Capítulo 37

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-HARRY!-.

Draco, que había estado jugueteando con la manga de la túnica de Severus, llamó la atención sobre el sofá al oír el fuerte grito que se abrió paso en el aire. Harry estaba empujando bruscamente a Lucius y el rubio tenía la cabeza echada hacia atrás mientras gritaba el nombre de Harry así como algunas otras palabras escogidas.

-Que me parta un rayo-. Severus se rió; su aliento pasó como un fantasma sobre la oreja de Draco haciendo que un escalofrío le recorriera la columna vertebral. -El pobre virgencito Harry está todo crecido-.

-Creo que voy a llorar-. Incluso mientras decía eso, los ojos de Draco no abandonaban la escena que tenía delante, observando a la pareja con atención mientras Harry susurraba a Lucius palabras que Draco no podía oír.

Draco apartó los ojos de la pareja una vez que sintió la familiar agitación en su ingle, volviendo a centrar su atención en Severus en un intento de mantener la calma. Los cuatro necesitaban realmente hablar y no sobre qué posición sexual probar a continuación.

-Así que el tiempo era bastante agradable hoy. No tan frío como esperaba-.

-Sí-. Dijo Severus poniendo los ojos en blanco, obviamente irritado por el pobre intento de Draco de iniciar una conversación. -¿Cómo van tus estudios? Tu nota de pociones ha sido más alta de lo esperado, pero ¿qué hay de tus otras clases? ¿Has encontrado tiempo para estudiar?- Los ojos del vampiro no dejaban de mirar de la cara de Draco a la pareja que estaba en el sofá detrás del rubio, y Draco rápidamente levantó ambas manos para capturar la cara del hombre y obligarlo a mantener su atención en él.

-Todo va bien. Blaise y yo hemos aprovechado sabiamente nuestro tiempo en la sala de estudio. Hasta ahora hemos sacado sobresalientes, según mis profesores-.

-¡DIOSES!-.

'No mires, Draco. No mires, céntrate en Severus... NO, cierra los ojos y cuenta hasta diez'.

-¡LUCIUS!-.

Draco siguió rápidamente sus propias órdenes y cerró los ojos con fuerza y contó lentamente hasta diez... y luego hasta quince en su cabeza hasta que sintió que su yo veela se calmaba lo suficiente como para seguir manteniendo la pseudo conversación con su compañero.

-Creo que han terminado-. Susurró Severus y Draco giró lentamente la cabeza para ver a Lucius y a Harry desplomados en un gran montón sobre el sofá, obviamente terminando... de aparearse.

-Gracias a Merlín-, Draco sacó su varita y pronunció un sencillo hechizo que inmediatamente vistió a los dos hombres desnudos con ropa de su armario... ropa que no combinaba del todo... pero ropa al fin y al cabo. -Ahora, tenemos que hablar-. Hizo girar su silla para quedar frente a sus dos compañeros agotados.

-¿Tenemos que hacerlo ahora mismo, Draco?- Harry gimió contra el cuello de Lucius. -Estoy completamente agotado, ¿no podemos esperar hasta mañana?-.

-No, si estás cansado es culpa tuya. Además, si no hablamos ahora, entonces seguiremos retrasándolo-.

-Bien, ¿de qué tienes que hablar? Siento haberme reído de ti cuando te caíste de culo, pero fue gracioso. ¿Puedo irme ya?- Harry se sentó lentamente y le tendió la mano a Lucius para que ayudara al otro a hacer lo mismo.

-No. No se trata de que te rías de mí, aunque igual tendré que matarte por eso más tarde...-

-Por supuesto-.

-Se trata del hecho de que vamos a tener un bebé. Los cuatro nunca hemos hablado de esto y sólo tenemos cuatro meses para averiguar qué demonios vamos a hacer-. Todos en la sala miraban a Draco, y aunque normalmente le encantaba ser el centro de atención, las extrañas miradas que le enviaban sus compañeros, eran ligeramente inquietantes. -¿Qué?-.

HARRY POTTER AND THE PROPHECY OF ESCLARIA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora