59. No la toques, no la beses

68 12 11
                                    

Soleil

Consciente o inconsciente, ya había dibujado varios corazones con nuestras iniciales "L+S" en la penúltima hoja de mi libreta. Después de todo, era hora libre ya que el profesor de historia había faltado a clases.

Faltaba poco para que Lukas y yo cumpliéramos dos semanas de ser novios. Sin embargo, todavía no podía creer que eso fuera verdad. Que él estuviera enamorado de mí como lo estaba de él.

Sonreí como tonto al recordar todas las veces que nuestros labios ya se habían encontrado y me sonrojé al evocar todas la veces que me ha dicho que le gusto.

— ¡Soleil! — rápidamente cerré mi libreta al escuchar a Butterfly entrar al salón y venir corriendo hacia mí—. ¿Te has enterado?

—¿De... qué-é? — pregunté con cierto nerviosismo.

Recuperó el aliento y después se comió unas hormigas acarameladas, las cuales había salido a comprar a la cafetería.

— Acabo de escuchar que hubo un incidente en la clase de pociones y brebajes.

La noticia no me sorprendió ya que era normal que incidentes ocurrieran cada vez que la profesora enseñaba una poción o brebaje complicado a los brujos.

—Supongo que la Maestra Meier está haciendo sufrir nuevamente a los Hexlights— no le tomé mucha importancia y volví a abrir el libro de historia de monstruos y criaturas mágicas.

—Pero esta vez en realidad fue un acto de estupidez debido a un par de chicos ¡ya que causaron que el laboratorio se incendiara! — exclamó y eso me impresionó un poco, pensando que posiblemente los expulsarían por tal cosa—. Realmente no sé quiénes lo hicieron, pero creo que deberías saber que ese incidente pasó en el grupo de Lukas.

Dejé de mirar el libro y la vi con los ojos bien abiertos.

— ¡Qué? ¿Dices que a Lukas también le tocó este incidente?!— rápidamente me levanté de la silla, y dejándola desconcertada por mi reacción; salí del salón deprisa.

Corriendo me dirigí a su salón, pero allí solo había unos compañeros que apenas regresaban de la enfermería. Por lo que decidí ir allá.

Estaba preocupado, muy preocupado por Lukas. Preguntándome si había estado cerca del incendio o no. Si tuvo una crisis de pánico o no. Y es que, debido a lo que vivió con su mamá aquella noche, Lukas tenía una fobia por el fuego.

Rápidamente llegué a la enfermería, pero cuando quise entrar a la enfermería, choqué con alguien. Alcé la vista. Era Lukas.

—¿ Soleil?— frunció el ceño y me tomó de las manos — ¿Qué haces aquí? ¿Te sientes mal?— preguntó preocupado.

Negué la cabeza, recuperando el aliento. —Vine a verte. Me enteré del incendio...

—Ah... eso— me dio una pequeña sonrisa, avergonzado, pero a la vez incómodo—. No te preocupes, no es nada. ¿Ves? Estoy bien.

Me dio una mirada tranquila y agrandó su mirada, pero al verlo a los ojos, me di cuenta que estaba inquieto.

—Tú...— Callé cuando nos tuvimos que mover de la puerta puesto que había más estudiantes que estaban saliendo de enfermería también.

Por lo que tomé su muñeca.

— Ven, vámonos.

— ¿A dónde?

—Nos vamos a casa.

Frunció el ceño y trató de detenerme, pero lo ignoré. Por lo que fui por nuestras mochilas y salimos del colegio para ir a su casa.

Después del Ocaso (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora