𝟶𝟽‖ ᴜɴᴀ ᴠɪᴅᴀ ᴘᴀsᴀᴅᴀ

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Tras formarse un pasillo entre las personas que observaban, permitiendo pasar sin dificultad a Raven, Negan y Carl, la mujer tomó un camino distinto al de ellos.

Viendo cómo el líder de los Salvadores y el joven Grimes se dirigían nuevamente a la habitación del hombre, Raven salió al exterior del edificio. —Dwight, prepara los vehículos. No creo que tardemos mucho en hacer una visita a Alexandria teniendo aquí a Junior.

El hombre asintió, terminándose su comida y llamando a algunos Salvadores para que le ayudaran. Según iba avanzando hacia la puerta para entrar de nuevo al Santuario, creyó ver movimiento sobre el techo del vehículo, no pareciéndola que fuese de un pájaro precisamente.

Se acercó, y cuando fue a sacar una de sus dagas, las puertas del edificio se abrieron, llamando su atención. Negan y Carl aparecieron en el lugar avanzando hasta la mujer sin perder el tiempo. El líder miró a los hombres que preparaban el camión, siendo consciente de que había sido Raven quien lo había ordenado.

—Partimos en diez minutos—. Informó la mujer al verles acercarse. —Chicas—. Llamó por el comunicador. —En la entrada con las motos en cinco minutos.

Se dirigió al patio donde tenía aparcado su vehículo, subiéndose en él y arrancando para ir hacia la entrada, donde encontró al joven Grimes y un Salvador sentado ya en los asientos del camión.

—Venga, Daryl. No estés tan preocupado—. Comentó Raven al ver cómo el hombre les observaba.

Negan se asomó por la ventana al escucharla. —Eso, Daryl. Tranquilízate un poco, hombre.

—Si le hacéis algo--

—¡Dwight!— Llamó el líder. —Daryl necesita un descanso. Devuélvelo a su agujero unas horas.

Cumpliendo son su orden, el hombre apareció y cogió a Daryl por la nuca, quien no dejó de mirar al hombre sentado junto a Carl mientras le sacaba el dedo cuando el vehículo comenzó a moverse.

Raven volvió a arrancar, saliendo del perímetro y poniéndose en marcha. Las cinco motos se la unieron, quedando franqueada. Los camiones iban tras ellas, siguiéndolas para llegar a la comunidad.

Cuando en Alexandria vieron las seis motos negras aproximándose, dos de los vigías se miraron nervios antes de abrir las puertas para que pudieran entrar.

Los vehículos aparcaron en la entrada, y los Salvadores penetraron los límites del pueblo. —Ir tirando, ahora voy—. Avisó Raven mirando a Negan, recibiendo un asentimiento.

La mujer bajó de su vehículo y se acercó a Jazz y Izzy, quienes estaban hablando la una con la otra. Al ver acercarse a la líder del grupo, ambas detuvieron la conversación para atenderla.

Raven señaló primero a Jazz. —Llevas la camisa medio abierta—. Luego se giró hacia Izzy sin bajar la mano. —Y tu llevas el pantalón abierto—. Ambas mujeres se apresuraron para arreglarlo, viendo cómo la sonrisa en la cara de Raven aumentaba por segundos. Se dio la vuelta, dándolas la espalda mientras caminaba en dirección contraria. —La próxima vez que os pille haciéndolo, decirme por el canal privado que estáis ocupadas y os consigo tiempo—. Comentó la mujer mirando sobre su hombro sin molestarse en esconder la sonrisa de su cara.

Se acercó a los Salvadores que se encontraban sentados hablando en la parte trasera del camión, y al ver que se incorporaban al verla, levantó la mano para impedírselo. —Necesito que un par de vosotros se quede aquí por si llega alguien, los demás, dispersaos y estad atentos por si ocurre algo. No queremos sorpresas.

𝐑𝐄𝐕𝐄𝐍𝐆𝐄, neganDonde viven las historias. Descúbrelo ahora