𝟷𝟹∥ ᴄᴜʟᴘᴀ ʏ ᴛᴏʀᴍᴇɴᴛᴏ

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En el interior de la muralla de madera levantada al rededor de la pequeña comunidad, comenzó a escucharse la alarma.

—¡Vienen los Salvadores!

Daryl desvió su atención, mirando hacia el hombre que avisaba.

—¡Hay que ir a por Maggie!— Exlamó Enid acercándose.

—¿Dónde está?— Preguntó poniéndose en pie mientras recogía su cuchillo clavado en la mesa.

El dúo se dirigió al contenedor donde la susodicha estaba viviendo, encontrándola saliendo de este con prisa. —¡Maggie!— Llamó la adolescente. La aludida miró en su dirección, viendo a Daryl junto a ella. —¡Por aquí, no nos da tiempo a salir!— Dijo haciendo que los dos adultos la siguieran.

—Oh, no—. Murmuró Daryl, siendo escuchado por Maggie. —Es Raven—. Dijo al ver a la mujer entrar en el pueblo en su moto siendo seguida por el resto de Salvadores en sus vehículos.

Al ver el semblante de Maggie cambiar ante la mención de la asesina de su marido, Daryl avanzó hasta ella. —Tenemos que escondernos. Ya—. Dijo llamando su atención. Ambos se dirigieron al sótano usado como despensa, entrando rápidamente para no ser vistos.

—Los mantendré alejados—. Informó Enid cerrando las puertas de la entrada tras Daryl.

Entretanto, Raven había bajado de su vehículo, contemplando el interior del pueblo que había visitado tiempo atrás junto a Rick y los suyos. —¡Que recuerdos!— Exclamó la mujer. —La única vez que estuve aquí, número uno y número dos aún respiraban, y venían conmigo—. Se dirigió a su grupo, encontrándose ahora a su lado. Desde el interior del sótano, Maggie y Daryl escuchaban todo, reprimiendo las ganas de irrumpir en aquella escena en cualquier momento. —Bueno, venga. Tenemos cosas que hacer.

Los hombres se dirigieron a la mansión, abriendo la puerta y entrando en el interior. Simon se quedó atrás, esperando a la mujer que se había quedado mirando las puertas del sótano a lo lejos. —¿Qué ocurre, jefa?— Preguntó el hombre recibiendo una mirada de Raven al escuchar cómo la había llamado. —Lo siento, es la costumbre.

—Que registren de nuevo todo esto—. Ordenó la mujer dirigiéndose a la mansión junto a Simon, seguidos por el grupo Salvadoras.

—¡Ya la habéis oído, chicos!— Dijo este pasando al lado de un grupo de hombres que seguían bajando de una camioneta.

—Ve pasando tú, Simon. Cuanto menos tiempo esté con él, más probabilidades tendrá de seguir con vida cuando nos vallamos—. Habló la mujer recibiendo un asentimiento.

Cuando el hombre se adentró en la gran casa, no tardó en escuchar una voz que le llamaba. —¡Simon! Hola.

—Vaya... Menuda alegría, Gregory. Hola—. Se escuchó contestar a Simon.

—Vaya, no te esperaba verte tan pronto. ¿Hablamos en mi despacho? Tengo una ginebra para mis invitados. Te gusta, ¿verdad?— Dijo Gregory señalando el cuarto tras él.

—Mis preferencias en cuanto a bebidas alcohólicas están variando—.  Contestó El Salvador llevándose las manos la cintura. —Pero estás de suerte, amigo. Ha venido a verte alguien muy especial—. Simon estiró el brazo hacia la entrada, haciendo que Gregory empalideciese.

Tras la puerta apareció Raven seguida por el resto de mujeres, adentrándose en la sala, la cual se encontraba repleta de Salvadores que rodeaban a los dos hombres. —¡Gregory, es un muy desagradable placer volver a verte!— Exclamó la mujer con una sonrisa cínica haciendo reír a los hombres a su alrededor.

𝐑𝐄𝐕𝐄𝐍𝐆𝐄, neganDonde viven las historias. Descúbrelo ahora