Sano Manjiro

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Su amigo azabache de tatuaje de dragón le extendió un sobre bien sellado de dudoso contenido en su interior, sus otros amigos están serios también como si estuvieran en un funeral preocupándole un poco. ¿Morirá en pocos días y no está consciente de ello?

—Entre todos pusimos un poco de dinero, buscamos unas buenas opciones para que asistas a citas con un psicólogo, con ese dinero podrás pagar unas cuantas semanas para iniciar—Draken le dejo en sus manos aquel sobre que está medio lleno

—Les agradezco por preocuparse por mi salud mental pero ¿por qué tan repentino?—guardo el sobre en su bolsillo mirándolos a todos en espera de una respuesta

—Seré sincero—advirtió Draken—Debes intentar dejar ir a Mikey, aunque sea algo complicado, no puedes aferrarte a él por tantos años—

—Nos tienes preocupado, sufres algunas caídas emocionales cada que recuerdas a Mikey—explica con notable preocupación Mitsuya—Recordarlo nada más te hace más daño—

—Oh...—desvió su mirada escondiendo sus manos en los bolsillos de su chaqueta, no le gusta hablar mucho del tema

—Kazutora y yo estamos preocupados, cada ves algo que te trae algún recuerdo con Mikey terminas en una nube de tristeza que no puedes manejar. Es necesario que vayas con un profesional, porque dudo que hablando se arreglen tus pensamientos—aclara Chifuyu siendo apoyado por Kazutora

Observó las expresiones de sus amigos, comprende su preocupación por su bienestar mental, ellos no mienten al decir que se lastima así mismo con sus recuerdos con Mikey que no tardan en asomarse día tras día, para terminar en su cama preocupándose por el bienestar de su vieja pareja y amigo

Aquel que vio hace unas semanas atrás por pura casualidad tras haber cerrado la tienda de mascotas, quiso acercarse pero algo intervino, por ello sus emociones están cada vez más revueltas al igual que sus recuerdos, sus bajones emocionales aumentaron por ello

El nítido recuerdo del albino con tatuaje en su nuca alamar sus sueños, deseando haberle abrazado para resguardarlo de la oscuridad que tiñe su alma



Sus sesiones de terapia empezaron, sintiéndose mayormente agotado por eso sin tener la confianza para hablar con otra persona sobre sus problemas, pero según la psicóloga terminaría tomando confianza mediante los días pasarán, cada quien toma su tiempo para soltarse

Amablemente, haciendo espacios en sus trabajos, sus amigos se turnan para esperarlo al salir de sus sesiones para que no pasara por aquel proceso en solitario, me gusta salir encontrándose con alguno de sus amigos

Un día saliendo no encontró a Chifuyu, recibió un mensaje de disculpas porque le salió trabajo de último minuto prometiendo que le compensaría el tiempo perdido sin ser mucho problema estar solo aquel día, pasando por un callejón se sobresaltó apenas notó a un hombre apoyado de la pared

Un hombre alto de cabello morado con mechones azules corto, sus ojos son caídos morados, en su cuello tiene un tatuaje de hanafuda que recuerda haber visto antes, pero en la nuca de Mikey

—Supongo que no es necesario presentarnos, ya nos conocemos de antes—la voz aturdió sus pensamientos siendo una baja pero intimidante haciendo temblar sus piernas—Acompañé por las buenas, Fumiya—

—¿Conocernos de antes?—un pánico ahogó su cuerpo haciéndole temblar—¿Adónde me llevarás? ¿Quién eres?—

—Vaya, los años me cambiaron mucho—el extraño se acercó hasta un vehículo de aspecto costoso—No quiero repetirlo, el jefe quiere verte sin un rasguño, es mejor no hacerlo molestar—

El hombre realizó un movimiento para abrir la puerta trasera del vehículo, su saco se alzó un poco mostrando la culata de un arma, no puede negarse porque sino recibiría un buen disparo que acabe con su vida seguramente

Entró al vehículo, no es para nada incómodo, las calles pasan con una velocidad moderada pero se mantiene tranquilo sin querer hacer tanto revuelo, eso puede ser premiado con un disparo en la frente

—¿Adónde vamos?—preguntó acariciando el asiento de cuero con sus manos estando ansioso

Todo en los últimos días había sido bueno para ahora ser prácticamente secuestrado por un hombre armado, pero tampoco dirá que parece feo, aquel extraño tiene un aspecto atractivo que nota estando en el vehículo viendo por el retrovisor sus ojos caídos morados

—No te desesperes—dijo—Tampoco intentes llamar por ayuda o me obligarás a romper tu teléfono—

—No, gracias—ni toco el aparato en su bolsillo, no quiere que eso suceda—Me gusta el teléfono que tengo ahora, no quiero cambiarlo antes—

Es mejor quedarse callado para evitar problemas, ver aquellos ojos caídos le hacen tener cierto recuerdo de unos mismos ojos caídos en un chico de trenzas con el cabello entre azabache y rubio

—Haitani Ran, ¿no eres él? Tus ojos me parecen conocidos de antes—habló para hacer conversación, realmente esta cagándose del miedo

—¡Si tienes una buena memoria!—el vehículo se estacionó frente a un lujoso edificio—Mantente conmigo, el jefe debe estar impaciente por tu llegada, no es bueno tardar cuando se trata de él—

—¿Quién es el jefe?—se hace una vaga idea pero tampoco quiere indagar mucho

—Sano Manjiro, Mikey como muchos le conocen—respondió apenas entraron en un ascensor espacioso presionado el botón del último piso—Debes saber de quién habló, todos aquí sabemos quién eres—

—Un ser vivo inferior a ustedes, porque un lugar así nada más me dice que todos tienen más dinero en la billetera que yo—

—¿Cuánto tienes en la billetera?—

—No recuerdo, ni la tengo conmigo—se lamentó sin encontrar aquella billetera pequeño suya

Llegaron hasta unas lindas puertas lujosas, el más alto tocó la puerta avisando de la llegada del invitado recibiendo una respuesta afirmativa de su líder

—Nos veremos después, Fumiya—

—Nos veremos después, Haitani—respondió entrando en la habitación que tiene las persianas evitando que la luz entre con intensidad

Es una vista increíble desde aquel lugar, pero no está para aprecias las vistas, está para hablar con aquel responsable de todos sus sentimientos revueltos y sus recuerdos tristes del pasado

—Mi psicóloga comentó que cerrar los ciclos es importante para aprender a dejar ir aquello a lo que nos aferramos—rompió el hielo examinando el aspecto del albino de ojos negros con ojeras, vistiendo de puro negro—Está es una buena oportunidad para cerrar los ciclos incompletos y superarte, Manjiro—

—He notado que acudes a terapia antes, al encontrarte, al saber que estás bien, quise estar al pendiente de tu bienestar teniéndote vigilado—

—Eso se escucha mal, Manjiro—aseguró incómodo

—Esa es mi única forma de demostrar que sigo sintiendo algo por ti, pero entiendo que quieras continuar tu vida—

—¿Entonces por qué me trajiste aquí sabiendo que te dolería verme irme para no volver?—

—Yo no lo entiendo tampoco...nada más necesitaba verte de nuevo—se levantó de su puesto reluciendo estatura, no ha cambiado nada, cuando estuvo lo suficientemente cerca entrelazó los dedos de sus manos con lentitud mirando aquella unión como lo más hermoso en el mundo, sus ojos brillaron por unos segundos, sorprendentemente—No me importa si es una última vez—

El corazón siempre volverá al lugar donde alguna vez fue feliz, así funcionan sus corazón lamentablemente sabiendo que no pueden estar juntos

—Sano Manjiro—habló ___—Te propongo escapar. Escapemos de todo, escapemos del país si es necesario, pero no soporto la idea de separarnos otra vez, no puedo—

—¿No tienes una vida ya?—

—Es una buena vida, pero faltas tú para hacerla perfecta, Manjiro—

One-shots Tokyo Revengers II [Male reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora