Capitulo 28 Soledad

15 4 0
                                    

Por un momento el silencio pareció eterno.

-Jordan, ¿Estás bien? ¿Estás llorando?

- Lo siento cariño, es qué, lo que acabas de decirme es algo muy hermoso.

-Ire a visitarte en cuanto llegue, ya quiero verte. -la voz de Beck era cálida, aquello solo me hacia anhelarla aún más, quería abrazarla y no soltarle.

-Me parece más que perfecto corazón, estaré ansiosa esperando por ti.

Después de aquella conversación, nos despedimos.
En mi mente su voz y sus palabras se repetían como una dulce melodía que se impregnaban en lo más profundo de mi ser.

Sin embargo, subsistía el miedo.

El amor que nos profesabamos era real, era lo más puro que podía haber. Pero no podía evitar sentir que, aquello suponía una gran responsabilidad, quería que todo fuese más que perfecto.

Tenía poco más de dos meses para planear todo, y sabía que, sin importar mis temores, pondría todo de mi para darle lo mejor a Beck, mi linda y amada princesa.

Ahora, en total soledad, en aquella pequeña y acogedora habitación, mis pensamientos comenzaban a desenfrenarse rápidamente.

Imaginarme allí, con ella, sencillamente me hacía arder.

Una parte de mi quería planear todo a detalle, y la otra parte de mi, la deseaba tanto que solo podía extrañarla aún más.

Para tranquilizarme comencé a observar detenidamente la habitación que sería mi hogar los próximos meses.

El lugar era sencillo pero hermoso, la cama era amplia y bastante cómoda, de la pared colgaba un hermoso y enorme espejo que me dejaba apreciar por completo mi cuerpo, la televisión por cable parecía bien para una tarde entretenida, el baño, aunque algo modesto contaba con lo necesario para sentirme cómoda, y al menos en ese momento pude respirar profundo y sentir paz...

Llegó la noche y decidí salir por algo para cenar, cerca de ahí encontré un supermercado, y decidí cenar lo más sencillo del mundo, regrese al hotel y me puse a ver el televisor.

Cómo era mi primera noche ahí, tuve un poco de ansiedad, y no pude dormir en toda la noche, no había pensado antes, cuanta falta me haría la seguridad que sentía cuando descansaba en mi habitación, aunque siempre había sufrido de insomnio, estar bajo aquellas circunstancias agudizaban por completo todos mis terrores.

Estar así era agotador, no dormía por sentir ansiedad, y cuando el cansancio me vencía, las pesadillas me atormentaban sin tregua.

Al día siguiente pude descansar un rato por la mañana, justo al amanecer.

Iba casi por mi segunda hora de descanso cuando recibí un mensaje.

-hola Jordán ¿Como te va en tu nuevo hogar?

Aunque no hablaba mucho fuera de la escuela con Liz, le había comentado sobre el nuevo plan y que esa semana me instalaría en mi nuevo hogar, me alegraba mucho contar con su amistad, más en aquel momento en el que la transición se hacía cada vez más difícil.

-Hola Liz, me alegro de leerte, gracias por recordarme, estoy bastante feliz por respirar un poco de paz, aunque no niego que también ha sido un poco difícil estar sola.

-me alegro que te sientas un poco mejor, y lamento que te sientas algo sola, me encantaría ir a verte, pero no puedo, tengo que cuidar a mi hermana todos los días mientras mis padres trabajan, lo bueno es que pronto entraremos a la escuela de nuevo y ya no te sentirás así.

-Descuida Liz, agradezco tus lindas intenciones, entiendo tu situación, espero tu y tu hermana se encuentren muy bien, te quiero mucho amiga. Y tienes mucha razón, pronto volveremos a clases y todo estará muy bien. Cuídate mucho, nos vemos pronto, te mando un fuerte abrazo.

-Tambien te quiero Jordan, y tú también cuídate mucho por favor, seguimos en contacto, un abrazo.

Los mensajes de mi amiga definitivamente me alegraba el día, ella siempre era muy linda y atenta, solo podía corresponder con gratitud la amistad y el cariño que siempre me brindaba, es hermoso tener personas así en la vida.

El cansancio volvió a vencerme y esta vez me quedé profundamente dormida, cuando desperté, tenía 22 mensajes y 10 llamadas perdidas.

Todas las notificaciones tenían el nombre de Beck, me lamente demasiado por quedarme dormida, ahora solo podía temer una cosa, quizás ella estaría preocupada y molesta por no saber de mí, ¿Pero como explicarle que dormí hasta tarde por no haber dormido toda la noche? Sabía que eso solo la preocuparía demasiado.

-Hola cariño, lamento contestarte hasta esta hora, ¿Cómo estás? ¿Todo está bien? ¿Que tal tu día?

Dudé un momento, pero aún así presioné el botón de "enviar".
No sabía cómo reaccionaría pero debía tratar de sobrellevar el asunto lo mejor posible.

Casi de inmediato recibí su respuesta.

-Amor ¿Que pasó? Estuve llámandote toda la mañana. ¿Estás bien?
Estoy en clase, en cuanto salga te llamo.

-Tranquila cielo, todo está bien. Y acabo de ver tus llamadas, en verdad lamento mucho no haber podido contestarlas, te quiero mucho, espero no estés molesta. Y si está bien, estaré esperando tu llamada.

De nuevo, la ansiedad comenzó a invadirme.

-claro que no estoy molesta mi amor, solo preocupada por ti. Y no pasa nada, me alegro de que por fin contestaras, y bueno te llamo como en 10 minutos, te quiero, un beso.

-besos cariño.

Saber que Beck no estaba molesta, me hizo sentir mejor. Espere su llamada ansiosa. Cuando pasaron los 10 minutos, los nervios me llegaron hasta la médula.

Sonó el celular, y contesté su llamada.

-hola mi amor,- la voz de Beck era cálida igual que siempre, eso me hizo suspirar de amor y tranquilidad.

-hola cariño, gracias por llamarme de nuevo, ¿Que tal tu día?

-todo bien mi amor, a excepción de estar preocupada por ti, ¿Que te pasó? ¿Te encuentras bien?

-si cariño, todo está bien.

-¿Puedo saber por qué no me habías contestado?

-Lo siento cariño, olvide que tenía el celular en modo silencioso y no me percate de tus llamadas y mensajes.

-bien de acuerdo, y ¿Que hacias?

Lo pensé un momento, y aunque no quería preocuparla aún más tampoco quería mentirle.

-Me desvele un poco viendo el televisor y me desperté algo tarde, lo siento.

-Está bien cariño, no pasa nada me alegro de que descansaras.

-gracias mi amor, y ¿Ya terminaron tus clases?

-no, aún falta la última del día, de hecho está por empezar, te llamo más tarde cariño, te quiero.

-está bien mi vida, también te quiero, espero sigas teniendo lindo día, hablamos más tarde, un beso.

- besos mi amor.

Hablar con Beck, hacia que todo mi mundo tuviera sentido, era sentir que mi alma renacía con su dulce voz. Era enamorarme de las cosas que comenzaba a conocer de ella cada día que pasaba.

Al pasar las horas y los días, mi vida se iba acostumbrando a la rutina, sin embargo, algo dentro de mi sentía un dolor profundo, sentía como mi alma y mi corazón se iban deteriorando con mi triste realidad.

Sin darme cuenta los días pasaban y cada vez era menos el alimento que mi cuerpo consumía, no dormía lo suficiente y aún estando ahí, mi mente no estaba presente, mi cuerpo moribundo rogaba un poco de calor, un poco de amor, un poco de cordura, sin embargo, no era capaz de ser honesta ni conmigo misma y admitir cuánto dolía aquella soledad.

Mi princesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora