Lexa escucho un ruido raro, era como de algo raspando y abrió los ojos media adormilada para encontrarse con Clarke sentada a modo indio junto a ella dibujando concentrada, tenía incluso una mancha negra sobre el lado izquierdo de la nariz que seguramente se había hecho sin darse cuenta. Lexa sonrió inevitablemente al ver esa pequeña mancha recordando algo ya demasiado lejano.-¿Qué haces?- preguntó finalmente con voz adormilada.
Clarke dio un pequeño respingo haciendo un rayón en su dibujo y después miró a Lexa con una mezcla de enfado y vergüenza bastante adorable.
-Estoy dibujando, cierra los ojos, relaja el rostro y vuelve a dormirte- dijo la rubia un poco mandona.
-Tengo que levantarme- dijo Lexa comenzando a levantarse.
Clarke negó de forma enérgica con la cabeza y la miró con el rostro de una profesora a punto de regañar a su alumno mientras ponía una mano en su espalda y la empujaba a su posición anterior.
-De ninguna manera, te quedas inmóvil donde estas, ya casi termino- dijo la rubia tomando una goma y empezando a borrar suavemente el rayón.
Lexa resoplo pero cerró los ojos para complacerla, Clarke tenía esa manía de dibujar o quedarse mirando en silencio de a ratos y cuando Lexa le preguntaba en qué estaba pensando la rubia le respondía que solo estaba haciendo una fotografía mental para poder dibujarla luego. Lo molesto de todo el asunto era que Clarke no le dejaba ver sus dibujos, al menos no los que hacía de ella y a Lexa le daban mucha curiosidad. Espero un rato que le pareció una eternidad, dándole tiempo a Clarke a terminar antes de volver a hablar.
-¿Ya puedo levantarme?- preguntó la castaña.
-No- dijo Clarke con voz seria, el ruido del carboncillo trabajando y sus voces era el único sonido en la habitación.
-Pero dijiste que ya casi terminas y debo llevar una hora fingiendo dormir- se quejo la castaña.
-Hace cinco minutos de reloj Lexa, los conté- dijo Clarke con el mismo tono.
-Amor...- iba empezar a quejarse Lexa pero Clarke la detuvo.
-Quita esa mueca y espera solo un poco más cariño, por favor- pidió Clarke poniendo voz dulce.
-Está bien- accedió Lexa, el "cariño" y la voz dulce de Clarke combinados le podían.
Clarke miro a Lexa recostada sobre su estómago con los brazos cruzados debajo de la almohada, la cabellera castaña cubría parte de su rostro dando todo el protagonismo a su boca y otra parte se derramaba sobre su espalda desnuda, de sus pechos que se apretaban contra el colchón solo se podía ver el perfil y la sábana se hallaba a mitad del trasero de Lexa cumpliendo a duras penas su función. A Clarke las manos le habían picado al despertar y encontrar semejante visión, y cómo Lexa había estado profundamente dormida le había parecido cruel despertarla solo para hacerla poner en cuatro y joderla hasta el hartazgo así que se había inclinado por su segunda opción favorita: retratarla.
-¿Clarke ya terminaste?- preguntó Lexa después de unos minutos.
-Solo me falta un poco- dijo la rubia mientras difuminaba un par de sombras.
-Necesito ir a hacer pis- pidió la castaña haciendo un puchero.
-Te aguantas, eres una niña grande- respondió Clarke.
Lexa resopló y se quedó inmóvil pensando en cosas secas, realmente tenía ganas de ir al baño y Clarke con su manía de dibujar no la dejaba.
"El desierto del sahara, un largo camino polvoriento, asfalto caliente...no está funcionando, voy a orinarme" pensó la castaña frustrada.
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Los caprichos del destino
Random¿Cuánto tiempo necesitas para enamorarte?, ¿Un año, un mes, un dia o un segundo?, Clarke y Lexa no saben muy bien la respuesta a eso pero el destino se ocupara de juntarlas y responderles...