Capítulo 40: "Las diferencias"

1.3K 120 22
                                    

Cuando Lexa encendió las luces del apartamento Clarke parpadeó un poco perdida por el cambio, no se veía para nada como el lugar que ella recordaba. Los colores oscuros y los muebles modernos que solían predominar habían sido reemplazados por muebles de madera clásicos de color natural, el blanco ahora predominaba interrumpido por el verde de algunas plantas, todo envuelto por la atmosfera acogedora que creaban las luces cálidas de la habitación.

-¿Qué le pasó a tu departamento?- no pudo evitar preguntar Clarke.

-¿A qué te refieres?- preguntó Lexa confundida.

-Esta decoración, es exactamente opuesta a lo que solía ser- dijo de inmediato la rubia.

Lexa miró alrededor extrañada tratando de recordar cómo había lucido ese departamento la última vez que Clarke había estado allí. Le había dado total potestad a su tío para remodelar y decorar el departamento al no estar ella allí para hacerlo, había enviado un par de fotos para que su tío las usara de guía en el proceso, las había sacado de instagram en una búsqueda no muy comprometida, las había elegido por que le resultaban acogedoras y lo había dejado jugar al decorador si era sincera.

-Los gustos cambian con el tiempo- dijo la castaña encogiéndose de hombros.

-¿Tanto? No me malinterpretes, esto es hermoso pero te imaginaba más yendo hacia lo industrial o el minimalismo- comentó la rubia mientras atravesaban el salón.

Realmente no quedaba algún rincón, algún objeto, algo que le recordara al espacio que una vez habían compartido.

-¿Qué puedo decir? Instagram es una mala influencia- comento la castaña encogiéndose de hombros de nuevo no dandole importancia. 

Clarke miraba alrededor dándose cuenta que podría haber entrado a ese lugar y no reconocerlo si no fuera porque el exterior de las torres permanecía igual.

-¿Quieres comer algo antes de irte a dormir?- preguntó Lexa a mitad del salón.

-No, estoy bien, gracias- dijo Clarke no deseando ver más de esa casa.

Lexa la guió hasta el pasillo que daba a las habitaciones y la condujo a la que antiguamente había sido la habitación que ambas infinidad de veces compartieran. Clarke se quedó inmovil frente a la puerta cuando la castaña la abrió y pudo ver una habitación que también le pareció irreconocible.

-El cuarto de huéspedes, hay toallas y batas en el armario por si quieres darte un baño… te dejaré una camiseta para que puedas dormir- dijo la castaña mientras entraban al cuarto- cualquier cosa estaré en la habitación del fondo.

-¿Duermes en el antiguo cuarto de huéspedes?- Preguntó la rubia para asegurarse que la castaña había intercambiado las habitaciones y no que su memoria le estaba jugando una mala pasada.

Aunque estaba completamente segura de que su cabeza no la estaba engañando.

-El mismo, da al norte, me cambié allí por eso- dijo Lexa como si eso explicara todo- ire a buscar la camiseta, acomodate tranquila- agregó y después salió sin más del cuarto.

Clarke miró alrededor de la habitación, la que había sido de Lexa, la misma donde tantas veces habían hecho el amor, reñido, dormido y jugado juntas y no la reconoció. Antes de que su cabeza la llevará por otros derroteros sombríos prefirió tomar una toalla y una bata del armario para meterse al baño y darse una ducha con la esperanza de que eso la pudiera reconfortar.

Lexa revisó los cajones en busca de una camiseta poniendo pegas cada vez que una aparecía para no entregar ninguna de sus prendas, por alguna razón que desconocía estaba un poco negada a cederle una a su invitada. Resopló enojada consigo misma y tomó la primera camiseta que tuvo a mano, debía ser una buena anfitriona, por el bien de la relación con su futura prima. 

Los caprichos del destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora