capítulo 18. Maté a una Kardashian.

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-¡Basta! ¡Me caeré! ¡Oh Dios mío,detente Marshall!-retumbaba la voz de Chels en mis oidos, mientras yo sostenia con dificultad el manubrio de la moto de Thom.
A decir verdad esta motocicleta se parece a esas que salen en los video juegos violentos. Eso me encantaba.

Yo echaba la cabeza hacia atras para soltar una enorme carcajada ante su nerviosismo dramático.

-¡Mira hacia delante, nos caeremos, moriremos!

-Calma.-dije sin voltear y gritando para que me pudiese escuchar, ya que el viento no lo permitia con facilidad.

-Estás completamente loca.-dijo Chels aferrandose a mi muy fuerte, para no caer, a decir verdad iba a una velocidad excesiva para lo que dominaba la moto, puesto que Thomas me había dado una clase improvisada y corta.

You only liven once.

Maneje por las calles cerca de mi casa pero con tantas quejas de mi amiga decidí ir ya a casa o terminaría sorda. Divisamos a Thom en el frente de mi casa sentado en la grama del jardín. Posicione la moto en la acera y bajamos.

-¡Chicas! pensé que no llegarían vivas.-dijo Thom con una sonrisa de alivio, y abrazandonos a las dos al mismo tiempo.

-No exageres.-dije rodando los ojos sin evitar que se me escapara una sonrisa ante su comportamiento materno si así se le puede decir.

-Yo pensé lo mismo Thom, créeme.-dijo Chels bromeando. Obviamente era bromeando, bueno... eso creo.

-Vamos chicos, ¿tan mala soy en esto?

Ellos intercambiaron miradas como indecisos de responderme o no, para luego mirarme.

Thomas se rascó la nuca, y Chels me sonríe penosa.
Los presiono por una respuesta con mi mirada irritada.

-Asi que si soy mala.- deduzco por el silencio.

Mi cara debe ser todo un poema porque, no termino de pronunciar las palabras cuando explotan en risas.

Mientras ellos reían yo los miraba confundida y con los brazos cruzados, esperando que pasará su ataque de risa.

Al cabo de unos segundos Thomas se limpia la esquina de sus ojos humedos.

-Fueras visto tu cara, enojada luces muy graciosa, ¡Si, quizás no tengas mucha experiencia manejando! Vamos aceptalo.-dijo mi amiga mirándome mientras yo estaba cabizbaja-Pero.., se que no me dejarías caer.-yo no estaría segura. Odio el sentimentalismo.

-Te veías sexy montada ahí.-sonrió ladeado. Oh Diosito.
Me sonroje sin evitarlo.

-Idiotas.-bufé juguetona.

Caminamos a el interior de la casa, olía delicioso, como no acostumbra oler en mi casa. Escucho a Jess tarareando una canción. Entró a la cocina y efectivamente ahí esta ella. Feliz cocinando. ¿Alguien es feliz con eso? Yo no. Pero bueno, todos tenemos la manera de estar bien con la comida. Ella cocinandola yo comiendola.

-Huele estupendo.-soltó Thomas.

-Es solo sopa.

-No tengo hambre.-la sopa no es mi favorita. El olor me engaño. No pensé que fuera sopa.

-Yo si.-Thom guiño un ojo.

Salgo de la casa, y camino hasta donde la Sra. Kutcher. Quiero besar a Christopher y que muerda mi labio inferior, quiero reír y ver sus malditos hoyuelos. Quiero que subamos al techo y veamos juntos el cielo, quiero que hable más sobre adoptar una mascota juntos, quiero cantar junto a él cualquier canción pop que se me venga a la mente... quiero que tome mi cabello y lo enrolle para que no estropeé un cálido beso, quiero que me regale una de sus sonrisas para olvidar que tengo hambre y Jessica hizo sopa. Quiero que me diga chiquita, que lo pronuncie con su anhelada voz, que con sus ojos me recorra y me haga sonrojar, como me encantó ver sus celos ante Thom, sus miradas de prepotencia y como se disculpo de no ser el primero entre los dos en regalarme unas flores.

Mi estrella fugaz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora