Capítulo 35: "Conocer"

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-Lexa espera ¿No tendríamos qué hablar de esto detenidamente antes de intentar practicarlo?- preguntó la rubia viendo como la castaña venía hacia ella.

-Voy a atarte y follarte Clarke, no hay mucho que hablar sobre el asunto- dijo Lexa encogiéndose de hombros mientras se sentaba de nuevo sobre el vientre de la rubia y le cubría los ojos con el pañuelo.

Clarke boqueo mientras quedaba privada de la visión, bueno, pensándolo de esa forma no había mucho para conversar.

-¿Por qué me cubres los ojos? Sabes qué me gusta mirar- se quejo la rubia.

-Por eso mismo, te estoy dando una lección no un premio- respondió Lexa y volvió a retirarse.

-Lexa espera, leí cincuenta sombras, porque O se puso intensa con eso dos años atrás y técnicamente nos obligo a mi y a Raven a leerlo, y la saga ni siquiera me gusto, era un cuento de hadas con escenas porno, el sujeto derrochaba dinero de forma obscena y todo gritaba "fanfic de crepúsculo", seguí hasta el final porque tenía la ilusión de que se mataran entre ellos o algo asi, ya sabes que pasara algo grave que justificara que los libros fueran tan polémicos, pero a lo que voy es que la gente antes de hacer estas cosas firma un contrato, pone una palabra de seguridad y...- Clarke detuvo su diatriba cuando Lexa la besó de forma tranquilizadora y respondió al beso de inmediato relajándose.

-Clarke no somos dos extrañas y no estamos a punto de tener una sección de sado, tranquilizate, solo es un juego- dijo la castaña con voz dulce entre picos.

Clarke respiro más tranquila respondiendo a los besos, era verdad, era su Lexa al fin y al cabo y confiaba en ella.

-De acuerdo ¿Y la palabra de seguridad? Por si quiero que te detengas- pregunto la rubia.

Lexa colo las manos por debajo de la camisa del pijama de Clarke para acariciar sus costados haciendo a la rubia deleitarse en el toque.

-Podemos tener una, pero te conozco, conozco tu cuerpo, tus limites, se que te incomoda y que no y hasta donde puedo empujarte, también se diferenciar los tonos de tu voz, cuando un no es un no real y cuando dices que no pero esperas que no te haga caso, no creo que la necesitemos- dijo Lexa junto a su oído, su voz había bajado dos octavas tomando esa tonalidad rica y un poco oscura que Clarke amaba.

-¿Tanto así?-preguntó la rubia sorprendida.

-Si, incluso sé de algo que me terminaras pidiendo con el tiempo, por la forma en que me sueles tomar, que posiblemente ni siquiera te has dado cuenta que quieres- dijo la castaña mientras daba una pequeña lamida al lóbulo de la oreja de Clarke.

-¿Qué cosa?- preguntó la rubia de inmediato.

-Si te lo digo no tiene gracia, descúbrelo por ti misma- dijo la castaña riendo bajo dejándola con la duda.

Cuando las manos de la castaña cubrieron sus pechos la rubia se arqueo contra ella suspirando feliz olvidando el asunto pero protestando segundos más tarde cuando la muchacha se apartó de nuevo.

La rubia prestó atención a los sonidos de la habitación sorprendiendose un poco de cómo su oído parecía captar cada pequeño movimiento.

-El factor sorpresa no me permitió quitarte todo el pijama- dijo la castaña de nuevo junto a ella.

-Quítame las esposas y asi podras quitarlo- dijo la rubia de inmediato, si Lexa caía en esa sería navidad.

-No tramposa, se lo que intentas- dijo Lexa burlona.

-¿Voy a poder ser yo la qué te inmovilice en algún momento?- preguntó la rubia al verse descubierta.

-Tendrás que ser una niña buena y ganartelo Clarke, dime ¿Prefieres que traiga unas tijeras y corte el pijama o que simplemente te lo enrolle?- preguntó la castaña.

Los caprichos del destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora