuera a leerlo.

-Bueno, un Alchai es una criatura que antes se consideraba mítica. Son extremadamente poderosos, y tenían que serlo, porque vivían en la tierra de Esclaria, un lugar donde cualquier debilidad podía hacer que te mataran. Los Alchai tenían alas que les permitían escapar de los depredadores, y sus ojos violetas les permitían ver extraordinariamente bien por la noche. Pero debido a sus habilidades y su poder, necesitaban compañeros que les ayudaran a controlarlo-. Ahí fue donde Harry tuvo que hablar, no pudo evitarlo.

-Espera, compañeros-, no era lo de compañero lo que le había pillado desprevenido, toda criatura mágica tenía uno, era el hecho de que la palabra fuera en plural lo que le molestaba.

-¡Si no me vas a dejar hablar, entonces puedes leerlo tú mismo!- La chica gritó histérica y le lanzó el gran libro. La cosa era pesada y sabía que su brazo se iba a magullar donde golpeaba.

-¡Hermione, espera!- Era demasiado tarde, la chica había salido de la habitación, dejando a Ron y a Harry sentados en completo silencio y mirando la puerta. -Tu novia se ha vuelto loca-. Le dijo a su amigo y se frotó el brazo distraídamente.

-No sé qué le pasa, está así desde que llegó y cada vez que intento hablar con ella sobre el tema, se pone a llorar-. Ron tenía la cabeza entre las manos y parecía totalmente patético.

-Bueno.... er.... tal vez deberías ir a asegurarte de que está bien-. A Harry realmente no le importaba lo que hiciera el pelirrojo, pero quería leer y tener a un Ron desahogado aquí sólo le traería problemas.

-Sí, debería. Gracias amigo-. Ron se levantó lentamente y salió de la habitación, después de unos segundos y creyendo que no volvería, Harry abrió el libro y comenzó a leer.

Los ojos de Severus se abrieron cómicamente, en el momento en que sintió que su ahijado lo besaba. No tenía ni idea de lo que estaba pasando, en un momento estaba tratando de pensar en una poción que le curara algo del dolor en el cuello y al siguiente, estaba siendo besado por un hermoso hombre rubio.... que casualmente era el hijo de su mejor amigo y su alumno.
-Draco...- Snape se apartó del joven sólo para que esos deliciosos labios atacaran su garganta. -Draconis Lucius Malfoy-. Eso lo detuvo. El rubio dejó al instante sus ministraciones y miró al maestro de pociones, con un brillo en sus ojos plateados.

-Severus Tobias Snape-. Contraatacó y con una sonrisa de satisfacción comenzó a chupar el cuello del mayor. -Ahora que nos conocemos...-

-Ni siquiera considere terminar esa frase, señor Malfoy-. Snape no tenía ni idea de lo que estaba pasando y le estaba costando todo lo que tenía para no gritar al rubio y apartarlo. Si hubiera sido cualquier otro, lo habría hecho... pero se trataba de Draco.

Draco se echó inmediatamente hacia atrás, con una expresión en el rostro que hizo que Severus sintiera que lo había golpeado. -¿Qué pasa?- Aquellos ojos grises plateados le miraban, ligeramente húmedos por las lágrimas del chico que, afortunadamente, no habían empezado a caer. -¿No estás contento?- Oh Dios, la voz de Draco se estaba quebrando, iba a llorar.

HARRY POTTER AND THE PROPHECY OF ESCLARIA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora