𝐑𝐄𝐕𝐄𝐍𝐆𝐄, negan

𝟷𝟷∥ sᴜsᴜʀʀᴏs ɴᴏᴄᴛᴜʀɴᴏs

Los Salvadores salieron al patio al ver a la camioneta y las seis motos acercándose al perímetro, esperando que los vehículos se detuvieran para poder bajar lo que hubiesen encontrado en el registro del pueblo.

Raven aparcó donde siempre, contemplando cómo los hombres comenzaban a bajar las cajas. Viendo que no había problemas, entró en el edificio sin querer ser vista, apoyándose en la barandilla. Su mirada recayó sobre Eugene, quien se encontraba esperando en una fila para conseguir ciertos suministros.

El hombre no tardó mucho en acercarse a la mesa, saltándose la cola para comenzar a hablar con la mujer que llevaba el recuento. Vio cómo este se daba la vuelta con las manos vacías, pero se detuvo antes de irse. Eugene volvió a acercarse a la mesa, compartiendo unas palabras con la encargada. Esta, permaneció unos segundos mirándole antes de comentar algo y comenzar a buscar entre los medicamentos. Eugene recibió lo que debió haber pedido, pero eso no pareció satisfacerle, pues tras firmar en el registro, se llevó entre otras cosas, el resto de medicamentos.

Raven siguió con la mirada al hombre hasta que desapareció tras las puertas, sorprendida ante sus acciones.

No tardó mucho en incorporarse, dirigiéndose a su habitación para descansar un rato. Recorrió los pasillos, y cuando llegó a su cierto, cerró la puerta tras ella y anduvo hasta el sillón, dejándose caer en él mientras se permitía cerrar los ojos. Unos segundos después, recordó lo que había pasado en aquella farmacia. Apretó los labios, debatiendo internamente lo que iba a hacer.

Finalmente, volvió a ponerse en pie, dirigiéndose hacia la puerta y cerrándola con un portazo. Volvió a recorrer los pasillos, pasando de nuevo las habitaciones. Cuando llegó a su destino, volvió a apretar los labios abriendo la puerta frente a ella, encontrándose a Negan mirando por una de las ventanas de su habitación. No llevaba la cazadora puesta, permitiendo así ver la sangre que manchaba su ropa.

—Vaya... Pero mira quién es...— Comentó el hombre al verla junto a la entrada.

—Vamos, hay que coser eso—. Se limitó a decir ella acercándose a él, deteniéndose cuando Lucille hizo acto de presencia. Negan sujetaba el bate, apuntando con él a la mujer.

Raven mantuvo una mirada neutral, esperando al siguiente movimiento del hombre. Dejando caer el brazo, el líder de los Salvadores llevó su mano contraria a su costado, dejando escapar un quejidos por el dolor.

Avanzó hasta él, cogiendo el bate de la mano del hombre y apoyándolo sobre la mesa. Negan se sentó en el sofá, esperando a que Raven volviera del baño con el botiquín. —Deberías tumbarte—. Comentó ella mientras se sentaba de rodillas en el suelo.

—Por muchas ganas que tenga de...—Comenzó él , pero no terminó la frase al ver la mirada en el rostro de Raven a modo de advertencia. —Está bien—. Comentó mientras la hacía caso.

—Voy a...—Avisó la mujer llevando la mano a la camiseta del hombre, recibiendo un asentimiento.

Al levantar la prenda sobre la herida, reveló un corte lo suficientemente profundo para causar el estado del hombre. La mujer hizo una pequeña mueca al ver la sangre, no por asco o grima, sino por ser la causante de la misma.

Negan vio cómo Raven se quitaba también su cazadora, dejándola junto a la del hombre y recibiendo una mirada por parte del susodicho. —¿Qué? No pienso mancharme la cazadora.

El líder de los Salvadores levantó las manos a modo de rendición antes de dejar caer la cabeza sobre el reposabrazos, mientras ella cogía varios trapos y comenzaba a limpiar la herida, escuchando de vez en cuando algún gruñido cuando se acercaba  demasiado al corte. Al pasar la mano cerca de la herida, él se tensó, sabiendo que tocaban los puntos.