Escuché una risa lejana, unos dedos en mis cejas moviéndolas y luego iban hasta mis párpados donde hacían presión.
-¡BUP!¡BAP!¡BUP!-dijo Chelsea haciéndome abrir los ojos.
Debe sufrir de algún retraso, pobre.
-¡MARSHALL, TE AMO!-me abrazó.
-¿Cómo está Ian?.-pregunté.
Una vez más la Marshall que arruina esos lindos momentos.
-Oh, amiga yo también te amo, que alegría verte nuevamente.-hizo una imitación de mi voz y puso los ojos en blanco. Reí.
-Sabes que sí te amo, pero ¿cómo está él?.
-Bien. Con un tabique en mal estado pero bien.-mostró sus hermosos dientes en una amplia sonrisa.
-¿Has visto a Thomas?.-el hambre empezaba a crecer en mi.
-Sólo su abuela lo ha visto.
-Y yo.-dije diva.
-¿Cómo?.-enarco una ceja.
-Que importa. ¿Has preguntado al Dr. que tiene?.-ella se puso cabizbaja.
-Escuché cuando el Dr. le decía el diagnóstico a su abuela.-confesó.-Recibió balas en varias partes delicadas del cuerpo y, por eso lo reanimaron. Lo volvieron a la vida, pero aún no esta bien del todo.-su voz desbordaba inquietud y mis ojos se nublaron.
-Yo... no viviré sin él.-dije frustrada.
-No te diré que todo estará bien.-agarró mi cabello y empezó a jugar con el mismo.-Pero aquí estaré para soportar contigo cualquier golpe.-no sonreí, aunque quisiera no podía. La tristeza me invadía por dentro, me sentía tan asquerosamente mal.
Sentía que estaba en una jaula de vidrio en el fondo del mar, donde nadie me salvaba y aunque respiraba.., en algún momento el oxígeno no sería suficiente para vivir. Necesitaría de alguien.
-Necesito saber cuando puedo ver de nuevo a Thomas.-susurre.
-No creo que sea posible.-musito Chels.
-Llama a mi enfermera.-le ordene. Ella negó con la cabeza, y yo insistí con la mirada por lo que ella salió de la habitación casi obligada. Después de un momento entraron las dos y yo sonreí amplio como cuando una niña esta apunto de pedirle algo a su madre.
-¿Me mandó a llamar, señorita?.-se acercó más a mi.
-Oh, sólo dígame Marsh.-agité la mano para hacerlo más informal.
-¿Qué necesitas, Marsh?.-dijo risueña.
-A Thomas. Verlo.-me torne más seria.
-No lo sé...-vaciló un poco.
-¡Por favor!-suplique. Ella suspiró cansada.
-Rápido, Marshall. Rápido.-su cara se veía constipada.
Di un brinco y salí de la camilla, vi a Chelsea y ella alzó la comisura de sus labios y se sentó en la silla que había en la habitación dándome a entender que se quedaría ahí.
Caminé fuera con la enfermera, que quizá le quiten su licencia si la descruben. Pero, moría por tomar la mano de Thomas y al menos ver como su barriga baja y sube porque aún respira.
-Gracias. Tienes un escalón más ganado al cielo.-susurre mientras cruzábamos unas puertas.
-¡Por esto, deberían darme un ascensor!-dijo entre nerviosa y bromista.
Llegamos, y entre, él estaba ahí. Acostado, con sus párpados cerrados, su tez pálida y sus labios resecos.
Caminé hasta él, me incliné y deposité un beso en sus labios fríos.
Él medio abrió los ojos y sonrió como pudo.
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Mi estrella fugaz.
Jugendliteraturlee algo que te haga sentir viva, que se sienta tan real como el amor, como el dolor. viaja en esta historia a distintos sentimientos. solo hay una vida. solo hay un amor. solo hay un verdadero desgarre del corazón. son solo unos labios los que enc...