capítulo 33. Jodamonos...

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Me levanté de la cama, no podía dormir.

Maldito insomnio.
Maldito Jerry.
Agh.
Bajé a la cocina, veo a mi madre haciendo unas tostadas, mi papá esta haciendo café, doble, como le gusta.

-Buenos días, meloncito.-me saluda mi papá. Que horrible sobrenombre.

-No me digas así.-le renege. Estaba de mal humor, en mi mente sólo pasaban preguntas y más preguntas sin solución y la más repetida ¿que demonios haría?.
Agarré una tostada de las que mamá preparaba.

-Linda, hoy llegaremos tarde...-comentó mamá regalandome un beso en mi mejilla.

-Que novedad.-solté sarcástica.
Ella me miró con el ceño fruncido.

-¿Estas bien?.-preguntó entre cerrando sus ojos.

-De maravilla.-dije con una mueca. Tomé otra tostada y la comí con escasas mordidas.

-Bien.-dijo, siguió haciendo lo que tenía que hacer.

-Me tomaré el día libre, Marshall. Iremos a jugar golf.-dijo papá, mi madre inmediatamente jadeo en forma de sorpresa. Sus boca se abrió y se volteó a dirección de mi padre con sus brazos en jarra.

-¿Haciendo planes improvisados, Nick?.-le preguntó enarcando una ceja. El asintió y se acercó a besarla.

-Un día con mi hija, un día entero... hace tanto que no tenemos un dia padre e hija.-me sonrió grande, yo traté por demostrarme emocionada, pero solo lo miré con amor y corrí a sus brazos. El me abrazo, diablos, extrañaba esto. Empecé a sollozar, no pude contenerme. Mi papá se separó un poco y me miró con preocupación.

-¿Que pasa?.-me preguntó totalmente perdido. Yo escondí mi cara en él y no contesté, él le dio un par de palmaditas a mi espalda, sentí otros brazos separandome de mi papá y llevándome a ella: mi mamá.

-¿Que ocurre, bebé?.-me dijo con amor. Yo me aferré a su cuerpo, ella empezó a hablar.-Sabes que puedes decirnos lo que sea.-me separé del abrazo. Limpié algunas lágrimas que aún salían de la órbita de mis ojos.

-Yo... tengo mi periodo. Es todo. Me emocioné con que mi papá tomará un día para mi.-mentí y sonreí, o eso traté, seguro no salió más que una mueca.
Mi mamá negó y vio a mi padre, como para que le diese una idea de porque estaba yo así. Luego sus ojos volaron de nuevo a mi.

-Bien. Cuando estés lista para decirnos, te escucharemos chiquita.-dijo mi madre y mi padre la apoyo.

Claro que les diré, para que me alejen de Thomas, para que lo odien, para que se vuelvan locos y vayan con las autoridades. Claro que les diré.

¡ADEMÁS NO DIGAN CHIQUITA!

Bueno, mis padres eran consciente de que cuando quiero a alguien es difícil separarme de ese alguien, sin embargo, ellos queriendo "lo mejor" para mi reaccionarian así. Alejándome de la raíz del problema: Thomas. Pero yo no quería eso, buscaría otra solución, y lo mejor es que sea sin ellos, se que me aman, pero en sus manos no esta la respuesta a mi solución.

Papá suspiró, sacó su móvil, tecleo algo y empezó a hablar con su jefe en la otra línea.

-Si, bien, Marshall tiene diarrea... necesito quedarme con ella. No, no, no, solo hoy. Es que me da miedo que a pobre se enferme peor. Además tiene su periodo.-me estaba incomodando.-Si, imagínate eso...-estaba roja.-Oh, gracias. Si, si.-tranco la llamada. Me coloque de brazos cruzados, ¿que... mierda?. Nos reímos, incluida mi mamá que estaba roja de la risa.

-¡Respira Nicole!-le dijo mi padre riendo también.

-¡Son malos!-hice un puchero.

-Tenia que darle una buena excusa.-se encogió de hombros.

Mi estrella fugaz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora