capítulo 3. No recuerdo que paso anoche.

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Chels estaba preciosa, lucía un vestido beige que se veía hermoso con su piel levemente bronceada.

Tomé de su tocador su bolsito lleno de maquillaje. No mentire, me gusta maquillarme, pero ligera.

Chelsea tomó su maquillaje de mi mano.

-Yo lo hago...-sonrió ampliamente,que daba miedo.

-¿Que pasa?-pregunté por su sonrisa-¿Tengo algún moco?-llevé mi mano a mi nariz automáticamente.

-No, solo que recordé que de pequeñas también te maquillaba, ¿si te acuerdas, no?.-cuestionó.

-Si.- se apareció una sonrisa en mi cara-Pero, no me dejes como una payasa de circo, como de pequeñas.¿Si te acuerdas, no?.-dije burlona.

***

Abrí los ojos y la luz inmediatamente se colo por estos haciendo que los cerrará tan rápido como pude.

Mi cabeza palpitaba, y la sentía como si tuviera un sombrero de pavimento, sobre ella.

Tenía el vestido del que tanto renegaba.

Demonios, el pie de Chels aplasta mi seno, por poco no lo tengo en mi cara. Lo aparté.

Cuando aclaré más mi visión de donde estaba, identifique el cuarto de Chels, por el collage de fotos de nosotras,los posters de Ed Sheeran y las paredes azules oscuras.

-Hey...¡Hey!.-sacudí el hombro de mi amiga que estaba al otro extremo de la cama, justo al lado de mis pies.

Chelsea se movió e hizo un sonido raro, de fastidio.

-¡Ben, pasa!-dije divertida-A Chels, le fascinará verte.-no daba resultado.

Me moví hacia ella, de manera que quedaramos cabeza con cabeza y pies con pies.

Chels me sintió y me abrazó.
¡esperen! ¿que tiene en su brazo? Oh querida amiga, te babeaste. Y me llenaste. Genial.

-¿Sabes, Marshall?.-habló aún con los ojos cerrados.-Que Ben te folle duro.

Reímos.

-Mi mamá, me matará.

-Ninguna de las dos pedimos permiso cariño.-por fin abrió los ojos y quitó su brazo baboso de mi.

-Dijiste que te quedarías en casa, y terminamos en la tuya.-me posicione de manera que quedará viendo el techo.

Tenía una linda lámpara.

-Me explotará la cabeza, y te salpicaré con mis sesos.-dijo con sus manos en su cabeza.

-No recuerdo nada.-fruncí el ceño.

-No tomemos más alcohol, Dios.-se quejó.

-Si te lo tatuas te creo.-¡¿señorita fiestera y mala influencia diciendo eso?!

Es difícil de creer.

Nos quedamos calladas por unos minutos. Luego escuchamos como unos nudillos golpeaban la puerta.

-Pase.

-Buen día Jenelle.-dije apenas divisé a la madre de mi amiga.
Si, Jenelle. Ella misma me pidió que no la llamará señora.

-Buen día, Marsh.-respondió cortés.-Se que ayer salieron, y sin... avisar.-miro mal a Chelsea.

-De eso te iba a hablar mamá-se sentó en la cama, de manera que tuvieron contacto visual.-Teníamos que distraernos un poco, y se nos olvidó.-lo decía con tanta tranquilidad que pude volver a caer dormida.

Jenelle es la clase de madre que te comprende y que es muy amorosa, solo si le tienes confianza plena.

Esta asintió lentamente.

-¿Distraerse?.-enarco una perfecta ceja.

-Jimmy me cortó.-dije cabizbaja.

-No es necesario.-susurro mi amiga, sobando mi brazo, para que sintiese su apoyo.

Antes de que pudiera decir algo más Jenelle se encontraba, encima de mi en un abrazo maternal. Todos menos el, sabían cuanto le quería.

-Es un idiota...-besó mi frente-Ayudaré.-dijo tomando su teléfono en mano después que se separó de mí.

Y aunque no entendía completamente nada de como ayudaría. No articule palabra. Solo mire con una mueca de confusión a Chelsea, que se encontraba igual de pérdida.

Cuando fijamos nuestra mirada de nuevo en ella.

Notamos que ya estaba hablando, con quien sabe quien, por su teléfono móvil.

-Si...no se preocupe.-habló de la manera más calurosa posible.-En mi casa siempre serán bienvenidos. Es como su segundo hogar.-sonrió y trancó.

No nos dio tiempo de preguntar algo, ya que se adelantó.

-Como supuse, tus padres.-me miró-No sabían donde estabas, les dije que pasaste la noche aquí, y que se nos olvido llamarles.-me guiño un ojo de manera confidencial.-Estaban preocupados, pero apenas les dije que estabas aquí, se relajaron.

-Gracias.-dije sonriendo.-Si que me has ayudado, gracias.-repetí.

¡Joder! Jenelle es la mejor, ya se de donde heredó eso Chels.

-Para la próxima, no olviden que tienen padres.-nos espetó un poco más seria, y salió de la habitación.

***

-Hola mamá, hola papá.-besé la frente de ambos.

-Me tenías con los nervios a flor de piel.-habló mi mamá.

-Yo le dije, que sabías cuidarte cariño, pero ya sabes como es...-mi padre tomó un sorbo de su café.-Sientate a comer, princesa.-me invitó.

Todos deberían ser como mi papá, aunque parezca imposible, no es sobreprotector, el dice que a mi edad hizo muchas locuras, que yo tengo derecho a vivir mi momento.

Si, no podía creerlo cuando lo dijo, pero; un amén a eso.

Por otro lado, mi madre cree que aún soy una pequeña. Aunque me agrada que sea así, de vez en cuando necesito que me mimen, no miento.

Luego de haber devorado mis panqueques con mantequilla, y mi zumo de naranja, subí a mi habitación, me duché. Obvio que antes de llegar a casa le había pedido ropa prestada a Chels, no llegaría con un vestido. Y el maquillaje corrido lo limpie.

Después de la ducha, lave mis dientes y me enrolle una toalla al rededor del cuerpo y otra alrededor de mi cabeza, por el cabello mojado.

Mi teléfono empieza a vibrar en mi cama, lo tomé entre mis manos.

Llamada entrante de Jess.
Mi prima.

-Hola.

-¡¡Marshall Tris!!-chillo Jessica desde la otra línea. Lo sé, todo mi nombre apesta.

-No grites, me esta matando la resaca.-estaba menos pesada desde que me había tomado una pastilla, pero aun sentía molestia.

-Iré, este verano iré.-al fin, veo luz en mi vida.

-¡¡Jessica Caroline!!-esta vez chille yo.

-...¿Ya no importa tu resaca?.-ah, si, pero esta ha sido la mejor noticia en los últimos días

-Me alegre.-baje el tono.

***
Por fa, no sean lectoras fantasmas, vooten Dios, comenten. Me importa lo que piensen.

¿alguna observación? La recibiré para mejorar.

¡vamos!
Estoy muy animada escribiéndola chicas.
No soy muy buena en titulos ni en portadas, pero escribir me encanta.

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