-1-

69 11 63
                                    

Dedicatoria

A todas esas personas que encontraron a la persona correcta y no pueden estar con ella.

—¿Cómo te sientes con todo esto que te ha pasado? —Preguntó mi nuevo psicólogo—. Puedes decirme, confía en mí.

Contar sobre mí no era una de las cosas que me gusta tanto y menos si lo pregunta otro extraño que solo quiere hacerme preguntas tontas.

Puse los ojos en blanco y lo miré con aburrimiento

—Mire doctorcito, usted es el quinto psicólogo que he visto después de la muerte de mi hermano, mi mamá y mi novio y le diré lo mismo que a todos esos hombres a los que me preguntaron lo mismo que usted —Me levanté y tomé mi mochila —, Ya no me importa y lo que pasó se olvida y ya.

Salí de esa clínica. No me importaba lo que me preguntara ese tipo, ahora resulta que un desconocido quiere saber de mi vida y no solo eso, sino que también le cuente todo. Estoy harta de todo, de mi papá y su novia, de como me siento y saber que no estoy haciendo nada bien.

Al salir caminé en dirección a mi casa, quedaba un poco lejos pero me gustaba caminar. Quería ver mi teléfono pero choqué con alguien, no pude verle la cara pero si le dije su par de cosas.

—¡Idiota! ¡Para la otra mira por donde caminas animal!

Suspiré y volteé a ver un niño que estaba en una bici.

—¿Y tú qué? —Él niño me sacó el dedo y yo a él.

Y seguí con mi camino.

Caminé hacia mi casa y me puse mis audífonos, escuchaba la canción Maniac de Conan Gray.

La verdad, si me importaba mucho la muerte de las personas a las que yo quise mucho y nunca iba a poder olvidar eso, pero no iba a decir lo que sentía a esos extraños. Solo ha pasado un año, ¿Se supone que tengo que olvidarlo ya? lo olvidaría, si la muerte no fuera mi culpa.

Llegué a mi casa, ahora solamente vivía con mi papá y su nueva novia. Entré y miré a Dulce "La novia de mi papá", ¿Cómo pudo olvidar a mi madre tan rápido?

—Hola Dulce... —Dije con aburrimiento.

—Hola Bena ¿Qué tal el psicólogo?, ya tienes que ir olvidando a esas personas —Ella siempre con sus comentarios insignificantes.

Maldita estúpida. Ni sé porque la salude.

—¿Y si mejor te olvidó a ti? —Ella sonrió falsamente.

La miré tomar vino de una copa y luego prender un cigarrillo. Ya le había dicho a mi papá de eso pero siempre ella mentía y mi papá parecía creerle más a ella que a mi.

Caminé hacia mi habitación, subí las escaleras y agradecí a Dios que mi padre no estaba, ya que siempre Dulce le mentía y decía que yo la insultaba, (Cosa que es cierta) y que la golpeaba (Cosa que no es cierta, pero quería hacerlo)

Entré a mi habitación y cerré la puerta con seguro, me recosté en mi cama y me dediqué a escuchar música.

*Flashback*

—Vamos mamá, vas muy lento —Dije y ella sonrió.

—Está lloviendo Bena, no puedo ir tan rápido —Ladeé la cabeza.

—Mamá tiene razón, Benazir —Lo miré mal, él sabe que no me gusta mi nombre—, además, ¿Cuál es el apuro?

—Nada, solo que ya película pronto empezará, y no me gusta ver una película cuándo ya ha empezado —Mi hermano puso los ojos en blanco

Deja que me vaya ✓ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora