𝙄𝙎𝘼𝘽𝙀𝙇𝙇𝘼
—¿Dónde está? —me preguntó Alastor mientras sostenía el vaso de café de Amethyst.
—Quizás fue a ver a su madre —Exclame yo terminando de beber mi propio café, estaba extremadamente nerviosa y cuando los nervios me atacan bebo más café del que estoy acostumbrada.
—Vamos a ver si está allí entonces —Comentó él caminando junto conmigo.
—¿A quién has estado llamando? —Lo vi constantemente tomando su celular.
—A Caín
Suspire pesado y continuamos caminando en dirección a la zona de cuidados intensivos, Allí estaba Kaya sentada leyendo un libro pequeño mientras jugaba con un mechón de su cabello, ella tenía el pelo de un tono castaño chocolate y la piel atezada, sus ojos eran oscuros y de forma almendrada, tenía una expresión tierna pero dura a la vez, ni tan alta ni tampoco baja, como de 1.70 y vestía de una forma bastante simple pero bonita.
Me gustaba observar cada detalle en las personas.
—¿Que lees? —preguntó Alastor sentándose a su lado.
—Es un manga —Lo señalo ella —One piece
—¿Y de que trata? —Añadió el rubio, me senté a su lado y le pegue un codazo —Oh, verdad... ¿Donde está la cereza?
—¿La que? —dijo ella frunciendo el ceño.
—Es que le digo así por que cuando se pone colorada sus mejillas parecen dos cerezas y me dan ganas de morderlas, creo que ya lo he mencionado pero la gente no me toma atención —Estaba muy emocionado contando su historia pero le pegué otro codazo.
—Hablamos de Amethyst, fuimos a buscar café y ella desapareció, pensamos que estaría aquí
—Oh, no... Ella no ha venido por aquí de hecho mi padre hace un rato pudo entrar para estar con la señora Roussel
Alastor y yo asentimos, yo tome mi celular para tratar de llamar a Ame pero parecía ser inútil. Por otro lado Alastor seguía texteando a Caín, ya que estábamos allí él aprovechó de conversar más con Kaya.
—¿Como es que se conocen ustedes? —Preguntó él.
—Bueno, hemos vivido toda la vida junto a ellos y mi padre se conoce desde la universidad con la madre de Amethyst —Comentó ella.
—Pero ¿Ame y tú jamás fueron amigas o si? —Pregunté.
—Mmm no, cuando éramos muy pequeñas jugábamos pero al crecer nunca más volvimos a hablar
—¿Y eso por qué? —Interrogó Alastor.
—Intereses distintos supongo... Yo no salgo a ningún lado, me la paso encerrada viendo anime, leyendo mangas o jugando video juegos, además soy un tanto asocial —Exclamó ella encogiéndose de hombros.
—Ya veo —comentó el rubio. —¿Y como se llevaban con ese señor? —preguntó refiriéndose al padre de Ame.
—Pues, nada bien... De hecho antes de que nosotras naciéramos nuestros padres se juntaban y hacían cosas como cenas, asados, salir de fiesta, pero todo terminaba mal cuando él bebía demás y se ponía muy loco —suspiro ella. —Es al menos lo que mi padre me contaba
—Vaya... Si me imaginaba que tendría que estar loco, Ame nunca me quiso hablar mucho de él, aunque tampoco pensé que las cosas fueran así de graves —dije mientras mordía una de mis uñas.
—Hubo ocasiones que los gritos eran muy fuertes, mi padre siempre llamaba a la policía pero jamás llegaban y si llegaban era cuando ya todo había pasado —protestó ella. —Lo bueno es que ahora teníamos el número de ella para avisarle
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Just Like An Engel
CasualeEn un pueblo siempre habrá secretos y Graydale no es la excepción. Un asesinato hará que la telaraña de mentiras comience a deshacerse mientras que el imperio que se creó sobre Graydale sigue creciendo. Una chica con un hambre insaciable por crecer...