HARRY POTTER AND THE PROPHECY OF ESCLARIA

Capítulo 13

Una semana después Harry se había calmado considerablemente. Seguía viviendo con sus compañeros y aún no había encontrado un hueco en su entorno, pero por suerte, el incidente de... aquella noche no se había vuelto a producir, en realidad, los tres hombres habían sido bastante considerados. Se las arreglaron para dejarlo solo, sin llegar a ignorarlo, y Snape incluso había llegado a ayudarlo con una pregunta difícil sobre pociones.

Fue durante este tiempo que Harry llegó a aceptar (no gustar, definitivamente no gustar) su situación. Aceptó que tenía tres compañeros, que resultaban ser Harry Haters, y que olían muy bien a primera hora de la mañana. También había leído los libros que había birlado (robado) de la biblioteca y había descubierto mucha información interesante. Harry aprendió que las veelas solían volverse violentas en situaciones de estrés (no estreses a Draco o te pegará), que los vampiros son extremadamente protectores con sus parejas, y más cosas que serían eternas de explicar.

Pero sobre todo, en la última semana, Harry había estado maquinando. Pensando en nuevas y emocionantes bromas que si bien no compensarían lo que hicieron, era definitivamente un comienzo. Esto, era lo que pensaba mientras caminaba hacia el campo de quidditch para las pruebas de Gryffindor.

-Harry-. Hermione apareció de repente, haciendo que el alchai diera un salto y apenas contuviera un grito de niña. -Quería alcanzarte antes de que estuvieras demasiado ocupado-. La chica estaba sin aliento y aspiraba oxígeno desesperadamente, lo que significaba que obviamente había corrido hasta aquí, probablemente desde la biblioteca.

-¿Qué pasa?- Preguntó, llevando a su amiga hacia el banco para que se sentara.

-Sólo quería que reconsideraras tus planes para mañana-. Otra vez esto no. Hermione llevaba días dándole la lata constantemente por su broma. Ella pensaba que era enormemente inmaduro, especialmente desde que él había dicho que sus compañeros habían empezado a comportarse mejor y que realmente estaba empezando a tolerarlos.

-Mione, voy a seguir adelante, digas lo que digas. Gracias por preocuparte por mí, pero he invertido demasiado tiempo y energía en planificar esto y prepararlo todo para desecharlo-. Al parecer, eso no era lo correcto, porque la mujer se levantó inmediatamente y lo miró con una mirada que hizo que su vida pasara por delante de sus ojos.

-Harry, has llegado demasiado lejos para tirarlo todo por la borda por una estúpida broma. ¿Qué es más importante, esta travesura o el resto de tu vida?- Harry puso los ojos en blanco ante su amigo, lo que le valió un golpe bastante fuerte en la nuca. -Estoy hablando en serio Harry-.

-Lo sé Hermione, pero tú no estabas allí, no tienes idea de lo que sentí después de eso. No puedo dejar que se salgan con la suya-. Se había sentido escabroso durante días después del hecho, y las pociones y la defensa habían sido extremadamente incómodas. Con dos de sus compañeros allí, aunque fueran respetables y algo amables... o tan amables como Severus era capaz de ser.

-Pero...-

-¡Harry! Vamos, no tenemos todo el día!- gritó Ron desde el campo. Estaba rodeado por un montón de esperanzados Gryffindors que esperaban entrar en el equipo y fue entonces cuando Harry se dio cuenta de por qué estaba aquí de pie, y no era para discutir con Hermione.

-Lo siento, tengo que irme. Pero te veré más tarde. Diviértete estudiando-. Le dio un ligero beso en la mejilla y salió corriendo rápidamente, con su saeta de fuego en la mano, antes de que ella pudiera empezar a reñirle.

-¡Harry!- Siseó la chica pero él ya estaba con su equipo y posibles futuros miembros del equipo para responder.

-¡Muy bien!- Dijo Harry por encima del parloteo excitado de los novatos. -Estamos buscando dos cazadores y un batiador para la próxima temporada. Ahora quiero a mis batiadores por aquí-, señaló un lugar a su izquierda y un pequeño grupo se separó de la multitud para dirigirse a donde había indicado. -Y los cazadores quédense donde están-.