𝐑𝐄𝐕𝐄𝐍𝐆𝐄, negan

𝟷𝟶‖ ᴘʟᴀɴ ғᴀʟʟɪᴅᴏ

El sonido de varios motores y la música alta llamaron la atención de los muertos extraviados en los campos cerca de la carretera. Seis motos negras y una camioneta con dos de estas primeras en la parte trasera recorrían el asfalto en busca de un nuevo pueblo que registrar.

Negan conducía el gran vehículo, Raven de copiloto y Max en el asiento de atrás. El pelo de las dos mujeres ondeaba con el aire y brillaba con los rayos del sol. La pelirroja sonrió mientras sentía el mismo contra su rostro, viendo la misma sonrisa en el rostro de la mujer frente a ella. Se la veía tranquila y calmada, pero sobre todo, feliz.

'Hay un pueblo un par de kilómetros más adelante'. Informó Herley por el canal abierto.

Negan y Raven se miraron, antes de que ella contestara. —Izzy, Harley. Adelantaos y asegurad el terreno.

Los tres vieron cómo las susodichas les adelantaban en sus vehículos, dirigiéndose al pueblo para asegurarse de que no estuviese repleto de muertos. Unos minutos después, se escuchó la voz de Izzy. 'Despejado. Esperemos que las casas estén igual'.

—Recibido—. Respondió Raven. —Arat, te seguimos.

El dúo recibió un asentimiento de la mujer en la moto al lado de ellos, viendo cómo aceleraba para ponerse en cabeza. El resto del grupo la siguió lo que quedaba de trayecto, parando los vehículos junto a las Salvadoras que ya estaban allí.

Bajaron de la camioneta, dejando las dos motos en la parte trasera, acercándose a ellas. —¿Qué os parece?— Preguntó Negan apoyándose en en el coche junto a Max.

—Hay una farmacia pasada esa esquina—. Informó Jass señalando.

—Estupendo. Permaneced alerta, puede que haya muertos que no hayamos visto—. Dijo Negan incorporándose.

—Nos vemos aquí cuanto terminemos. Max, te vienes con nosotros. Las demás, bajad las motos y montar en la camioneta todo lo que encontréis—. Informó Raven.

El trío se puso en marcha, dirigiéndose a la farmacia en busca de medicamentos. A medida que avanzaban podían ver más los destrozos a su alrededor; edificios quemados, coches estampados... Mientras recorrían la calle, Max hablaba con Negan, y Raven escuchaba atentamente, yendo unos pasos por delante de ellos. —Gracias por venir—. Dijo Max caminado de tema.

—No es nada, mocosa—. Contestó él dando vueltas al bate. —¿Qué te parece si después de pasar por la farmacia, buscamos algún garaje para pillar algo para tu moto?

La pelirroja asintió mientras imitaba la sonrisa del hombre. Raven, sonriendo ante la conversación que se estaba llevando acabo tras ella, paró y se giró cuando vio el pequeño edificio. —Es ahí. ¿Listos?— Preguntó señalando sobre su hombro.

—Mm-hmm—. Contestó Max, quien al ver a Raven sacar sus dos dagas, sacó ella su achuela.

Negan llamó a la puerta al ver a las dos mujeres listas, esperando por si hubiese algún muerto en el interior. Cuando se escucharon varios gruñidos, Negan dio un par de pasos hacia atrás, dejando la puerta abierta.

En el momento en el que tres de aquellas criaturas salieron al exterior, el hombre golpeó sus cabezas con el bate, haciendo caer los cuerpos a su pies. Hizo una pequeña reverencia, extendiendo la mano hacia la entrada de la farmacia dejando la entrada despejada para Max y Raven.

Al entrar al interior, aun con las armas en caso de necesitarlas, vieron como un muerto se arrastraba por el suelo para llegar hasta ellos. Max se adelantó, avanzando hasta él e incrustando la hoja de cu arma en el centro de la cabeza descompuesta.