Jordan es una joven que a pesar de sus miedos, sus problemas internos y externos, las grandes preguntas sobre sí misma y la vida, lucha por no dejarse vencer.
En el proceso de crecimiento personal, conoce al amor de su vida, su princesa...
Comienzo a creer que somos más de lo que decimos, que aún en secreto nos sentimos distintos, he dejado de ver solo lo que hay a simple vista, he convertido sentimientos, en letras, en suspiros, en arte, y a veces, en poesía... Aún cuando creí que todo estaba perdido, tu luz llegó a iluminarme, llegó para recordarme que si existe la mujer más maravillosa de esté mundo.
Estoy convencida de que el verdadero amor, no tiene medidas, no tiene límites, no tiene condiciones.
Si pudiera reflejar de alguna forma y comparar la manera en que te amo, te enseñaría el universo, el cuál a través del tiempo, sigue expandiéndose.
Si la vida me permitiera hacer tu alma con la mía más allá de lo que ya somos, juraría que allá no existe la muerte.
Si en un instante, el corazón desbordara poesía, este declamaria día y noche solo para ti.
Soñé, y he de soñarme junto a ti toda la vida.
Una casa, un hogar, tu, yo y nuestros gatos.
Aquel espacioso jardín lleno de flores y un cómodo lugar para descansar fuera las tardes de verano.
Tu y yo, los años viniendo y nosotras, recibiendo cada increíble aventura.
Cuidarte, amarte y respetarte por el resto de mis días, mis noches y la eternidad.
Acariciar tu cabello, incluso cuando éste llegué a ser blanco como la espuma.
Besar tus manos, con más ternura, cuando lleguen los años más dificiles.
Reír juntas de haber perdido un poco la cordura.
Ser tu fiel compañía cuando la tristeza pase por tu vida.
Dormir a tu lado cada noche sabiendo que cada día al despertar, lo primero que verán mis ojos será su amor.
He vivido tanto hasta hoy, y sin embargo, saboreé la verdadera vida hasta que te conocí.
He caído y me levantado, con la gracia de una esperanza que decía que me aguardaba algo mejor.
He tenido todo, y no he tenido nada, mientras que a tu lado nada me falta.
Si pudiera construir un camino que me llevará a la dicha, ese sendero me conduciría hasta ti.
Si pudiera describir la vida a tu lado, no contaría el tiempo, haría una poesía de momentos, de risas, y de amor.
Si pudiera borrar los pasos de mi vida, simplemente no lo haría, por qué cada uno de ellos, me ha llevado hasta tu amor.
No hay placer más bello qué mirar tus ojos, no hay sabor más dulce que el de tu piel.
Si tú fueras el mismísimo mar, ten por seguro que me dejaría envolver entre tus aguas como un náufrago.
He de vivir hoy y siempre, para ti y sólo, para ti.
Mi amada, mi Beck.
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Me enamoré, amé sin arrepentimiento.
Esperé, fuí paciente, tal cómo prometí, lo hice y lo volvería a hacer.
Dejé, dejé a un lado las dudas y el temor, para amar con libertad a la mujer que me mostró el paraíso.
Cuide, con mucha ternura y amor, cada sentimiento que fue puesto por ti en mis manos.
Me entregué con total plenitud, a pesar los riesgos.
Derrumbe las murallas que había construido, para lograr tenerte más cerca de mi.
Busqué, la mejor manera de demostrarte mi amor.
Escuché, atentamente tus sueños, deseando ser parte de ellos.
Busqué, sin cesar, cómo cuidarte, entenderte y consolarte.
¿Que si tenia miedo a perderte?
Más de lo que soy capaz de admitir; si acaso debo confesarme, he de decir qué, aunque quisiera entregarte el universo entero, no podría dártelo por qué no soy su dueño.
Así cómo, aunque quisiera, no soy dueño de ti.
¿Cómo decirte "no me dejes", cuando ya te has marchado?
He de confesar, que llevo a años tratando de olvidar mis recuerdos, pero estos se mezclan con la nostalgia que me invadió aquella tarde cuando me dejaste.
No puedo negar que me dueles, que la espada sigue clavada en mi alma, que cada otoño y cada invierno se hace más largo y amargo porqué tú no estás.
Quisiera que esta historia terminara como la mayoría de los cuentos lo hace, con un "felices para siempre". Quisiera fingir que esta cruda realidad fue solo un sueño que se convirtió en pesadilla y no acabó, pero al fin y al cabo un sueño del cuál, en cualquier momento despertaré.
¿Cómo? ¿Cómo le explico a mi corazón que la promesa de amarnos para toda la vida sólo vivió una fantasía?
Me dejaste creer que me amabas, pero te rendiste sin luchar.
Un vacío y una palabra no dicha resuenan en mi mente.
¿Por qué?
Aún recuerdo cómo, cuando dijiste que sí aceptabas ser mi esposa, te llenaste de emoción, tu sonrisa iluminó tu rostro y tus ojos brillaban...
Aún recuerdo cómo, me mató que decidieras esconder el anillo de compromiso que te di, para que nadie lo supiera, sobretodo tu familia.
Aún recuerdo cómo, todos los días iba a buscarte hasta donde fuera que estuvieras, tu casa, tu trabajo o la universidad, me bastaban 5 minutos de tu tiempo para decirte que te amaba.
Recuerdo cómo te llene de detalles, como te llene de rosas, chocolates, peluches, y cartas, con tal de recibir a cambio una de tus sonrisas.
Recuerdo cómo te rendiste frustrada por creer que yo no era nada cuando tú familia empezó a decirte que yo no te convenía.
Dolió, cuando dije "tenemos que hablar" y tú creíste que quería terminar, y yo solo deseaba estar mejor contigo, dolió tu actitud, esa que me dijo por teléfono "quieres hablar, quieres terminar pues terminamos" y me dejaste así, sin poder hablar y con el corazón roto.
Y si, me alejé, me alejé creyendo que nadie merece tener que elegir entre su familia y la persona que dice amar.
Rebeca, mi dulce Beck, a pesar de todo, a pesar del dolor, a pesar de los daños, siempre te ame, siempre te admiré, y guarde como un tesoro todo lo que vivimos y todo lo que sentía por ti.
Nuestra historia se acabó, quizás de la manera más absurda posible, quizás yo fui una niña tonta que creía que si ya te habías alejado de mi, no habría vuelta atrás.
Entregué todo y me quedé de nuevo sola y con las manos vacías.
