Capítulo 36: "Suerte"

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-¿Crees que aquí tengan velas?- preguntó Aden mirando al local con dudas.

-No lo se, vamos y preguntamos- dijo la castaña desabrochándose el cinturón.

Aden le dio una mirada más a la tienda de recuerdos y negó con la cabeza.

-Ve tu, te espero aquí- dijo el chico poniendo la música del auto.

-Pero te quedas en el auto ¿Entiendes?- dijo Lexa tratando de sonar firme.

El muchacho asintió sin prestarle realmente atención pero Lexa prefirió no discutir, Aden era siempre el que insistía con empezar a comprar velas pero el nunca iba a comprarlas, era un pequeño holgazán sin escrúpulos a la hora de delegar obligaciones en otro. Se bajo del auto y camino hasta la puerta de la tienda preguntándose si tendrían, no le gustaban las velas que había visto en los dos pequeños supermercados del pueblo porque eran demasiado ordinarias y se empezaban a acabar las opciones de donde comprarlas, su última esperanza era que esta pequeña tienda de artículos regionales vendiera algunas decentes pero poca fe le tenía.

Entró a la tienda y la campanilla sonó haciendo que tres clientes y una mujer en la caja la mirasen de forma un poco creepy para su gusto, los lugareños podían hacerte sentir como un bicho raro a veces cuando no eras del lugar. Camino un poco entre las estanterías fingiendo que no sentía para nada la miradas en su nuca cuando vio una escalera unos pasos más adelante, levantó la vista para encontrarse con una muchacha rubia que había visto un par de veces antes caminando por el pueblo mirándola medio embobada encima de la escalera con un atrapador de sueños en la mano.

Lo primero que pensó al verla mas de cerca fue que era bellísima, pero siempre solía pensar eso cuando la veía, lo segundo que pensó después de que la chica al verse descubierta observando se pusiera nerviosa, dejará caer el atrapasueños y soltara un taco en voz alta para ponerse roja como un tomate fue que era un poco adorable y no pudo evitar sonreír. Cuando la chica se bajó nerviosa de la escalera y terminó aterrizando sobre su trasero Lexa se acercó de inmediato preocupada y le tendió una mano para ayudarla a levantarse. La muchacha miró su mano unos segundos como si no entendiera para que Lexa se la tendía hasta que finalmente la tomó y levantó la mirada con el rostro ardiendo. Lexa la miró divertida, esa forma de caerse sobre su trasero le había traído el recuerdo de otra rubia mas pequeñita trastabillando de la misma manera haciéndola enternecerse un poco.

Cuando pego un pequeño tirón para ayudarla a levantarse gracias al impulso del mismo la chica acabó más cerca de ella de lo que pretendía.

"No tiene ojos" pensó con ironía la castaña al ver las dos orbes azules mirándola y el recuerdo de una niñita rubia mirándola con unos ojos muy parecidos a esos volvió a golpearla, pero no existía la posibilidad de que... ¿No?

-¿Qué hacen?- preguntó entonces la voz de Aden haciéndola sobresaltarse.

Su hermano estaba de pie junto a ellas mirando de una a la otra como estudiando la situación y Lexa tembló un poco, Aden era una bomba de tiempo cuando había una chica bonita cerca. En su afán por que ella no volviera con Costa solía obrar de celestino de forma bastante desastrosa sacándola del armario con extrañas sin la menor sutileza.

-Aden te dije que te quedaras en el auto- dijo de inmediato Lexa tratando de regañarle para que no hiciera una de la suyas.

-Me aburría y tú te tardas siglos cuando compras velas, me iba a crecer una barba como la de papá esperando- dijo Aden mientras se tocaba la mandíbula con horror, Lexa puso los ojos en blanco, tío Titus ya comenzaba a contagiarle lo dramático.

La rubia a su lado río y Aden la miró de inmediato evaluando y sonriendo después, como si la aprobará haciendo que a Lexa se le erizaran los vellos de la nuca. Tenía que alejar a su hermano de esa chica de inmediato a acabaría pasando un momento vergonzoso.

Los caprichos del destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora