Camino a casa, el caos de mi mente me atormentaba, sabía que aún luchando piel a piel contra mis propios sentimientos encontrados, ahora también debía asumir las consecuencias de mis actos.
Y llegó a mi cómo una daga atravesándome el alma...
¿Realmente había valido la pena?
Mi corazón decía que había valido toda la maldita pena, pero mi razón quería olvidarlo todo, y aún así era inevitable sentir dolor.
Cuando llegué a casa, mi padre estalló de coraje. Eran casi las 8pm cuando llegué, sabía que no la libraría fácilmente.
Últimamente hemos tenido muchos problemas casi por todo.
Él nunca había estado para mí, y ahora sólo quería imponerse, no había comunicación...
Pero, ¿Que podía esperarse de un hombre alcohólico, drogadicto, compulsivo, y adicto a los problemas?Que si vestía con mangas largas en tiempo de verano, que si no podia adaptarme a su nueva familia creada con la mujer que fue su amante durante tantos años, que según él era un problema que yo preferia ser leal a mis propios ideales en vez de seguir la corriente para que su familia me aceptara, que si esto, o aquello, no habia manera alguna en que pudieramos entendernos.
Y yo prefería escuchar su discurso de cómo según el tenía una hija gorda y acomplejada, asocial, y loca, y no mostrar las heridas en mis brazos... Esconder la depresión, la anorexia, la bulimia, las ideas suicidas, los cortes, los ataques de ansiedad y pánico, las marcas en mi piel, mis brazos, piernas y rodillas qué evidenciaban mis secretos...
Avanzando rápido hacia la autodestrucción, aún había algo en mi qué deseaba, de alguna forma, seguir luchando.
No sabía, como de pronto, después de todo, ya estaba, justo ahí...
Al borde de aquel último filo, en el último piso de aquel edificio.
No podía pensar nada más, sólo podía repasar una y otra vez en mi mente todo aquello qué me hacía querer morir, lo acumulado durante aquellos tormentosos ultimos años.
Y entonces justo ahí, al borde del abismo...
Respirando hondo, comprendí qué, debía, sólo debía, resistir un poco más, no sabía cómo lograría salir adelante, pero aún tenía una chispa de esperanza, que me decía que no debía rendirme.
Entonces... Retrocedí.
Había pasado sin darme cuenta, horas frente aquel viento que daba justo frente a mi cara, di un último suspiro y volví.
Cada vez me sentía peor, sin deseos de sentir, sintiéndolo todo. Con ganas de rendirme, sin dejar de luchar.
...Paso el fin de semana, y aunque moría de ganas de ver a Syria, temía su reacción.
¿Me hablaría? ¿Me ignoraría? ¿Haría de cuenta que nunca pasó?¿Sentiría culpa por lo que sucedió entre nosotras?
Cuando llegue a clases, mi mirada la busco de inmediato aún sin voluntad.
Los impulsos, me hacían querer ir directamente hacia ella, para por fin sacarme las dudas de la mente; debo admitir, que no podía quitarle la mirada de encima, casi como si así pudiera llamarla con el pensamiento, y logrará que ella voltéase a verme.
Ella no me vio al entrar, así que, aún era demasiado pronto para llegar a una conclusión.
Comenzaron las clases, y yo no podía dejar de observarla. Me sentía sumamente intrigada. Ella no volteo a verme ni una sola vez.
Entonces mi corazón me dijo que mi sospecha de lo peor era real, yo no significaba nada para ella, la química entre las dos era innegable, pero la culpa que ella sentía, también, y seguramente lo mejor era hacer de cuenta que nunca había pasado... Que nunca la besé, y sentí su calor... Que estuvo muy cerca de ser mía, solo mía...
Y ahí estaba de nuevo, el nudo en mi garganta, no quería sentirme así, pero realmente no podía evitarlo, me había arriesgado, me había involucrado demasiado y había perdido... Ya era demasiado tarde.
Mil sensaciones me invadían, no solo el cuerpo, también el alma.
Mi espíritu destrozado iba aún sin rumbo cuál desdichado vagabundo, alimentándose de aire y oxígeno de un instante que parecía sólo un derecho ajeno.
Mi razón le preguntaba a mi corazón ¿Por qué?
Mi corazón hacia silencio, sabía bien la respuesta, pero ya no tenía nada que decir, no servía de nada refutar o debatir.
La nostalgia me invadían el sistema y, aunque hiciera lo posible por contener las lágrimas, sentía que todo mi cuerpo me traicionaba al intentarlo.
En silencio y con un rostro disimulando las expresiones, derramé mis lágrimas, tratando de no llamar la atención.
Una parte de mi insistía en mentirse a sí misma diciendo "si hubiera sabido que iba a doler tanto, jamás lo habría hecho" pero, la realidad era otra.
Sabía qué, sin importar lo que ahora estaba sintiendo, volvería a hacerlo, volvería a intentarlo, volvería a arriesgarme.
De pronto, ahí, entre lágrimas y todo, vino a mi mente, ella y toda su sensualidad, el olor de su cabello, la suavidad de su piel, la profundidad de su mirada... Cada parte de ella, y cada cosa que me hacía anhelarla cada vez más.
Aquel día, había descubierto, mucho más que su cuerpo.
Descubrí parte de su corazón y de su alma.Cuando íbamos camino a su casa hablamos de una verdadera infinidad de cosas, pude conocerla un poco más. Y eso definitivamente, alimentaba mi alma.
Aún sin darme cuenta, recordar todo lo que habíamos vivido juntas, me hizo sonreír...
De la nada, recordé algo, Syria me había comentado que su ex iba en nuestra escuela unos grados más adelante, y yo no tenía ni idea de quién era, pero siendo sincera, me invadía la curiosidad. No sabía que muy pronto, mucho antes de lo imaginado, lo descubriría.
Cuando llegó la hora del receso, la vi salir de salón casi de inmediato, pensé en ir detrás de ella, pero me contuve...
Sabía que no podía tratar de forzar una conversación, debía ser madura, y resistirme a obedecer mis estúpidos impulsos, no la buscaría y menos después de verme ignorada por completo.
Permanecí afuera, sin hacer mucho, solo como era costumbre, observando mi alrededor, observando el mundo, el comportamiento humano tan complejo.
Solo así podía tratar de comprender un poco más la vida, y sus desafíos, de hecho, al observar detenidamente, las personas se vuelven como libros abiertos y ser capaz de comprender aquello, se volvía fascinante.
De pronto, se cruzó frente a mí su figura, era Syria acompañada de otra chica, una chica mayor, con modos atrevidos y una falda más corta de lo permitido, y entonces lo intuí, era Tania su ex...
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Mi princesa
Teen FictionJordan es una joven que a pesar de sus miedos, sus problemas internos y externos, las grandes preguntas sobre sí misma y la vida, lucha por no dejarse vencer. En el proceso de crecimiento personal, conoce al amor de su vida, su princesa...