Capitulo 13 ¿Amigas?

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Han pasado ya dos meses desde aquel último intento, quisiera decir que no ha sido tan difícil sobrevivir, pero apenas he logrado mantenerme de pie.

Para contrarrestar los efectos nocivos de mi propia mente, he tratado de hacerme una rutina.

Voy a la escuela, y trato de mejorar en las asignaciones, aunque, a pesar de todo el esfuerzo, reprobaré matemáticas.
Luego voy de regreso a casa para hacer los deberes y después ponerme a hacer ejercicios físicos con la esperanza de bajar de peso y tener un mejor aspecto. 4 horas diarias no parecen suficientes, pero aún así, es lo que por el momento mi cuerpo puede hacer.

Aunque mis problemas siguen siendo los mismos, al menos siento que voy sobrellevando todo, un paso a la vez.

En todo este tiempo, la verdad es qué, he evitado hablar con Syria, incluso verla, me parece abrumador, cuando está sola, mis deseos de acercarme a ella son casi incontrolables, al observarla, solo puedo recordar lo cálido de su piel, su dulce aroma y la pasión en sus besos. No logro concentrarme en nada más porque estoy deseando hacerla completamente mía todo el tiempo.

Cuando está con Tania, evito mirarlas pues aquella busca siempre la forma de a propósito recordarme que Syria está con ella y no conmigo, me ve y se asegura de que yo pueda ver cómo la abraza, la besa y juega con las partes más sensibles de su cuerpo. Hasta pareciera que su "romanticismo" solo sucede cuando estoy cerca.

La verdad es, que no puedo evitar sentirme un tanto celosa.
Quizás si no tuviera un recuerdo al cual mi cuerpo no se aferrara, sería más fácil olvidarle, pero no, los recuerdos me perturban la mente, hacen qué la desee aún más.

Ahora comienzo a cuestionarme si realmente la quiero o es que se ha convertido en algo más.

Las últimas dos semanas de clases se pasan volando, y comienzan las vacaciones, lo único que al final puedo hacer es tratar de olvidarme de ella.

Mis vacaciones son más cortas al de la mayoría de mis compañeros, ya que debo cumplir con los trabajos extras de las asignaturas reprobadas y presentar mi examen. Para mí extraña sorpresa, Syria también está ahí.

Mis impulsos me motivan a hablarle, a pesar de que hace no tanto creí ya tener el control sobre ellos, no fue así...

-Hola...
-Hola Jordán ¿Cómo estás?
-bien, gracias y ¿Tú?
-igual estoy bien.

No sabía que más decirle, el latido de mi corazón parecía estar a punto de romper mi pecho, las manos me temblaban y la voz apenas salía de una garganta hecha un completo nudo.

-bueno espero te vaya muy bien en el examen.
- gracias Jordan, igual a ti.
-gracias.

El examen comenzó, y mi concentración era totalmente nula. Solo podía pensar en ella, nuestros asientos estaban en lugares completamente opuestos, así que voltear a verla, significaba levantar totalmente la vista y arriesgarme a qué la profesora creyera que intentaba obtener las respuestas del exámen, observando a alguien más.

Cuando se trataba de ella, mi fuerza de voluntad era pequeña, era inevitable no buscarle.

Terminé el examen con el límite de tiempo encima, lo entregué y salí afuera.
Syria había salido hacia apenas unos cuántos minutos antes, como no la ví, creí que ya se había ido.

La escuela estaba casi vacía, así que no tenía mucho sentido quedarme.

Camine fuera de la escuela, hacia la calle y mi mente divaga un poco pensando en, ¿qué habrá significado para Syria este tiempo sin hablar, y el saludo rápido de esta mañana?

Unos segundos y mi mente me traiciona...

Seguro, absolutamente nada, probablemente ni siquiera lo noto ...

-¡¡Jordan!!

Escucho, pero mi mente y mi cuerpo tardan en reaccionar.

-¡¡¡Jordan!!!

Vuelvo a oír, y esta vez estaba segura de conocer aquella voz.
Mis ojos buscan la fuente del llamado, pero no logro encontrarla, de pronto siento una mano sobre mi hombro.

-Jordan, por fin te alcanzo.
-Hola Syria, ¿que pasa?
-Estaba a punto de irme, pero te vi de lejos y se me ocurrió... Que podíamos ir a mi casa.

Una alegría inmensa invadió todo mi cuerpo, claro que también muchas preguntas aturdían de pronto mi mente.

-Si claro, está bien.
-Entonces, vamos, esta por salir el taxi.

Todo sucedió tan de prisa que ni siquiera había pensado en mi respuesta y mucho menos en las consecuencias.

No estábamos lejos, así que llegamos justo a tiempo.
El camino me pareció mucho más corto que la primera vez, aunque casi era más de una hora de camino.
Al llegar a su casa note que estábamos solas.

- ¿Y tu mamá?
- va a llegar tarde.
-claro.

Al entrar a su casa, fuimos directo a su habitación.
Ella abrió las ventanas, y se quitó parte del uniforme escolar, el viento daba contra su cabello, y su sonrisa de alguna forma parecía, mucho más brillante.
Puso algo de música, y de pronto se puso a bailar.

Lambada, el baile prohibido...

Sus caderas hacían un movimiento especialmente hermoso, y su mirada denotaba una intensa sensualidad.

¿Acaso aquella hermosa chica intentaba seducirme?

¡Maldición!

Por un momento, perdí la conciencia y la noción de cuánto me había esforzado cada día por olvidarla. Todas mis murallas cayeron inmediatamente ante tanta sensualidad.

Observar ese hermoso cuerpo, era un exquisito deleite.

Al terminar de bailar, volteó a verme directamente y sonrió, sabía lo que había logrado provocar en mi.

Mi cuerpo ardía, pero intentaba mantener el poco control que aún me quedaba.

Ella fue directo a su computadora, busco una nueva canción y antes de que está empezará a sonar, volteo de nuevo a verme y su sonrisa cambio, parecía como una niña a punto de hacer una travesura.

-¿Quieres revivir el pasado? -preguntó, de pronto ahí estaba, a todo volumen, la canción, aquella primera melodía que me había llevado a besarla por primera vez.

Aquella mujer, si que sabía cómo, doblegar todo mi sentido del autocontrol, con solo desearlo, podía hacerme perder la razón.

Se acercó despacio a mi, y comenzó a provocarme, un par de sonrisas, una mirada mordiéndose el labio inferior... De pronto y sin siquiera esperarlo, juguetona levanta una almohada para pegarme. Me sorprende verla así, tan segura de querer sentirme de nuevo.

Casi inconcientemente entro a su juego tomando una de las almohadas que están en la cama y ella me empuja hacia ésta para quedar sobre mi, intenta hacerme un poco de cosquillas y de pronto...

Su labios estaban tan cerca de los míos, que podía sentir la agitación de su pecho, su piel ardiendo y su aliento...

Podía dejarme llevar por ese dulce y excitante momento... O podía alejarme y volver a ejercer control sobre mi, la oportunidad estaba justo frente a mi...

Hacerla completamente mía o ser solo... ¿Amigas?

Mi princesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora