Aunque no era mi asunto, en mi mente no dejaba de repetirse una y otra vez el preguntarme...
¿Qué hace con ella, regresaron?
Las ví alejarse hacía un lugar privado, dónde algunos de los compañeros de grado mayor, aprovechaban la privacidad para hacer cosas fuera de la vista de los maestros.
Eso me ponía muy ansiosa.
Cuando por fin era hora de entrar de nuevo a clases, supuse que Syria, quien no acostumbraba a faltar a ninguna clase, estaría a tiempo en el salón. Paso el rato y me di cuenta que de qué, esta vez, me había equivocado.
No podía concentrarme en la clase solo de pensar en todo aquello, pero ¿Que podía hacer? No tenía ningún derecho, ni de que me importase, ni de cuestionarla.
Con eso en mente, trataba de ignorar todo al respecto, pero aún sin voluntad, mi mente volvía a ella.
Cuando terminó la clase, salí del salón, sabía que mi mente no pararía hasta volverle a ver, al menos, para que un poco de ella me dijese si estaba bien.
Mi mente trabajaba a un millón de revoluciones gracias a la ansiedad que me estaba carcomiendo el alma y el mismísimo espíritu.
Estaba por comenzar la última clase cuando uno de sus amigos tomó sus cosas y las sacó afuera, y supuse bien, Syria faltaría a la última clase también.
Y entonces, no supe más como sentirme...
Ella nunca se saltaba ninguna clase, y ahora lo hacía, me preocupaba, pero también, sentía molestia de pensar que era gracias a Tania que era así.
Traté de calmar mi ansiedad preguntándome ¿Por qué me importa tanto?
No somos amigas, no es mi novia, no somos absolutamente nada...
En mi mente me repetía, "sólo es una chica más"
Pero muy en el fondo sabía que sólo estaba mintiéndome a mi misma.
Al llegar a casa, en mi mente inevitablemente solo podía recordar aquellas escenas, imágenes en mi mente cuál si fuera una película.
La primera vez que la ví, nuestras miradas, cuando la besé, nuestra química e intensidad, su mirada de culpa, el verla con su ex...
No era un capricho, la quería...
Sentía cariño y dolor a la vez.¿Por qué? ¿Por qué no me enamore de una mejor amiga hetero con la cuál no hubiese ni una sola chispa de esperanza como sucede en todas las historias cliché de "les" de closet?
Quizás hubiese sido más FÁCIL renunciar a estos sentimientos de haber sido así...Duele, y mucho...
Interrumpí por un momento todos aquellos pensamientos y entonces lo comprendí de verdad, nunca había sentido por nadie lo que ahora estaba sintiendo por ella.
Mis lágrimas se hicieron presentes aún sin poder evitarlo. No podía seguir ocultándome, negándome a mi misma, no después de todo lo que está nueva experiencia en mi vida, me había hecho sentir.Pensar en ello me hacía recordar...
Recordar todas esas cosas que en el fondo guardaba como un secreto, como la primera vez que si acaso me pasó por la mente el desear a una mujer.
Mis secretos comenzaron así:
Años antes, casi cuándo aún era muy pequeña, una de mis amigas, casi de mi edad, había intentado "jugar" conmigo haciéndome conocer mis zonas erógenas, sabía que aunque ambas estábamos de acuerdo en ese "juego" era algo prohibido, muchas veces dijimos que lo dejaríamos de hacer pero la verdad era algo que nos atraía, era casi un vicio, el gusto por lo prohibido y cada vez que nos hallabámos solas volvíamos a caer...
Cuando algo, por más mínimo que fuera, sucedía, de inmediato buscaba controlar mis impulsos y salía corriendo al baño de la casa para llorar, lloraba sin parar, odíandome a mi misma por aquello, me sentía horrible, sucia, y realmente jodida, oraba a Dios y pedía perdón por qué en el fondo me agradaba, me gustaban las chicas.
El único consuelo que tenía era que me decía a mi misma que la siguiente vez que tuviera la tentación enfrente podría resistirme.
No fue así...
Ya un poco mayor, tuve mi primera fantasía... El deseo por un delicioso baño caliente con alguna chica me hacía estremecer, mi mente viajaba solo un poco y me llenaba de culpa.
Otra señal que tuve fue cuando en una ocasión, una compañera de la escuela me invitó a dormir a su casa.
Ella dormía con su hermana mayor en la misma cama, cuando llegó la hora de dormir, simplemente no pude hacerlo, la hermana de mi compañera era una chica mayor, muy hermosa y con un cuerpo extremadamente sensual, la chica durmió en medio de nosotras con un hermoso y diminuto conjunto que apenas parecía pijama, al verla y tenerla tan cercas, piel con piel, sólo pude derretirme de deseo hacia mis adentros mientras al mismo tiempo me reprendía a mi misma por pensar así...
Y si, aún así solo podía repetirme a mi misma, "no, yo no soy gay"
Pero lo que me sucedía con Syria, era completamente distinto, ya no importaba si yo significaba algo para ella o no, si ella había vuelto con su ex o si alguna vez tendría la oportunidad de en verdad estar con ella, la quería, y mucho, sabía que ese sentimiento no se iría de la noche a la mañana, así que solo quedaba sobrevivir al proceso.
Desearía pensar y decir qué, olvidarla resultaría aún más fácil de lo que pensaba, que solo era cuestión de proponérmelo, de intentarlo, y ya, pero no, sabía que está aventura en la que yo misma me había atrevido a vivir en propia sangre y piel, me costaría un millón de lágrimas amargas, y sí, aún con eso en mente, deseaba seguir arriesgándome, seguir de alguna manera, buscando la felicidad a su lado.
Mi mente y mi corazón, luchaban sin cesar, mi corazón anhelaba todo su ser, y mente, mi razón, me decía que debía alejarme, debía olvidarla, debía aceptar el destino propuesto por ella en el que no había un futuro de algo que jamás pasó, que nunca le besé, que nunca probé sus besos y su piel...
Por más que quisiera convencerme a mí misma de ello, sabía que no lo lograría, no viéndola todos los días, no teniéndola tan cerca de mi, tan cerca como para ver sus ojos, sus labios y su cuerpo que mi entero ser deseaban a gritos.
Mi mente de pronto me hizo reaccionar una vez más...
¿Cómo? ¿Cómo llegué a este punto sin retorno solo por ella?¿En verdad valía la pena?
¿Tenía el valor de ponerle fin a este juego?
Aunque deseaba tener todas las respuestas en ese momento, realmente no lo conseguí.
No sabía que hacer, si dejarme llevar por lo que sentía mi corazón o ser razonable y hacerle caso a mi mente...
De pronto, recordé una frase que se escuchan en la mayoría de las películas románticas "si escuchas a tu corazón, serás feliz"
¿De verdad ahí estaba la respuesta?

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Mi princesa
Teen FictionJordan es una joven que a pesar de sus miedos, sus problemas internos y externos, las grandes preguntas sobre sí misma y la vida, lucha por no dejarse vencer. En el proceso de crecimiento personal, conoce al amor de su vida, su princesa...