Capítulo 48: "El curso natural..."

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–A dos páginas del final te salvaste de la cancelación, Clarke– dijo Lexa cuando se separó del beso.

–¿Qué yo qué? –preguntó la rubia confusa, anclando sus ojos a la boca de Lexa.

–Que termine el segundo libro– dijo la castaña y volvió a besarla, la forma en que Clarke la estaba mirándo no le dejaba otra opción.

La rubia llevó las manos a los hombros de la castaña, suavizando la tela de su chaqueta  y sonriendo en el beso. No creyendo del todo que Lexa hubiera decidido sencillamente aparecerse allí, no pudiendo prestar de todo atención a lo del libro.

–Tienes pintura en el cabello– dijo la castaña riendo entre besos, mientras apartaba el mechón en cuestión.

La rubia se separó en un santiamén y retrocedió, como si fuera a ir hacia adentro, pero regresó para cerrar la puerta con llave, para asegurarse de que nadie más entrara. Entonces tomó a Lexa de la mano y la arrastró tras ella haciéndola reír sin decir nada más.

–¿A dónde me llevas? –preguntó la castaña burlona, deseando que dijera que a su habitación.

–No sé, estoy nerviosa, no te esperaba aquí– dijo la rubia y le soltó la mano para mirar alrededor pensando que hacer.

–No me has saludado aún– le recordó la castaña entonces, mirando su atolondrada reacción con ternura.

–Hola – dijo la rubia acercándose a ella y dándole un beso para separarse, sonreír nerviosa y correr un atril de donde estaba solo por hacer algo.

Lexa la miro riendo, Clarke nerviosa era algo que le resultaba adorable, que la rubia no hubiera pensado en la opción sexo por culpa de los nervios, cuando era a donde iba su cabeza casi siempre, decia mucho lo que habia provocado al llegar de sorpresa.

–Tengo que ordenar este desastre o se secara todo y arruinare los pinceles– dijo la rubia al ver el atril pero enseguida se corrigió hablando a una velocidad alarmante –que va, comprare otros ¿Quieres ver la casa? Espera aquí, no se si está lo suficientemente ordenada, tampoco es que viva en un tugurio, mi desorden es el orden de otros, o podríamos ir a comer afuera, solo tengo que bañarme y cambiarme primero pero tengo que dejarte aquí o puedes subir y esperarme en el living…

Lexa le tomó el rostro y le beso los pómulos de forma suave mientras hacía un sonido de "Shhhhh" con los labios para relajarla. 

–Respira –le dijo en un susurro, junto a la comisura de sus labios.

–No ayuda que me beses–contestó Clarke riendo nerviosa pero agregó– igual continua, mis nervios me tienen sin cuidado.

Lexa agacho la cabeza temblando de risa, claro que Clarke le saldría con algo así, era Clarke al final de cuentas. Levantó el rostro para mirarla sonriendo y los ojos azules la miraron nerviosos, demasiado cargados de preguntas.

–Acomoda tus materiales, así te relajas –dijo la castaña señalando el atril.

–Lexa estoy tan nerviosa que si toco un pincel, lo usare para apuñalar el bastidor –dijo la rubia riendo de sí misma.

–No pensé que fueras de esa clase de artistas conceptuales ¿Tienes una banana pegada con cinta a la pared en alguna parte?– le preguntó Lexa para tratar de relajarla.

Funcionó porque Clarke rió y negó con la cabeza.

–Ordena tus cosas, no pongas todo patas para arriba por mi– dijo Lexa para darle un respiro.

–¿Segura? Realmente no me importa dejarlo ahí –dijo la rubia que parecía un poco más relajada.

–Hazlo con calma, voy a husmear esa pared –indicó la castaña, señalando un muro que estaba revestido de dibujos enmarcados.

Los caprichos del destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora