Capitulo 30 Dulce y Amargo

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Después de aquella declaración tan inesperada, solo podía sentir una fuerte vibración recorriendo mi cuerpo, la boca de Syria estaba tan cerca de la mía, que podía respirar su cálido aliento.
Hubo un momento de tensión, en el que todo estaba en juego, dar el siguiente paso, o... Retroceder.

Respire profundamente, y separé mi cuerpo del de ella, rápidamente, Syria se abalanzo de nuevo sobre mi, y me dió un suave y tierno beso sobre la mejilla.

-vamos a comer,- me dijo con una voz muy dulce, y como fingiendo que no había sucedido nada.

-claro, -contesté, sabía que definitivamente me era difícil ignorar y olvidar por completo aquella reciente declaración, aún así, estaba dispuesta a hacerlo para poder conservar la amistad que teníamos y que tanto nos costó tener.

Me senté de nuevo en mi lugar y comenzamos a comer lo que recientemente un amable mesero nos había traído.

Ella, como siempre, comenzó a hablar de un sin fin de cosas, con una actitud completamente despreocupada y alegre, su sonrisa tan amplia borraba toda huella de las lágrimas que apenas unos instantes atrás habían derramado sus hermosos ojos.

Yo por mi parte, seguía en shock, no podía creer lo que acababa de suceder.

Comí mis alimentos sonriendo y sin escuchar realmente el resto de la conversación, distraída por pensar en qué, la tentación que había sentido minutos antes, significaba una traición para Beck...

Comencé a sentirme como una completa basura... Me desanime por completo, me odie por haberme enredado en aquella situación, y mis emociones eran un caos.

Cuando Syria y yo terminamos de comer, la acompañe a tomar el transporte de regreso a su casa, ella me abrazo de nuevo, y antes de subir al taxi, susurró en mi oído.

-gracias por todo...

Dijo eso, y se fue...

La tarde pasó demasiado rápido, y comenzaba a oscurecer cuando recibí la llamada de Beck.

-Hola cariño,- la voz de Beck se escuchaba inquieta.

-hola...

-¿Estás bien mi amor?

-Si, dime, ¿Cómo estás?

-Jordan, ¿Que sucede? ¿Pasa algo?

Hubo un silencio un poco largo, no quería ocultarle las cosas pero tampoco sabía que decir.

-Todo está bien mi amor, disculpa, estoy un poco cansada.

-está bien mi vida, yo entiendo, han sido días muy pesados para ti, además de tener encima tantas responsabilidades en la escuela.

-gracias mi cielo por ser tan comprensiva. Y dime ¿Tú cómo estás?

-pues... Mí amor, tengo malas noticias...

-¿Que pasa cariño?

-El vuelo está retrasado por complicaciones climáticas, y no sabemos hasta qué hora podremos salir.

Escuchar aquello, fue como recibir una estocada en el pecho, sabía que lo importante era que ella estuviese bien, pero me dolía pensar que debido a aquel imprevisto, era muy probable que mis planes de llevarla a comer y todo lo que cuidadosamente había diseñado para nosotras, ahora solo fuese un sueño imposible.

-Bueno corazón, entiendo qué tendremos que esperar un poquito más para vernos, pero seamos optimistas, algunas horas no son nada en comparación al tiempo que tendremos para disfrutarnos mutuamente cuando por fin regreses.

-claro que si mi amor, pasaremos mucho tiempo juntas. No estoy segura de a qué hora llegaré a la ciudad, pero en cuanto me sea posible iré a verte.

-Descuida mi vida, lo único que importa es que llegues con bien, ya tendremos tiempo para vernos.

-Gracias mi amor. Corazón te llamo cuando sepa a qué hora se reprogramo mi vuelo ¿Si? Trataré de descansar un rato, tú también descansa por favor.

-Esta bien cariño, espero todo se resuelva muy pronto, te quiero, te envío mucho besos, descansa.

-gracias mi amor, besos.

La llamada de Beck me había provocado muchas cosas, felicidad por escucharla, y a la vez ansiedad y tristeza por no tener certeza de en qué momento podría volver a verla y si podría llevar a cabo mis planes con ella.

De un momento a otro, mi ánimo sufría un millón de altibajos. Solo podía tratar de aclarar mi mente tomándome una pausa y sentandome a pensar detenidamente.

Respire hondo, encendí un cigarrillo, y suspiré.

¿Cómo? ¿Cómo sucedió que de pronto se presentó ante mi la oportunidad que por dos largos años estuve esperando? 

Hace mucho tiempo que dejé de pensar en Syria, pero, ahora, hay algo dentro de mi, que parece revivir de las cenizas.

Definitivamente no quiero sentirme así, ni siquiera puedo creer que después de todo lo que he vivido con Beck, ahora una parte, aunque sea muy pequeña, me haga cuestionarme muchas cosas.

¿De verdad es qué Syria me ama? O ¿Acaso solo lo ha dicho por qué es su manera de tratar de engancharme de nuevo a ella?

Quizás no me ama, pero no es capaz de verme enamorada de alguien más...

No sé, no sé si ella sea capaz de hacer algo así si se supone que ahora somos amigas.

No entiendo nada ¿Por qué? ¿Por qué ahora? Ahora que Beck está por volver, que tengo planes de hacerla mi esposa.

Mi mente está hecha un completo caos, voy fumando un cigarrillo tras otro mientras aún sin querer las lágrimas siguen brotando por mis ojos.

Quería ignorarlo todo y seguir adelante, pero una parte desconocida en mi, lo hacia imposible.

Unas horas y un par de cigarrillos después recordé algo sumamente importante...

Las bases de mis sentimientos, y la verdad sobre aquellas dos personas que rondaban mi mente, Syria y Beck.

Syria...  Aunque había sido sumamente importante para mí, ya no sentía lo mismo por ella. Le guardaba cariño, como amigas me preocupaba por ella, pero ya no la deseaba como antes, no vivía anhelando estar a su lado, solo deseaba que estuviese bien, y que fuera feliz. No, no la amaba.

En cambio, Beck significaba todo para mí. Quería pasar el resto de mi vida a su lado y hacerla feliz. Lo nuestro era hermoso y real, lo mejor que me había podido suceder en la vida. La amaba.

En ese momento lo entendí... Beck era, y siempre sería el amor de mi vida...

Mi princesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora