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Dolió, y no puedo mentir, tal vez solo fue una pequeña atracción que tuve hacia ella, y no fue nada de amor, quizás fue porque necesitaba atención, pero carajo, que dijera que no, dolió.

Solo sentía una punzada en mi corazón mientras trataba de dormir, empecé a ver imágenes en Pinterest y me salió una imagen de unos hot cakes y me antojó, mañana lo haría.

Sentía tristeza, pero no me podía rendir, ella seria mi novia (suena raro que lo diga así, pero es que algo dentro de mi me decía que ella era para mi), quizás no siente lo que  yo siento cuando la veo reír, cuando me mira fijamente, pero sé que si sigo en su vida quizás empiece a sentir eso.

Casi toda mi vida se trataba sobre dolor cuando dijeron eso está demasiado triste, solo lo único que me da alegría era tener a mi hermana, la única que me hacía sentir feliz y ahora aquí estoy con alguien que supuestamente me hace feliz, pero en realidad yo no la hago feliz a ella o quizás estoy siendo muy narcisista al sentir que ella tiene que amarme, pero no debe ser así quizás no me ama como romance, quizás me ama como un amigo.

Pero ahora está aquí, en mi casa, tal vez ya despierta, y sin ningún sentimiento hacia mí.

Era muy bueno cocinando, no podía mentir, eran las ocho de la mañana, y ella todavía no se despertaba, quizás tenía bastante sueño. Estaba haciendo unos huevos revueltos con unas tostadas y tomate sofrito, unos hot cakes con miel encima y café.

Puse todo en un plato y ella caminó hacia mí, venía con el cabello hecho un desastre y con esa camisa que se le veía excelente.

—Buenos días —Ella no dijo nada solo miró la comida.

—¿Eso es para mí?

—No Benazir, es para un perro que me encontré en la calle —Ella puso los ojos en blanco y sonreí.

Le dí el plato con las tostadas, los huevos y el tomate, y otro plato con los panqueques y la taza de café.

Está sin ropa interior

Malditos pensamientos perversos, no soy así, no lo soy.

Ella sonrió y rápidamente empezó a comer.

Tomé mi plato de panqueques y mi tenedor, la miré fijamente, ella comía como si no hubiera otro día, se fijo en mi y dejó se comer.

—¿Qué pasa? —Dijo con la boca llena de comida.

—Nada.

Y volvió a comer.

Tal vez solo fue atracción

O amor.

Ella negó de que yo lavara los platos, pero como siempre discutí, y gané yo.

Ella me miro y dejé el último plato en la alacena.

—¿Qué?

—Que es raro ver a un hombre...

—¿Cocinar y lavar platos? —Asintió.

—... Sí, es raro.

—Si es raro, pero depende a la educación que te dieron en casa, por ejemplo a mí, mi papá me educó bien, no era machista, ni tampoco yo, sabemos que lo que hacen las mujeres podemos hacerlo nosotros, y lo que hacemos nosotros como trabajar, pueden hacerlo ellas.

—Hombres como tú son los que quiere el mundo.

Sonreí y ella me miró fijamente

—¿Y ahora qué?

—¿Por qué no tienes novia? —Fruncí el ceño y ella sonrió.

—Pues... No es que busco a la mujer perfecta, pero si a la indicada.

—¿Como sabrás que es la indicada?

—Haces muchas preguntas Benazir —Ella se echó a reír.

El timbre sonó y no pude responder, ella dijo que iría ella así que la dejé ir, se escuchó la voz de un chico, su voz me parecía conocida.

—¡Sa-sa! —Gritó y abrí los ojos como platos y no dude en ir a la puerta.

Josh.

Josh era un primo lejano, que era mi... ¿enemigo?

Él me miró con una sonrisa burlesca, voltee a ver a Benazir la tomé de la mano y la escondí detrás mi.

—Papá y mamá no están, vuelve otro día.

—Uy Sa-sa, ¿tío sabe que traes mujeres a la casa cuando no está?, dudo que lo sepa —Lo quiero matar —, un gusto chava, soy Josh.

—Ajá —Habló Benazir y Josh se rió entre dientes.

—Volveré luego primo, espero verte a ti y no a otra —Le dijo a Benazir y cerré la puerta.

Benazir me miraba con una sonrisa.

—¿Qué pasa? —Pregunté.

—Me agrada tu familia —Me reí y volvió a la cocina con ella.

—Mi familia es todo un caos, créeme.

—¿Respondes a mi pregunta? —Asentí y hablé.

—Ella me hará reír, será inteligente y linda, no me juzgará, me apoyará y sentiré paz al estar con ella.

—Sam.

—¿Mju

Se miraba algo triste y con ganas de hablar conmigo.

—Te puedo contar algo.

—Dime —Ella suspiró y se sentó encima de la isla de cocina —, Benazir, puedes decirme lo que sea, no te voy a juzgar, te apoyaré.

—Yo voy al psicólogo porque soy una chica rara, no duermo bien, tengo pesadillas, no me llevo con nadie, me siento sola. Y todo eso fue por un trágico accidente —Ella tragó saliva y la miré fijamente —. Un día viernes estaba por salir una película en el cine, era mi cumpleaños, no quería perderme esa película y mi mamá, mi hermano y mi novio decidieron que iríamos a ver la película, papá estaba con algunas cosas del trabajo, así que no pudo asistir.

Ella se detuvo y suspiró profundamente

—... Pero nosotros estábamos contentos al ir, ese día estaba lloviendo... —La lluvia — y después esa pequeña lluvia se convirtió en una tormenta, íbamos en el auto y como yo siempre de impaciente, le dije a mi mamá que avanzará, nos detuvimos porque estaban pasando algunas patrullas policiales, pero ella podía pasar rápido, ella me decía que no, que no podía avanzar que casi no miraba por la lluvía, yo le decía que sí, pero ella insistía que no, cuando por fin avanzó, chocamos... No recuerdo nada después que chocamos, solo sé que después desperté en el hospital y ahí estaba mi padre, sabía que algo andaba mal, y el me lo dijo, mi mamá, mi hermano y mi novio murieron, solo yo sobreviví, por eso me cuesta estar con las personas, porque sé que me puedo encariñar, y después ellas se pueden ir de mi vida.

—Benazir —Caminé hacia ella y la abracé —. No fue tu culpa, insistir no es malo, tú solo querías algo, pero si chocaron no fue tú culpa, fue un accidente Benazir, un accidente.

—Las personas que amaba se fueron Sam...

—Pero siguen contigo, te siguen amando.

—Ya nadie lo hace.

Yo lo hago.

—No digas eso, Benazir.

Ella me miró fijamente.

—Gracias por contarme.

—Sam...

Me aparté de ella y la miré fijamente.

—Tú también me gustas.

Deja que me vaya ✓ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora