One-shots Tokyo Revengers II [Male reader]

Mochizuki Kanji

En los barrios bajos de Tokyo existe una persona que puede enterar de cualquier cosa, toda información pasará por sus oídos quedando grabada en su mente pudiendo usarla apenas tenga la oportunidad, es una simple cuestión de saber manipular a las personas acorde a la información que tenga pudiendo obtener más si se lo propone, con ello gana mucho dinero

No necesita pelear, con su facilidad para manipular de otros salvaba su trasero muchas veces, teniendo como acompañante desde siempre a sus fieles perros, unos lobos siberianos que ama con su vida

—Mis lindos lobos bebés, yo también los extrañé—dichos caninos crecen teniendo un porte intimidante pero estando cerca de su dueño se muestran sumisos y juguetones esperando sus caricias con ansias lamiendo su rostro en respuesta—Muestren las pancitas, lindos—con sus manos acarició aquella parte de ambos caninos que se remueven contentos

Sirvió la comida para ambos en sus respectivos platos, su escondite tiene un buen aire acondicionado sabiendo que aquella raza de perros gusta del frío, por eso su pelaje es bastante para mantenerlos en calor

—Tenjiku llegará hoy para atacar a ToMan—murmuró mirando hacía el techo del escondite acostándose en aquella cama improvisada que tiene para disfrutar—¿La ToMan me dará dinero si aviso de ese problema? Lo dudo, no generan ningún dinero—

Qué aburrida una pandilla que no tiene dinero, cada que escucha sobre un conflicto de pandillas se dirige hacía la pandilla que le otorgue tanto dinero como desea entregando la información que ellos quieren escuchar, es un negocio simple

Varias pandillas querían reclutarlo por su buena posición para saber de todos los rumores sabiendo cuales son verdaderas o falsos, es mejor tener de amigo que enemigo, pero se negaba prefiriendo estar por su cuenta con sus adorados perros

Se encuentra pensativo sin durar mucho por sus mascotas que se tiraron sobre su cuerpo, el tenerlo encima le da aquella calidez que adora dejando que estén a los costados de su cuerpos mientras sus manos acarician todo su hermoso pelaje, pueden ser unos adorables perros que se comportan como cachorros cerca suyo pero lo que muchos desconocen es que esos dos lobos siberianos fueron entrenados para atacar sin piedad, entrenados nada más para actuar de forma hostil hacía aquellos que invaden su territorio

Con esa suavidad cerca suyo terminó durmiéndose un largo rato que se volvió en unas cuantas horas, pero despertó abruptamente por la llegada de dos personas que por poco tumban su puerta, sus perros estaban contra la puerta gruñendo mostrando sus enormes dientes preparados para atacar

—Cálmense—ordenó levantándose de la cama antes de apoyarse en la puerta—¿Quién es?—

—Los hermanos Haitani—no pudo evitar sorprenderse al escuchar eso, sabe de sobra quienes son los Haitani por su enorme reputación en Roppongi

—¿Qué quieren para casi tumbar mi puerta?—

—Una charla pacífica con una propuesta—respondió una voz de temer, se supone que es el hermano mayor, Haitani Ran

—Aléjense de la puerta—ordenó escuchando los pasos de ambos chicos suspirando para mirar a sus mascotas—En guardia—susurró

Abrió la puerta notándose que por poco la rompen, frunció el ceño por ello dirigiendo sus ojos hacía ambos chicos que mantienen sus expresión tranquilas colmando su paciencia, primero les otorgó el pasar a su escondite cerrando la puerta bien

—Tus perros no lucen contentos—indicó el de trenzas señalando ambos animales que gruñían con hostilidad

—Actúan así ante extraños—respondió cortante—¿Qué es lo que buscan los reyes de Roppongi?—

—Hemos oído mucho sobre ti, alguien capaz de saberlo absolutamente todo por rumores que sabes desmentir o creer—habló Ran—Esa habilidad no la tiene cualquier, es mejor tenerte de amigo que de enemigo—

—Al grano—ordenó cruzándose de brazos mirándoles de pies a cabeza

—Únete a Tenjiku, no importa si quieres una enorme suma de dinero, te daremos lo que desees si te unes a nosotros—procedió a explicar con seriedad

—No parecen haber escuchado bien de mi, porque no acepto unirme a pandillas—Rindo de su bolsillo sacó un papel que le extendió—¿Qué es esto?—

—El presupuesto que ganaría si estás con nosotros, piénsalo detenidamente—miró los números siendo una enorme cantidad que removió su mente, eso dio justo en su codicia

—Al menos no son unos miserables—dijo antes de tirarse de nuevo en su cama—Espero que sus uniformes sean buenos—

—No te decepcionaras—habló por primera Rindo

—Oye, dile a tu perro que suelte mi bastón—Ran intentó agarrar su fiel arma pero aquel lobo siberiano se la quitó sin darse cuenta ahora teniéndola de juguete—Amiguito, dame—alejo su mano veloz apenas el otro perro se lanzó a morderlo

—Suelten—ordenó por último para que sus lobos se relajaran, se levantó de su cama abriendo la puerta para sus nuevos compañeros—Nos veremos cuando hayan noticias nuevas—

Mantiene su porte relajado vistiendo aquella gabardina larga de color rojo de la pandilla, no pelearía siendo una de sus condiciones para estar en aquella pandilla, permanecería en las sobras sin delatarse ni involucrarse en nada

—Luces bastante común para ser una persona inteligente—miró hacía su costado a uno de los reyes celestiales, Mochizuki Kanji, también llamado Mochi

—Lograría sorprenderte todo lo que puedo saber, Mochizuki—respondió sin sentirse asustado por su imponente presencia, todo por su estatura de 1.90 que le hacía ver pequeño con sus 1.79

Fumiya se percató de la silencio presencia de Kisaki por los pasillos, frunció el ceño unos cuantos segundos antes de desviar su mirada de Mochizuki

—Tengo algo que hacer, nos veremos después, fortachón—paso de largo pensando en buscar a Izana para advertirle de Kisaki

Mochizuki volteó un poco para mirarlo por sobre su hombro dándole la espalda sin poder detallar mucho de su figura por aquella gabardina de la pandilla que lleva puesta, le pareció alguien interesante con su actitud poco miedosa, no muchos se acercan hasta él para hablar como si nada, no mostró un activismo de miedo o algo parecido

Personas así valen la pena de ver