𝟸𝟷∥ ɪᴍᴘᴜʟsᴏ ᴇɴᴛʀᴇ ᴍᴜᴇʀᴛᴏs

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—¡Hay que llagar a los tráiler, ahora!— Exclamó Negan poniéndose en pie y levantando a Raven con él.

La mujer sacó sus dos armas, preparándose para defenderse si alguna de las criaturas se acercaba más de lo debido. A su lado, Negan hizo lo mismo, asegurando su agarre en el bate. —¿Lucille está lista?— Preguntó Raven sin apartar la mirada de la horda.

—Siempre—. Contestó el hombre de la misma manera. —Te cubrimos.

La mujer lo miró unos instantes, sabiendo que estaba herido en una de las piernas, antes de volver su atención al peligro que se acercaba. Ambos avanzaron hacia el gran contenedor, vigilando las espaldas del otro.

Los muertos comenzaron a estar cada vez más cerca, y el dúo intentaba ir lo más rápido que podía. Raven incrustó su daga en el cráneo del primero que se les echó encima, siendo seguida por Negan, que golpeó a otro que se acercaba por detrás, haciendo salpicar la sangre en el suelo. A medida que iban acercándose a su objetivo, más muertos aparecían.

La mujer clavó sus dos dagas en las cuencas de los ojos de uno de ellos, haciendo fuerza hacia los lados y sacándolos por los laterales del cráneo. Pronto, se vieron rodeados y solo bastaron unos segundos para que se perdieran de vista el uno al otro.
Los muertos acorralaron a Raven contra una pared, lo suficientemente cerca como para ver la escalera a escasos metros de ella, pero lo suficientemente lejos como para no poder hacerse paso entre estos.

—¿¡Negan!?— Llamó. —¡Negan, contesta!— Cuando no hubo respuesta y no encontró rastro de aquella cazadora de cuero que tanto la gustaba, o aquel bate con alambre de espino, fue cuando creyó comprender lo que ocurría. Su corazón comenzó a latir más rápido, proporcionándola la adrenalina suficiente para seguir acabando con los muertos que se la acercaban. Pero no tardaron en ser demasiados.

No dejó de pelear. Se negaba a morir sin pelear. No había llegado hasta donde estaba rindiéndose. Guardó las dagas y sacó sus pistolas, disparando a toda cabeza que veía, haciendo que se desplomaran los cuerpos en el suelo. Uno de los que aun caminaba, se acercó por un lateral mientras Raven se encargaba de otro, cuando pudo prestar su atención a la criatura y apretar el gatillo de una de ellas para hacerle bolar la tapa de los sesos, no ocurrió nada. Haciendo lo único que podía hacer en aquel momento, metió el mismo arma en la boca del muerto, haciendo fuerza hacia arriba con cuidado para no rozar los pocos dientes que le quedaban, consiguiendo arrancarle la cabeza.

Tiró el otro arma, y sacó de nuevo sus dos dagas. Contra la pared y acorralada, con sólo dos armas que la sirviesen a luchar en ese momento y sin apenas más espacio entre ella y la muerte, prosiguió calvándolas en las cabezas de las criaturas.

Una explosión al otro lado de la horda llamó la atención de esta. Cuando la gran parte de ellos comenzaron a dirigirse hacia su lugar de procedencia, una mano agarró el hombro de la mujer, empujándola hacia las pequeñas escaleras de metal y lanzándola al interior del oscuro contenedor.

Se dio la vuelta dispuesta a seguir peleando contra quien fuese, colocándose en posición, pero su cuerpo se relajó cuando vio a la persona frente a ella.

Negan se había acercado hasta ella, subiendo sus brazos en señal de rendición al verla dispuesta a rajarle el cuello. Las dagas se resbalaron de las manos de Raven, cayendo al suelo.

El hombre se acercó a ella, aún con las manos en alto, esperando poder acercarse sin que le hiciese alguna clase de llave y acabar en el suelo acompañando a las dos armas. —¿Estás bie--

𝐑𝐄𝐕𝐄𝐍𝐆𝐄, neganDonde viven las historias. Descúbrelo ahora