Capítulo 28: Malos presagios.

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* Narra Ariana *

Me veo a mi misma, pero estoy observándome desde la vista de alguien más. Estoy a unos metros, entre computadoras. Veo a Thomas acercarse a mí y susurrarme algo.
Luego veo una ciudad destruida, pero sólo son imágenes borrosas, el sol lo quema todo. Personas corriendo por la calle, gritos y sangre. Se matan entre ellos. ¿¡Qué hacen?! Camino a su lado, pero no notan mi presencia. Luego me veo en el mismo lugar de siempre, rodeada de computadoras otra vez. Me doy cuenta que llevo ropa blanca al igual que todos. Alzó la vista, Newt me sonríe. El me dice algo en mi mente. ¿Podemos comunicarnos telepáticamente? No lo sabía.
El me dice algo. Te quiero, prometo salir de ahí con vida.
Detrás de él esta la mujer vestida de blanco, seguida de Ben y Alby. ¿Qué hacen ellos ahí?
Alby. Los muros. El Penitente. El cuchillo. Su fin.
Todo se mezcló y se oscureció.
"Y no lo olvides, CRUEL ES BUENO."

Normalmente, habría despertado por la luz solar como lo hice durante tres años, pero no fue así. Primero que nada, la luz del Área era artificial. Parecía el brillo del sol, pero lo cierto es que no había uno. En segundo lugar, amanecí sin esa luz dorada sobre mi cama, me pregunté por qué.

La luz era débil, como sin vida. Lo primero que se me ocurrió fue que debía de haberme despertado más temprano de lo acostumbrado y que faltaba un par de horas para el amanecer.

Me levanté y observé la cama de Thomas. No estaba. Recordé que la noche anterior, Minho lo había llevado al pozo para que cumpliera su castigo.

Newt ni siquiera intentó dormir.
Mató el tiempo maldiciendo, gritando, llorando, golpeando cosas. La pérdida de un hermano como lo era Alby para él, lo dejó devastado. Quería acercarme para ayudarlo, pero solo me evitó. Seguía odiándome.

Observé el Área, los Habitantes miraban y señalaban hacia el cielo.

¿Acaso soy la última en levantarse siemp...

El cielo. El cielo no estaba como siempre lo había sido.
En vez de la pálida luz natural de todas las mañanas, me encontré con lo que parecía una losa de color gris opaco.

Eché un vistazo a mi reloj de corredor, ya había pasado una hora de mi horario para levantarme.

Volví a mirar hacia arriba. No había azul, ni negro, ni estrellas, ni el abanico púrpura del sol asomándose.
Todo estaba gris. Sin color. Muerto.

En ese momento tuve un mal presagio, algo no andaba bien.

9.

Tuve que tomar mi cabeza entre mis manos. El mismo dolor que nos había atacado a Brenda, Newt, Thomas y a mí el día anterior; volvió a aparecer.
Era insoportable y doloroso.
Transcurrieron segundos hasta que me sentí mejor de a poco.

¿Qué significa? ¿Y por qué el número 9?

Mis preguntas quedaron paseando en el aire, sólo porque no tenía repuestas a ellas.

El cielo seguía opaco, y la curiosidad movió mis piernas en dirección al resto.

El Gran pequeño estaba ahí.

- ¿Qué sucede, Gran Chuck?- me gustaba llamarlo así.

- El cielo... se ¿rompió? ¿desapareció? ¿murió? No lo sé.

- Debe ser una falla o algo, seguro todo volverá a la normalidad pronto.

- Shank,- Minho apareció entre la multitud- ven, tenemos que hablar.

- Buena esa- miré al niño con algo de pena, últimamente no tenía tanto tiempo para él- Adiós Chuck, nos vemos en un rato.

- De hecho, despídete por un buen rato- alargó el final de la frase- Nos vamos al laberinto, shank. Algo está pasando.

Quedate Conmigo 《Newt》 1° TEMPORADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora