Mi princesa

Capitulo 32 Suspiro

Jueves  4 Julio  5:30pm:

-Hola, muy buenas tardes, ¿Señorita Mc Comish? Hablamos de Sunset Lounge para confirmar su reservación del día de hoy, a las 7:30pm.

-Hola, buenas tardes, le agradezco muchísimo su fina atención, pero lamento decirle que me será imposible cumplir con la reserva, de todas maneras muchas gracias por  todo.

-Lamentamos mucho que sea así, esperamos que muy pronto pueda asistir y disfrutar  de nuestros servicios, que tenga un excelente día.

-muchas gracias.

Aquella llamada me hacía descubrir que en realidad me dolía mucho no poder disfrutar de los planes que tenía para Beck y para mí.

Proponerle matrimonio como había planeado no sería posible y aquello realmente me rompía el corazón.

Me quedé sumida en mis pensamientos, que no me percate de la hora...
Casi las 8pm

En mi corazón comenzaba a asomarse la tristeza al descubrir que aún no tenía ninguna señal de Beck, no tenía idea de cómo estaba y si acaso ya había llegado, sabía que el vuelo duraba aproximadamente 12 hrs con algunas escalas, pero de pronto, la ansiedad comenzó a apoderarse de mí.

Para mi corazón roto y mi cabeza ansiosa era claro que no vería a mi amada aquel día...

Y aunque creí haber planeado hasta el más mínimo detalle, era evidente que nada funciona como uno quiere...

No tener noticias de Beck solo hacía mucho más grande y tortuosa mi pena.

Esperaba con todo mi corazón que ella estuviese bien, que aunque sea solo por un momento, el destino me permitiera una señal de vida.

De pronto, un mensaje llega a mi teléfono.

-Hola, ¿Cómo estás?

-Hola Syria, yo estoy bien, gracias y  ¿Tú?

-bien, también.

-Me alegro. ¿Sucede algo?

-No, solo no puedo dormir.

- Lo lamento mucho.

-Bueno, es que me causa algo de nervios la obra que presentaremos mañana.

-Si te entiendo.

-¿Tú estás nerviosa?

-Realmente no.

- Jordan, pero ¿Cómo puedes no estar nerviosa si tú tienes el papel principal?

-No lo se, creo que estoy más concentrada en otras cosas que me parecen más importantes.

-¿Más importantes?

- Si.

-¿Cómo que?

-La propuesta de matrimonio que tengo para Beck, y que muy pronto voy a verla.- al escribir aquello solo pude sentir más incertidumbre, pero afortunadamente, nadie más estaba ahí para notarlo.

Aunque la conversación había ido bastante fluida, en ese momento, pasaron varios minutos antes de que Syria contestara, como si no estuviese segura de que contestar

Después de casi 20 minutos, volvió a escribirme.

-ah, vale...

Algo en mi interior me decía que dejara las cosas así. Y eso hice.

Respire profundo, y aún casi inconcientemente busque alivio, como solo yo podría en ese momento, entre mis cosas, el anillo de compromiso para Beck... Lo estreche entre mis manos con mucha ternura, y me aferre con un último suspiro, mientras una lágrima corría por mi mejilla.

En mi mente resonaba una y otra vez...  ¿Por qué?

Un impulso de pronto me hizo llamarla.

-Hola cariño, estaba a punto de llamarte también.

-Hola mi amor, ¿Cómo estás? ¿Ya llegaste?

- No mi cielo, estamos varados en el aeropuerto de escala, a seis horas de distancia aún. Nos dijeron que el avión tuvo dificultades técnicas y no podríamos continuar así, y como es temporada alta todos los vuelos están muy llenos así que están tardando en reorganizar a todos los pasajeros.

- Ay corazón, lamento escuchar eso, espero muy pronto se resuelva.

-gracias mi vida.

-Por cierto cariño, ¿Ya comiste?

-Si mi amor, acabo de parar a comer algo, aunque ya sabes que no fue muy agradable, la comida del aeropuerto es muy cara, además no estaba buena, y naturalmente, no sabe igual si estoy extrañándote tanto.

-Yo también te extraño mucho mi cielo, en realidad, estaba muy preocupada por no tener noticias tuyas.

-lo siento mi vida, no quería preocuparte.

-Está bien mi amor, lo importante es que tú estás bien.

-si cariño, estoy bien. Por cierto ¿Que tal todo para mañana?

-Bien mi vida, ya está todo listo, ojalá puedas llegar a tiempo para vernos.

-Ese es el plan mi amor, haré todo lo posible ¿Si?

- gracias mi vida.

-bueno mi cielo, descansa, yo iré a preguntar si ya hay un espacio para mí en algún vuelo.

-mucha suerte cariño, que todo salga bien.

-gracias mi vida, te mando mensaje en cuanto sepa algo, trata de descansar ¿si?

-claro. Gracias por contestarme te quiero mucho Beck.

-tambien te quiero Jordan, buenas noches, descansa, un beso, adiós.

-igualmente mi amor, besos, adiós.

Por algún motivo, aquel momento me parecía más emotivo de lo que quizás era. Hablar con mi novia, había hecho qué definitivamente me volviera el alma al cuerpo.

Respire tranquila y con un profundo suspiro descanse.

Solo ella, solo su voz, podía hacer que todo en mi estuviese perfectamente bien.

Ella lograba, lo que nada, lo que nadie. Cómo una dulce adicción que lleva al cielo, solo entre sus cálidos brazos.

Y entonces, detuve mis pensamientos, y por un instante lo comprendí, yo terminaría como un vagabundo, un poeta enamorado y loco, si ella alguna vez se fuese de mi vida.
Pasaría la vida como cualquier adicto, enfermo por la abstinencia, y buscando cualquier oportunidad de tenerle de nuevo.

Sabía que aquel estado era muy peligroso, sin embargo, también sabía que si me había arriesgado por la chica incorrecta, no me detendría por aquella maravillosa mujer.

Casi una hora después de hablar con Beck, por fin me quedé profundamente dormida, para mí grata sorpresa, la soñé a ella, llegando justo a tiempo a la obra de teatro, corriendo hacia mi para abrazarme y llenarnos de besos. Fue hermoso.

Cuando desperté casi a las 4am, ví mi teléfono, y un mensaje de Beck, que decía:

"Cariño, muy pronto estaré contigo, mi avión sale en una hora, te quiero"

¿Una hora? Vi a qué hora recibí el mensaje, 3:15am, ya no me daría tiempo de hablar con ella por qué seguramente ya habría abordado el avión, pero aún así decidí escribirle.

"Corazón me alegra muchísimo saber que muy pronto podré estrecharte entre mis brazos de nuevo, no sabes cuántas ganas tengo de verte, ten lindo viaje de regreso, te quiero."

Suspire de nuevo, con un sentimiento de calma y felicidad y teclee "enviar".

Se acercaba aún más, al fin, el momento, en el que podría tenerla junto a mi, para no dejarla ir nunca más.