Jongho no era tonto, él sabia que es lo que pasaba a su alrededor, tenia una respuesta para todo, era inteligente y usaba siempre la lógica.
Pero nunca le paso por la cabeza que su familia fuera demoníacamente perfecta.
Si es que eso era una palabra...
—No vas a vencer a Yunho. —Los sonidos de cuerda estaban poniendo nervioso al lobito. No estaba apretado, podía moverse bien, pero no estaba cómodo con el frio de la noche, las rejas estaban frías y afortunadamente tenía sus medias abrigadoras—Te quedarás ahí toda la noche, los lobos solo piensan en dejar su nudo en cualquier cosa, agh.
—Yo no soy uno de esos. —Wooyoung intentó no gritar por miedo al terror de los dos chicos detrás suyo, San y Yunho. Aún con sus pijamas, daban mucho miedo, tenía esa presencia tan abrumadora que hacía que se callará abruptamente.
—Cállate — San gruñó y Wooyoung le hice caso, no sabiendo si temblando de frio o de miedo.
—Jongho está durmiendo, mañana veremos si no estas de calenturiento. No creas que no he escuchado todo lo que han dicho.
Y se fueron.
『♡』•『♡』•『♡』•『♡』
La clase de religión seguía siendo tan molesta como siempre...
Al menos tenia a Wooyoung a su lado, la profesora nos miró con una cara de incredulidad, pero no duro mucho para no llamar la atención, tengo ganas de decirle en la cara: "¿Qué tal? Tengo un amigo, mujer mala" No llegue a decir nada porque Wooyoung era mi voz de la razón, siempre diciéndome que sea bueno y que me sepa comportar.
Me hace recordar a cuando Yunho nos cuida, solo que Yunho es más agresivo diciéndonos que para defendernos, debemos golpear siempre en la nariz.
Mientras que los consejos de Wooyoung son: "No hay que golpear a nadie"
Quizás por esa razón le hicieron mucho bullying...
Un pequeño sonido me sacó de mis pensamientos, era mi celular que había recibido un mensaje de alguien, pensé que quizás era Yunho molestando o San preguntándole cosas absurdas, pero volvió a sonar y miré a Wooyoung a mi lado, susurrando que le contesté los mensajes.
Con un poco de cansancio, acepte, pero estando al tanto de que la profesora de religión no me mire por debajo del cuaderno, estábamos sentados muy atrás y aun así la profesora siempre pega un ojo hacia mí para mantenerme como soldadito.
Loba:
Deja de mirar a la profesora como si quisieras enterrarla viva.
Yo:
Quien te dijo que no quiero hacer eso¿?
Loba:
Por eso siempre te mira con la misma cara de odio.
Yo:
Mi cara de odio? SI ES MI CARA NORMAL!1!1!!!
Loba:
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