Habia una plaza en el pueblo a la que los turistas no solian ir llamada "El rincon de los poetas" no tenia juegos, ni fuente, ni ningun atractivo mas alla de las bancas de madera colocadas a la sombra de la arboleda y un viejo poso de agua, seco hace ya tiempo, en su centro. Estaba junto a la biblioteca por lo que no era raro ver a veces a algún lugareño sentado leyendo en ella, pero no era algo de todos los días, por eso ese viernes por la tarde cuando Clarke llego alli dispuesta a sentarse y dedicarse a dibujar se sorprendio al ver a la chica de las velas sentada en la que era su banca favorita leyendo.
Clarke se planteo la posibilidad de que el destino le estuviera tendiendo una especie de trampa, pero descarto la idea de inmediato. El concepto de destino le resultaba adsurdo la mayoria de las veces.
Dudo por unos segundos sobre que hacer, si hacercarse a la chica y saludar o simplemente dedicarse a lo que habia ido: dibujar. Recordo la bochornosa mezcla de sentimientos que habia sentido esa mañana cuando la muchacha, Lexa, habia dejado su casa y un poco avergonzada de si misma se decidio por dibujar.
Se sento en otra banca, dado que la que siempre usaba habia sido acaparada por la muchacha que estaba tan inmersa en el libro que no se habia percatado de su presencia.
Clarke llevaba un rato dibujando con los auriculares puestos cuando sintio una presencia a su costado, volteó hacía su izquierda y pego un respingo tirando su cuaderno y lápices al suelo.
-¡¡Mierda!! ¡Raven! ¿Pretendes matarme de un susto?- exclamó Clarke llevandose una mano al pecho.
-No seas exagerada Clarke- dijo la muchacha sentandose a su lado.
-¿Exagerada? ¿No puedes decir "Hola" cómo una persona normal en vez de aparecerte por la espalda para respirarme en la nuca cómo un psicópata?- respondio Clarke.
-Deja de chillar, estas llamando la atención de la gente- dijo Raven mientras recogía el cuaderno y los lapices que Clarke habia dejado caer.
Inmediatamente Clarke dirigio su vista hacia donde estaba Lexa y comprobó que habian llamado la atención de la muchacha que la miraba un poco sorprendida en ese momento, para sorpresa de Clarke Lexa le sonrió e hizo un pequeño hola con la mano que Clarke respondió inmediatamente. Después de eso la chica volvio a centrarse en el libro y Clarke recordó que Raven estaba a su lado. Se volvio hacía su mejor amiga para encontrarla mirando con una ceja arqueada.
-¿De qué me perdi?- preguntó Raven mirando en dirección a Lexa.
A Clarke la irritaba un poco la capacidad que tenia su mejor amiga para ver a través de ella, habia veces en que incluso Raven parecía saber lo que pasaba por la cabeza de Clarke antes que la propia Clarke.
-Nada- respondió Clarke que no tenia ganas de dar explicaciones- y ya deja de mirarla, la vas a ojear- agregó al ver como su amiga seguia mirando a la muchacha.
-Ni siquiera nota que la estoy mirando, esta leyendo, ¿Quién es?- preguntó Raven que seguia mirando a Lexa sin preocuparse en disimular siquiera.
-¿Por qué no le tomas una foto? va a durar más. Ya deja de mirar Raven- dijo Clarke un poco molesta.
-Primero dime quién es- dijo Raven y entonces se volvio y sonrio de una forma que le hizo dar escalofrios a Clarke- o me levanto y voy yo a preguntarle.
ESTÁS LEYENDO
Los caprichos del destino
Random¿Cuánto tiempo necesitas para enamorarte?, ¿Un año, un mes, un dia o un segundo?, Clarke y Lexa no saben muy bien la respuesta a eso pero el destino se ocupara de juntarlas y responderles...