Capítulo 19

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Harry se despertó lentamente al sentir un peso en el pecho; trató de levantar la mano para apartar lo que fuera, pero su mano entró en contacto con... ¿pelo? Sus ojos se abrieron de golpe e inmediatamente miró hacia abajo para ver un gato blanco puro acurrucado en un ovillo sobre su pecho. Harry no tenía nada en contra de los gatos, sólo que nunca había estado en contacto con uno que no fuera una monstruosidad medio arrodillada.

-Hola-, murmuró somnoliento y le dio una palmadita en la cabeza al felino, haciendo que sus ojos plateados se cerraran y que el animal comenzara a ronronear alegremente. Es un poco lindo, se dijo a sí mismo y rascó al animal detrás de las orejas mientras su mente se despejaba lentamente.

Una vez que la niebla inducida por el sueño abandonó su cabeza, Harry se dio cuenta de que el gato no era su única compañía. Draco estaba acurrucado a su lado izquierdo y Severus estaba en la misma posición a su derecha, ambos tenían una pierna echada sobre una de las de Harry, un brazo alrededor de su cintura y sus cuerpos estaban cubiertos en su mayoría por las grandes alas que se extendían desde la espalda de Harry.

-¿Dónde está Lucius?- Preguntó en voz alta, al darse cuenta de que su compañero había desaparecido y comenzó a mirar a su alrededor como si el hombre se estuviera escondiendo de él.

Miau

La atención de Harry bajó al gato que tenía en el pecho y que ahora le miraba con unos ojos muy... grises. Extraño.

-¿Lucius?- Se sintió ligeramente estúpido por hablar con un animal. No era Hedwig, era un gato desconocido que había decidido sentarse sobre él.

Miau

-¿Eres un animago?-.

Miau

-¿Y tu forma animal es un gato?- No era un leopardo de las nieves, o algo igualmente mortífero, no, Lucius Malfoy era un esponjoso gato blanco de la casa.

Miau

Le dirigió a Harry una mirada maligna que replicaba la que había perfeccionado en su forma humana, y le produjo escalofríos al adolescente. Espeluznante.

-¿Puedes volver a cambiarte? Es un poco difícil tener una conversación contigo así-. Quería saber qué estaba pasando y tenía la extraña sospecha de que no había sido maullado.

Con un movimiento de cabeza, Lucius respondió con un largo y prolongado Miau

-Bien-. Harry se acercó para sacudir a Severus para que se despertara, desafortunadamente antes de que pudiera tocarlo, el hombre se levantó y agarró la mano de Harry.

-No estoy dormido, Harry-. No abrió los ojos mientras hablaba casi como si continuara con su farsa de dormir.

-Bien, entonces puedes decirle a Lucius que vuelva a cambiarse y que me hable como una persona-. Un ronquido bastante fuerte y obviamente falso salió de Severus y mientras el gato parecía divertido, Harry no lo estaba. -¡Eso no es gracioso!- Dijo en voz demasiado alta, alertando a Madam Promfrey de que estaba despierto.

-Oh, Harry querido-. La enfermera se apresuró a entrar y lo miró de arriba abajo antes de llamar. -Ya puedes entrar-. Las palabras apenas salieron de su boca antes de que un par de rostros conocidos comenzaran a arrastrar los pies por la puerta.

-Harry-. Dijo Sirius con una enorme sonrisa dibujada en su rostro. -¿Cómo te sientes?- Él, se alejó del Remus y se acercó a Harry lo que provocó que Lucius sisease férreamente y aplanase las orejas contra su cabeza.

-Está bien-. Dijo Harry y acarició al gato de forma tranquilizadora, haciendo que se calmara poco a poco, aunque sus ojos no se apartaron de Sirius. -¿Cuándo han llegado aquí?-.

HARRY POTTER AND THE PROPHECY OF ESCLARIA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora