capítulo 20. Hay distintos tipos de gays.

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Pienso que el universo es una máquina que tiene todo completamente programado para que suceda justo como tiene que suceder. Claro que, de vez en cuando se descompone tal máquina y algunas piezas se rompen, las cosas se alteran, pero hasta esas fallas pasan por algún motivo, entonces, esta mañana despierto filosófica, ¿que estoy haciendo con mi vida?, ¿la estoy desperdiciando? Es que, eso siento. Que la desperdicio. Todos los días la misma mierda, no hago más que comer y defecar. Y cuando es tiempo de clases, estudiar. Pero ¿es lo que realmente quiero? Todo lo que vivo es rutina básicamente. Son solo minúsculos detalles que hacen un día distinto a otro.

Viajar por el mundo entero y conocer otras culturas y otras personas, es lo que más anhelo. Seria una buena idea invertir todos mis ahorros en eso, si tuviera ahorros.

Una vez leí en un libro, de Cohelo.

Si crees que la aventura es peligrosa, prueba con la rutina, es mortal.

Demonios, el si sabía de que hablaba.
Después de preguntarme tantas cosas y no tener repuestas,después de cuestionar mi vida y seguir enfrascada en lo mismo, me estiró en la cama, y se me vino a la mente la grandiosa idea de Alexa: viaje a México.

Es nuevo, no he viajado a ese país. Será una experiencia innovadora y me despejará de todo. Tomó mi celular de la mesita de noche.

-¿Si..?.-escucho la voz somnolienta de Alexa en la otra línea.

-Empaquemos, México nos espera.-dije y me escuche como una de esas películas de vaqueros.

-¡Si, genial! Avisare a mis padres a ver que dicen.-esto me bajo un poco el ánimo. Los padres de Alexa suelen ser a veces muy severos.

-Me llamas cuando hayas hablado con ellos.-finalice la llamada. Y ahí marque a mis padres y le hable sobre el posible viaje, no pudieron decirme que no, ya que sentía cierta culpabilidad si me negaban el permiso al viaje. Al fin y al cabo ellos también estaban viajando ¿no? Seria un tanto egoísta.
Así que si todo se daba ya yo tenía mi permiso asegurado.

***
-¿De que hablas? Tus abuelos son muy amigables.-ya había ido a conocer a los parientes de Thomas. La verdad es que superó mis expectativas, yo veía la invitación un poco tediosa... pero estaba mal, fue genial, yo no se que es que un abuelo te abrace con sus aguados brazos o que te teja un sueter de lana que odies, pero aún así te lo coloques. No conozco el sabor de las galletas de la abuela, o las historias del abuelo cuando estuvo en la marina. No conocí a mis abuelos, y esa tarde sentí como si los estuviera conociendo. Eran amorosos y atentos, un poco indiscretos y hacían sonrojar a Thomas seguido.
Pero lejos de incomodarme me parecía gracioso.

-Todas dicen lo mismo, he llegado a pensar que son mi gancho.-dijo Thomas y sonrió galán. Lo mire unos segundos, estaba debatiendo en mi mente entre ponerlo celoso o simplemente golpearlo muy fuerte. Opte por hacerme la desinteresada, pero la verdad había sido un golpe bajo. Aunque sabía que solo bromeaba.

-Tengo una teoría.-improvise.-Los que alardean mucho sobre algo.., es porque no es cierto.-el se acercó a mi y con su brazo rodeo mis hombros.

-Yo tengo una teoría...-puso el dedo meñique de su mano libre en su barbilla.-Las chicas con teorías son las más bellas.-reímos.

-Déjate de Romeo.-me salí de su agarre.

-La única manera que no salga constate cursileria por mi boca, es que dejes de ser tu misma.-no sonrío. Una novedad en el. Hablaba con plena verdad, y a mi apenas me llegaba el aire al cerebro. Ese es el problema de nosotras, aceptemoslo, nos endulzan con palabras, detalles y caemos como estúpidas. Cada día, inconscientemente no podemos sacarlos de nuestros pensamientos. Por unas simples palabras. Miradas. Al punto que se mete en tu piel y sacarlo cuesta como los mil demonios.

Mi estrella fugaz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora