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—Hola.

—¿Qué haces tú aquí?

—Vengo a recordarte que tú eres mía, no debes tener otro novio, yo fuí, soy y seré para siempre tú novio. No me cambies por nadie Bena.

—¿Eso te dijo? —Preguntó y asentí temerosa.

—Sí.

Estaba en mi cita en el psicólogo, después de pasar una linda noche con Sam, llegué a mi casa y miré que su chamarra se le olvidó, después me recosté y me quedé dormida y tuve un sueño, uno de los más horribles que he tenido, Alfred mi novio fallecido, se apareció en mi sueño y me dijo que no lo reemplazará. Jamás había soñado así con él y no me agrada la idea de que se me aparezca en sueños.

—¿Bena?

—¿Qué?

—¿Estás saliendo con alguien?, te lo digo porque me parece muy importante que no solo te desahogues conmigo e igual quiero que si puede veas a a alguien más.

—¿Eso en qué me ayudará?

—Dices que tuviste ese sueño, quizás fue porque conociste a alguien y tu subconsciente cree que si conoces a alguien más volverá a pasar algo malo, sigues en tu pasado.

Parecía lógico lo que decía.

—¿Entonces, has salido con alguien?

—Yo... —No le podía decir que ayer estuve con su hijo—. Usted me dijo que tenía que relacionarme con personas de mi edad y ayer en la noche fuí a ver una película.

—¿Tú sola? —Negué con la cabeza.

—No, con un chico.

Y Lizzy, claro.

—¿Un chico? —Carajo, carajo... vamos Benazir, piensa en un nombre.

¿Carlo? ¿Jocoque? ¿Pedrite? Ay no sé.

Sam, Sal, arena, asmr, masa, ams... ¡Ams!

—Sí, él se llama... Ams.

Soy pésima para mentir.

—¿Ams? —Preguntó con el ceño fruncido.

—Sí, ese es su... nombre.

Él me miró mal.

—Yo creo que lo que quieres decir es Sam —Abrí los ojos como platos—. ¿Qué creías, que no me iba a enterar?

—¿Como lo supo?

—Pues Sam, ayer en la noche empezó a hablar de ti.

—¿E-el le habló de mí? —Le habló de mi... ¡le habló de mi!

—No, conmigo no, pero con Sol sí.

—¿Quién es sol?, ¿Es su novia?

¿Qué soy? ¿Celosa?

—No Bena, no te preocupes, pregúntale tú hoy en la noche irás.

Asentí

—Okey, ahora solo quiero saber algo más.

—¿Qué cosa?

—¿Pollo o pescado? —Sonreí.

—Pollo, sin duda pollo.

Tuve que pedirle la dirección a mí psicologo, él cual resulta que se llama Hector, ya estaba lista, tuve que batallar con el polvo de mi sotano ya que ahí tenia las faldas, vestidos y otra ropa elegante, cuando mi mamá y mi hermano murieron, guarde toda la ropa linda, y la que me recordaba a ellos.

Deja que me vaya ✓ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora