HARRY POTTER AND THE PROPHECY OF ESCLARIA

Capítulo 22

Harry contuvo la respiración cuando Hermione inclinó la cabeza sobre el trozo de pergamino que contenía la profecía. En cuanto terminaron las clases, tanto ella como Ron aparecieron en la enfermería y, antes de que ninguno de los dos tuviera la oportunidad de decir siquiera "hola", Harry le tendió el trozo de papel y casi le ordenó a Hermione que lo leyera. Por suerte, ella tenía corazón y no le dio un golpe en la cabeza. Como la última vez que le ordenó algo.

-Se parece mucho a ti, Harry-. Dijo ella y Draco giró la cabeza hacia un lado y soltó un "¡Ja!" en la cara del hombre de ojos verdes sentado a su lado en la cama.

-Pero...- dibujó Hermione, haciendo que el rubio palideciera y que Harry se animara. -Realmente es demasiado vago para decir una cosa u otra-. Sin poder evitarlo, Harry se giró hacia Draco y con una sonrisa de satisfacción dijo -¡Ja, ja, HAAAA!- lo suficientemente alto como para que todos en el castillo lo oyeran. ¿Qué? Puede que estuviera un poco... excitado.

-En su opinión, señorita Granger-, Lucius dirigió a su hijo y a Harry una mirada que obviamente significaba que no le hacía gracia su comportamiento inmaduro antes de dirigir su atención a Hermione, que parecía incapaz de decidir qué hacer en esta situación. -¿Tenemos alguna razón para estar preocupados?-.

La única fémina de la sala respiró hondo antes de responder -Creo que... tienen una razón para estar observadores. Puede que se trate de ti, Harry, pero puede que no. Yo diría que estés atento y si algo cae en su lugar entonces puedes estar seguro. Pero tal como están las cosas, se me ocurren mil personas a las que podría pertenecer esa profecía-. Harry estuvo tentado de hacer su baile de la felicidad; ¡tenía razón! Por primera vez en su corta vida tenía razón en algo en lo que realmente quería tenerla.

-¿Así que quieres que no haga nada?- preguntó Ron, con una mirada confusa. Al parecer, no estaba tan contento como su amigo con eso de que por fin tenía razón.

-Exactamente, si está destinado a ser entonces sucederá-. Hermione giró la cabeza para mirar por la abertura del tamaño de una persona en las cortinas y frunció el ceño como si acabara de pensar en algo.

-Bien dicho señorita Granger-. Le dijo Severus y Harry no pudo evitar soltar una risita ante la leve mueca que contorsionó sus facciones al verse obligado a halagar a la mejor amiga de su compañero.

-Gracias-. Dijo la bruja distraídamente y se levantó antes de dirigirse a la apertura. -Necesito hablar con Madam Promfrey, ustedes hablen sin mí-. Hermione ni siquiera había terminado de hablar antes de salir de la habitación, con algo obviamente en mente.

Harry se quedó mirando tras la mujer durante mucho tiempo. No fue hasta que oyó a Ron arrastrando los pies de un lado a otro, incapaz de quedarse quieto con su profesor de pociones, su profesor de DADA, su ex peor enemigo y su actual mejor amigo sentados juntos en una cama. Sí, eso habría sido bastante incómodo.

-Así que... Ron, ¿qué ha pasado ahí fuera en el mundo real?- preguntó Harry, apiadándose del pelirrojo, que parecía estar a punto de sufrir un colapso mental.

-Bueno, en realidad nada, sólo clases y cotilleos-. Respondió con una mirada aliviada en dirección a su amigo.

-Oh, ¿qué clase de chismes?- Draco estaba inclinado sobre Severus y Harry, y ahora tenía la cabeza en el regazo de Lucius mientras intentaba acercarse lo más posible físicamente a Ron, sin dejar de tocar a Harry. Fue suficiente para que incluso el malvado Snape riera suavemente como la joven veela.

El pelirrojo se sobresaltó ligeramente ante el evidente interés de Draco por lo que había dicho y lanzó una mirada suplicante a Harry, que fue ignorada. -Sólo lo de siempre-, dijo finalmente Ron y fulminó con la mirada a su amigo cuando éste tuvo la osadía de sonreírle, TAIDOR.
-Lavender se acuesta con Daniels en Ravenclaw; Parkinson se emborrachó en una fiesta de los dormitorios de Slytherin y exhibió a todos los presentes. Ya sabes; cosas normales-.