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Horas antes del suceso de Sam

Dios santo, estaba tan feliz iba a pasar el catorce de febrero con Benazir.

La verdad me encantaba llamarla Benazir, su nombre es ese, ¿Por qué decirle Bena?

Mi papá estaba a mi lado, y me entregó una caja azul, la abrí y ahí estaba el regalo de Benazir.

—No había color amarillo.

—Este está mejor.

—¿Sam? —Lo miré.

—... Yo no sé si tienes que seguir así hijo.

—Papá no hablemos de eso, no quiero hablar de eso.

—Hijo te amo.

No dije nada.

Estaba tratando de asimilar eso. Mi papá solo me decía te amo algunas veces, no siempre.

—Y yo a ti papá.

—Bueno, ¿Benazir vendrá?

—Siempre viene.

Él sonrió.

—Y sí, ella te ama mucho.

—Y yo a ella papá.

—Sam yo...

Él doctor entró interrumpiendo a mi papá.

—Sam tenemos que hablar.

—¿Pasa algo doctor? —Preguntó mi padre.

—Sam no puede seguir así.

—¿Qué?

—No puedes seguir así Sam, tú mismo te lastimas, además tu cuerpo ya no lo soporta más, ya no puedes seguir sufriendo.

—No me importa, yo...

—Quieras o no Sam, esto duele lo sé, dejar a tus seres queridos duele, pero tienes que hacerlo.

—Doctor, no...

—¡Sam! —Regañó mi padre.

—Es que no papá, no puedo dejar...

—Sera hoy, tu cuerpo ya no aguanta más días.

—¿Qué?

—Solo hoy Sam, solo hoy. —Él salió y le pegué a la cama.

—Sam cálmate...

—¡No papá!, ¡Yo no la quiero dejar, no quiero dejar a América, ni a ustedes! Yo no quiero morir papá.

—Lo sé hijo, y me duele, pero me duele más admitir que sigas sufriendo hijo...

—No la puedo dejar así porque si.

—¿Y qué harás?

—Pasaré hoy con ella, aquí en está caja le dejaré unas cosas, haré que no pase la noche hoy conmigo, no quiero que me vea morir, le dolerá y lo sé papá, así que tú irás a dejar esa caja en la mañana.

—Hijo...

—No le digas esto a mamá, le dolerá.

El asintió y salió, y sabía que iba a llorar.

Al igual que yo, era raro cuando lloraba, pero ya no podía más.

Empecé a llorar, no quería morir, no quería dejar este mundo, no quería dejar mi familia, no quería dejarla a ella.

*

Después de hacer las cartas se las di a mi papá y mientras las hacía me dolía mucho, demasiado.

Benazir pasó toda la tarde conmigo, estuvimos jugando y viendo películas, y se qué cuando le dije esas cosas sospechaba de algo, pero tenía que decirle te amo por última vez en vida.

Los doctores entraron y ya sabía que para que era, y todos los recuerdos buenos y malos que tuve vinieron a mi mente.

Sentía frío y escalofríos, la muerte ya estaba por llegar.

—Sam...

Susurró el doctor antes de quitar el oxígeno y todo lo que tenía.

—Si alguna vez mira a mi novia, dígale que la espero en la otra vida, y que la amé, y que aunque me pidió que me quedara no pude, que tuve que irme, pero que me morí pensando en ella, por favor.

—Así será Sam..

Fue quitando mis artefactos, y quitó el oxígeno, y poco a poco sentía dolor, sentía más escalofríos, y poco a poco fui cerrando los ojos, poco a poco el dolor se fue yendo.

Horas antes del suceso de América

La niña sufría mucho, su mamá estaba sentada en la silla esperando a noticias, y poco a poco se fue durmiendo.

Mientras eso, la niña no quería comer, la enfermera la obligaba, pero la niña no quería.

—No quiero hasta que venga mi hermano.

—¿Tú hermano? —La enfermera era mala, y no le gustaba los berrinches que hacia la niña —, ¿Hablas del que acaba de morir?

—No, mi hermano no ha muerto, mi hermano me prometió que no se iría, que comeriamos helado...

—Pues se murió.

La enfermera salió con la bandeja de comida intacta.

América se sintió mal, tragó saliva y su respiración empezó a agitarse.

América sintió un dolor en el pecho, y empezó a llorar, le dolió que le dijera eso, y sabía que podía ser cierto.

Y sintió más dolor en pecho y un calambre en el cuerpo.

La niña empezó a convulsionar, la enfermera volvió a entrar y abrió los ojos como platos al ver a la niña.

—¡Doctor, tenemos una emergencia!

La mamá escucho el grito y rápidamente se levantó, y miró a la niña.

—¡América, hija!

Y doctores entraron, gritos, lágrimas, pero aún con todo lo que hicieron, América no pudo salvarse.

—Lo lamento señora, la niña... Ha fallecido

Deja que me vaya ✓ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora