Capítulo 31: El descubrimiento.

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* Narra Newt *

-Lo sabía.

La miré perplejo.

- ¿A qué te refieres?

Otro alarido nos llegó a través de la espesura del bosque. Venía del Área.

Ella se puso de pie y comenzó a caminar sigilosamente entre los árboles. Miraba con precaución hacia todos lados. La situación se estaba volviendo extraña y escalofriante.

- Ariana- susurré- ¿Qué quieres decir con...

Ella se dió vuelta y me tapó la boca. Con el ceño fruncido en señal de enojo, se llevó el dedo a sus labios.

- Cállate, Newt.

Su voz hablándome dentro mi cabeza produjo nuevamente el mareo que había sentido hace algunos minutos atrás. Dudé en si comunicarnos a través de la telepatía era buena idea, pero en situaciones así, no se me ocurría nada mejor.

- ¿Puedes responder mi pregunta?

- ¿Quieres cerrar la boca?

- ¿Por qué tanto misterio, Ariana?

- Shank, presta atención. ¿Escuchas algo? Todo está en completo silencio. Algo anda mal.

- ¿Qué crees que sea?

- Si me dejas escuchar y que saque mis propias conclusiones, te lo diré.

Solté un suspiro de frustración, a lo que ella volteó otra vez y me señaló con más fuerza que hiciera silencio.

Caminamos despacio durante unos minutos.

- No hay nada.

- Eso creo.

- Qué raro, creí que de verdad estaba sucediendo algo.

- ¿Entonces por qué están tan callados?

- Quizás estén en una asamblea y nosotros estamos aquí sin saberlo.

- Será mejor que salgamos del bosque.

- Buena esa, Newt.

Comenzamos a caminar normalmente, perdiendo todo el cuidado que habíamos tenido hasta el momento.

No puedo definir en que momento sucedió, pero de la nada ambos comenzamos a sentir una mirada intensa sobre nosotros.

- Newt, ¿no te sientes vigilado?

Estaba atemorizada, y yo también.

- Sí. Seguramente son las lagartijas, ya sabes.

- No lo creo.

Mi renguera estaba comenzando a hacerme difícil el paso. La cojera se hizo más intensa, provocándome más dolor.
Pisé un rama que sonó como un gran estruendo, rompiendo por completo la barra de silencio que se había formado en todo el lugar.
Seguido de eso, ambos escuchamos movimientos en las hojas de los árboles, y no había una brisa para ser el viento quién las moviera.
Cuidadosamente, saqué mi machete de la funda que colgaba en mi espalda. Ariana hizo lo mismo.
El ruido se estaba haciendo más notorio y nuestros ojos viajaban de rama en rama.

Miré a Ariana, quién tenía su mirada fija en las hojas que se balanceaban de un lado a otro. La tomé del brazo, la giré hacia mí y la besé.
Luego del corto beso, me miró a los ojos.

- ¿Acaso eres un estúpido?

- En caso de que algo me suceda- alcé mi vista nuevamente.

No la ví, pero supe que me sonrió.

Quedate Conmigo 《Newt》 1° TEMPORADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora