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Dato importante sobre mi: No me hables mientras intento vestirme.

Me estaba vistiendo para ir al "Súper Star", no me costó mucho decirle a Sam que si me acompañara a un lugar (No le dije cual), lo único que me respondió fue un "Sí Benazir"

Pero ahora me estaba volviendo loca. Ya estaba lista, pero el maldito delineado no me salía a la perfección.

—No, mejor ya no voy —Me dije a mi misma —, ya tengo el ojo todo negro de tanto intentar.

Respiré profundo y otra vez miré el vídeo de cómo hacerlo, antes me había salido mal porque mi papá me habló y eso me estreso, así que un último intento no podía ser malo.

Escuché primero y luego lo hice, sonreí y me miré en el espejo.

—¡Sí! —Me salió bien.

Tomé mi celular y miré una notificación de "fotos" eran recuerdos, quise ver y era una foto mía con mamá y atrás salía mi hermano, la puse en favoritas y salí de la habitación, rápido bajé las escaleras y se escuchó el timbre.

—¡Yo abro! —Abrí la puerta y sonreí al verlo ahí frente a mí con un tulipán.

—Tú papá comentó en la cena que tus flores favoritas son los tulipanes.

Me entrego la flor y se acercó a mí, me dió un beso corto en los labios y sonreí.

No podía mentir, cada vez que se acercaba a mí y me besaba sentía varias mariposas en el estómago.

—Gracias...

Frunció el ceño al verme.

—¿Qué pasa?

—Te ves muy bien con pantalones.

Puse los ojos en blanco y me rodeó con su brazo, dejé la flor en la mesa que estaba con las llaves y otras cosas y salimos. Cerré la puerta y caminamos juntos.

Pero me detuve al ver la motocicleta.

—No Sam.

—¿Qué tiene de malo?, Ya te subiste en ella.

—Lo sé, pero en la noche no me gusta viajar.

—Amor —Se acercó a mí —, tienes que aprender a dejar tus miedos.

—Es difícil.

—Lo sé, pero todo se hace poco a poco, ve un paso a la vez, pero si quieres podemos irnos caminando.

Negué con la cabeza

—¿Entonces nos vamos?

Respiré profundo y asentí.

Él caminó hacia la motocicleta y se subió rápidamente, se puso el casco y caminé hacia él, me subí y él me dió el otro casco.

—Dame permiso.

—¿Permiso?

—Sí, para sujetarme de ti.

Solo escuché su risa mientras encendía la motocicleta.

—Mi cuerpo es tuyo Benazir.

Uff, hace calor derrepente.

No me dió tiempo de más y avanzamos, lo rodeé con mis brazos y cerré los ojos, no era fanática de las motocicletas, ni de andar en ellas en la noche, pero él tenía razón, tenía que dejar mis miedos.

Poco a poco

Abrí los ojos y miré que pasábamos por muchas casas, no íbamos a una gran velocidad, él sabía que tendría mucho miedo si aceleraba mucho, la ciudad se miraba linda en la noche, sonreí y suspiré.

Deja que me vaya ✓ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora