Capítulo 12

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Draco pasó el resto del día pensando en lo que había dicho su compañero. No habló con nadie en la comida, apenas echó un vistazo a Lucius y Severus en la mesa de los profesores; y no intervino cuando Blaise y Pansy empezaron a discutir por un chico de Ravenclaw, lo que normalmente le habría hecho lanzar un maleficio.
Harry estaba disgustado y herido, por algo que había hecho. No importaba que fuera una idea de Severus, Draco estaba de acuerdo con ella por la misma razón que al otro se le ocurrió. Era una cosa de Slytherin, algo que pensó que el león con forma de serpiente entendería. Al parecer no lo había hecho.

Verás, en las mazmorras era tradición que los mayores hicieran bromas a los de primer año, nada que les hiciera daño, por supuesto, sólo molestarlos o divertirlos. Era su forma de decir "te aceptamos" y, la mayoría de las veces, los Slytherins seguían gastando bromas a los miembros de su propia casa para decirles "te quiero, pero no soy tan blando como para admitirlo". Era una señal de respeto, de amistad, y Harry lo había tomado como todo lo contrario.

Atravesó la entrada principal de su suite y vio que su padre estaba de pie junto al escritorio de roble del salón y rebuscaba en una caja. Lucius levantó la vista al entrar y los ojos plateados del hombre se iluminaron de inmediato.

-Dragón, ven a ver esto-. Le hizo un gesto al chico para que se acercara y le indicó un sobre que tenía en la mano. -¿Recuerdas la carta que envié solicitando el nombre de la persona que entró en su herencia el 31 de julio?- Draco lo hizo, y asintió con la cabeza mientras venía a ponerse al lado de su compañero más alto.

-Sí, creí que se negaban a darte nada-. Siempre había asumido que como Lucius nunca le dijo a quién buscaban, el ministerio había decidido simplemente ignorar su petición y hasta ahora no le habían dicho nada diferente.

-No, recibí una respuesta la noche que nos apareamos con Sev, sólo que nunca la abrí-. El hombre se dedicó a sacar el trozo de pergamino doblado del sobre y Draco trató de verlo mejor sólo para que su padre lo apartara. -Bueno, los elfos de la casa pusieron todo el correo sin abrir en su buzón y cuando bajé me puse a revisarlo. Ahora, mira esto, ¿no nos habría facilitado la vida?-. Lucius desdobló el pergamino y lo levantó para que Draco viera las dos palabras garabateadas allí. "Harry Potter"

-Ajá-, dijo el joven veela, el nombre le trajo el recuerdo de Harry diciéndole cómo interpretaba su broma.

-¿Qué pasa? No digas 'aja'-. Preguntó Lucius, levantando con cuidado la cara de su hijo para mirarlo a los ojos.

-Hoy he hablado con Harry en transfiguración-.

-¿Y?-.

-Y estaba muy dolido por lo que hicimos anoche-. Las palabras hicieron que Lucius frunciera el ceño y lo mirara como si pensara que el chico le estaba mintiendo.

-¿Por qué? ¿Quería participar pero no pudo romper las protecciones?- Draco se limitó a mirar al rubio mayor, sin entender cómo alguien tan inteligente podía ser tan lento.

-No, dijo que le daba asco... estaba muy molesto-. El reconocimiento brilló en los ojos de mercurio del profesor y Draco suspiró aliviado. Finalmente.

-Pero, le dijiste que no queríamos decir nada con eso, ¿verdad?- Lucius bajó lentamente a un sillón de cuero y tomó la mano de Draco antes de tirar de él para que se sentara en su regazo. El joven puso los ojos en blanco, pero se dejó colocar hasta quedar a horcajadas sobre los muslos de su padre y contemplar su rostro perfecto.

-Por supuesto que sí, pero creo que eso sólo empeoró todo-. Dijo Draco, recordando la forma en que Harry pareció estallar en el momento en que le dijo que todo era una broma. Eso definitivamente no mejoró las cosas.

HARRY POTTER AND THE PROPHECY OF ESCLARIA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora