Capítulo 24

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-Veni, Vidi, Vici-, dijo Harry y el retrato de la Dama Gorda sonrió cálidamente y se abrió, revelando la sala común de Gryffindor, donde todos sus amigos estaban sentados alrededor de un fuego rugiente, algunos estudiando como Hermione, otros jugando al ajedrez como Ron, y algunos susurrando suavemente entre ellos como Ginny y Lavender.

-¡Harry!- gritó Colin, y si Seamus no le hubiera agarrado de la muñeca y le hubiera obligado a sentarse, el alchai sabría que había sido abordado por ciento diez kilos de Gryffindor de sexto año.

-Oye, ¿qué haces aquí?- preguntó Ron sin apartar los ojos del tablero de ajedrez cuando Harry entró por completo en la sala decorada de forma chillona y se dejó caer despreocupadamente al lado de Hermione, que lo fulminó con la mirada cuando chocó accidentalmente su libro de texto con la rodilla.

-Lo siento-. susurró Harry y añadió para que todos lo oyeran, -sólo quería venir a pasar el rato antes de las clases de mañana-. Eso no era una mentira completa, él sí quería ver a sus amigos, el hecho de que prácticamente le ordenaran hacerlo, no cambiaba eso.

-Hablando de eso, ¿crees que puedes hablar con Snape? ¿Pedirle que no sea tan duro con nosotros?- ¡Por favor! ¿Quién se creía Parvarti? ¿Un hacedor de milagros? Snape seguía insultándolo a ÉL; no había manera de que pudiera evitar que hiciera lo mismo con los demás.

-No-. Respondió Harry con una expresión de ojos muy abiertos, con la boca abierta. -¿Conoces a Severus? Buena mujer Merlín, si intentara convencerle de eso, acabaría de nuevo en el ala del hospital-. De acuerdo, tal vez eso era una exageración, Sev nunca lo lastimaría realmente, pero Harry sabía que si le preguntaba sobre ser bien... más amable con los Gryffindors que su reacción definitivamente no sería algo que Harry quisiera quedarse mirando.

El sonido inmaduro provino de Ron, que se había girado en su asiento para mirar a su amigo. -Como si fuera a ponerte un dedo encima, él y los Malfoys son como perros con hueso cuando se trata de ti. No es que te pida que hables con él ni nada por el estilo-. Sí, porque no tenía pociones.

-¡Cambio de tema!- Gritó de repente Neville y Harry le dedicó un movimiento de cabeza y una sonrisa en señal de agradecimiento.

-Gracias Nev-. De repente le vinieron a la mente los libros que Sev le había prestado -Oh, Herm, mira estos-. Harry sacó el pequeño montón de su bolsillo y lo puso sobre la mesa antes de ampliar los libros.

-¿Qué tienes ahí?- preguntó Ginny, que había estado sentada al otro lado de Harry, mientras se inclinaba hacia delante para ver mejor los volúmenes encuadernados en cuero.

-Sev me prestó unos libros sobre veela y vampiros, dijo que los de la biblioteca no eran lo suficientemente buenos-. Hermione se animó al instante al oír eso, cerrando lentamente sus propios tomos antes de alcanzar el libro que estaba en la parte superior de la pila.

-Fue muy amable, lee estos primero, creo que serán los más útiles-. Esto, es por lo que Harry acude a Hermione, ella revisa el desorden que es su pila de libros (o su vida) y le dice en qué debe concentrarse.

-Gracias. ERES UNA BUENA AMIGA HERMIONE!-.

-Sutil Harry, muy sutil-. Murmuró Ron y vio como su peón destruía el caballo de Dean. -¿No te han enseñado nada tus compañeros?-.

Nada que quieras saber, pensó el adolescente de pelo oscuro y miró los libros que Hermione prácticamente le había asignado.

Estoy emparejado con una Veela y...

Así como

Estoy emparejado con un vampiro y...

Al parecer, habían sido escritos por el mismo autor y contaban lo que debía saber el compañero de las criaturas. Un vistazo al índice del primer libro y Harry supo que su amigo había tenido razón al decir que serían de gran ayuda.

HARRY POTTER AND THE PROPHECY OF ESCLARIA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora