Imaushi Wakasa

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Roppongi maneja millones de casinos ocultos en sus calles, muchas personas están a menudo en dichos casinos apostando enormes cantidades de dinero esperando duplicar sus ganancias, muchos pierden, muchos ganan, los juegos de casino jamás serían aburridos porque lo que muchos buscan es la ganancia, el dinero en efectivo que esté en sus manos

Entre todos los casinos es audible los rumores sobre cierto jugador de apuestas con una racha ganadora como si supiera cómo elegir sus apuestas, atreviéndose a apostar contra personas con altas apuestas que termina ganando, es un jugador intocable, nadie puede ganarle

Fumiya ____ no es una persona común, puede lucir como un chico de aspecto calmado demostrando su seguridad en cada jugada al apostar pero secretamente esconde una mentalidad meticulosa, diariamente maneja enormes cantidades de dinero en efecto que deposita al banco para tenerlo en sus tarjetas bancarias

Brahman necesita un apoyo monetario para ciertos recursos, esa idea fue mencionada durante una reuniones de los altos mandos con su respectiva líder que aceptó la idea, la cuestión es encontrar a una persona correcta que no fuera de mal corazón

—Fumiya ____ luce como un buen candidato para ser nuestro soporte monetario, el tesorero de Brahman—habló Takeomi leyendo los papeles en sus manos pasándolos a los demás presentes—Hablar con él es complicado porque pasa todos los días en los barrios altos de Roppongi en los casinos sin detener sus apuestas que le proporcionan enormes cantidades de dinero sin perder una sola vez—

—Eso significa que convencerlo de unirse será complicado, si está todo el día en los casinos dudo que le guste salir—explicó Imaushi sin equivocarse en sus palabras

—Correcto—afirmó Takeomi mirando a los presentes con seriedad—Seguirle el rastro también es difícil, está en movimiento constante por todos los casinos sin parar—

—Es un loco por el dinero—explicó en pocas palabras Benkei desde su puesto

—Benkei no se equivoca, parece un claro ejemplo de una persona obsesionada con el dinero—intervino Senju leyendo toda la información obtenida de aquel joven hombre albino de mechones azabaches

—Hagamos el intento—pidió Takeomi—Iremos Waka y yo, si logramos que Fumiya acepte estaríamos teniendo un enorme apoyo monetario que sustenten a la pandilla—

—Qué fastidio, un viaje hacía Roppongi nada más para hablar con un sujeto que puede ignorarnos si lo desea—se quejó aquel rubio de mechones morados

—Les deseamos mucha suerte, parece que la necesitaran mucho—habló el moreno albino apiadándose de sus amigos

—Está decidido, esperemos tener buenos resultados con esta idea, Takeomi—dio por finalizada aquella reunión la albina de ojos esmeraldas





Los casinos de Roppongi son otro mundo, es confuso porque son lugares extensos llenos de toda clase de emociones de las personas presentes, Wakasa se siente aturdido por los escándalos cercanos deseando abandonar el lugar lo antes posible lleno de malhumor porque han estado intentando atrapar al tan mencionado Fumiya fallando repetidas veces

—Takeomi, esto es una mierda, larguémonos de acá porque no soportaré un minuto más aquí—dijo con sus cejas fruncidas apretando con sus dientes aquella paleta en su boca antes de romperla

—¡Ahí está!—tomando del brazo al rubio con mechones morados apresuraron el paso para estar justamente en frente de aquel joven hombre

—Ya me duele la cabeza de tantas luces coloridas, sufriré de un jodido ataque de epilepsia—le importa poco quejarse en frente del tan buscando Fumiya

—Disculpa, ¿tienes unos cuantos minutos para hablar? Queremos proponerte algo bueno—interrogó esperanzado Takeomi, toda su búsqueda debería tener un buen resultado

Sino se tiraría a las vías del tren por tanto cansancio que sufrió aquel día




—Aceptaré unirme a Brahman si Imaushi me da su número de teléfono—

¿Qué clase de idiota es Fumiya? Ni llevan dos minutos de conocerse para desear ahorcarlo con todas sus fuerzas, sin mencionar la enorme patada que quiere darle por su estupidez

Su expresión al escuchar aquel pedido fue un poema, la sonrisa egocéntrica del mayor salió a relucir achicando sus ojos como si estuviera burlándose de su aturdimiento, eso le enfadó mucho más teniendo que ser detenido por su amigo para evitar caerle a puñetazos para borrarle la sonrisa estúpida en su cara de engreído

Desde aquel día, ignora todos los mensajes que recibe de aquel albino de mechones azabaches. Los mensajes son comunes buscando una conversación normal entre ambos sin haber una segunda intención de pedirle acostarse, le rompería la nariz si pide algo como eso

En el chat de la aplicación tiene montones de mensajes que ignora olímpicamente, incluso colocó aquel chat en el puesto de archivados para ni ver las notificaciones

—Imaushi, pensaba que odiabas visitar los casinos. Acompáñame, te llevaré a un lugar más tranquilo para poder hablar sin molestias—volviendo a los casinos de Roppongi piensa que morirá de un dolor de cabeza por tantos colores y luces

Pagando sin mucha pena, entraron en una zona VIP sin nadie presente para molestarlo siendo un lugar con las luces bajas con unas mesas circulantes siendo rodeadas por un sillón redondo

—Ignoras mis mensajes, evidentemente—se acomodó en su asiento acomodando sus mechones rebeldes que molestar su vista—Pero me alegra verte de nuevo, siempre luciendo tan bien sin importa qué, Imaushi—

—Céntrate en el tema, estamos hablando del trabajo, enfócate—exigió con su ceño fruncido sintiendo un pequeño rubor en sus mejillas

—¿Qué pasa, Imaushi? ¿Te pongo nervioso? Nada más hablo con la verdad, eres alguien completamente atractivo sin dudar—aseguró con una sonrisa en sus labios apoyando su mejilla en su mano

—Deja tus halagos fuera de la conversación, enfoquémonos en el trabajo—ordenó sacando los papeles de la información sobre los ingresos de los últimos meses que deben ser comprobados por el mayor

—¿Al terminar podemos conversar mejor en un restaurante aquí cerca?—preguntó ladeando un poco su cabeza mirando por sobre los papeles en sus manos

—Fumiya—dijo

—Imaushi—respondió sonriente



—¿Mi lindo, hermoso y precioso Wakasa está avergonzado por un pequeño beso?~—su mano juega con los mechones rubios y morados del menor que tiene sus mejillas rojas como tomates pero esconde su rostro en su pecho avergonzado

—¿No puedes dejar de ser un hablador por unos segundos, idiota?—preguntó mientras sus manos se aferran a la ropa del contrario con los nervios a flor de piel

—Lo siento, mi precioso chico—se disculpó con aquel apodo que empeoró los nervios de Wakasa

Al parecer, nada más se estaba haciendo el difícil al no querer aceptar tener sentimientos por Fumiya

One-shots Tokyo Revengers II [Male reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora