1. Yo los maté.

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Bailaba al ritmo de la música junto a mis amigas, sin ninguna preocupación. Desde que había llegado tenía la mirada de un sujeto sobre mí, sus ojos negros estaban clavados en mí a pesar que él estuviera en la zona VIP, es decir en la segunda planta. 

Seguía bailando las canciones que el dj mezclaba hasta sentir unos grandes y fuertes brazos tatuados tomarme de la cintura, me giré feliz pero él estaba furioso, lo noté en su ceño fruncido, pero él ni me miraba a mí, sino al mismo sujeto que ahora nos observa a ambos.

—¡Nos vamos ahora mismo! —Ordenó intentando sacarme de ese lugar, pero me escape de su agarre.

—¡Es mi cumpleaños! —Grité enojada.

Sus músculos y mandíbula se tensaron. Seguí su mirada y estaba clavada en el mismo sujeto quien ahora nos veía ambos, levantó su copa, luciendo sus pulseras de oro, en forma de saludo asintió con una sonrisa perversa en su rostro. Y supe que algo no andaba bien... 

—¡¿Lo conoces?! —Grité para que me escuchará, pero sólo me sacó de ese lugar casi a empujones.

—¡Sube al auto! Te dije que no vinieras.

Me subí enfadada, él también lo estaba pero parecía nervioso. Extraño en él. Solía ser muy seguro pero algo había cambiado. Comenzó a conducir a gran velocidad alejándonos de ese lugar.

—Sólo quería divertirme, en unos meses mi vida va a cambiar y no podré salir por las noches... —Sollocé, siempre era débil cuando discutía con él.

—¡No debiste venir, maldición!

Su voz gruesa y fuerte me hizo sobre saltar haciendo que unas lágrimas se deslizaran por mis mejillas. Nunca me había hablado de esa forma, su actitud me asustaba, sus manos apretaban fuerte el volante, sin perder de vista un sólo segundo la carretera.

—¿Por qué me haces esto? ¡Ya te dije que sólo quería divertirme!

Golpeó el volante frustrado, intentaba marcarle a alguien pero este nunca contestó. Él no sólo estaba enojado conmigo, aquí pasaba otra cosa. La velocidad en la que iba me estaba poniendo el doble de nerviosa, había pocos vehículos y ninguno detrás de nosotros. Sus músculos se fueron relajando al verme de reojo, nunca le gustó verme llorar y sabía que estaba enterado de lo aterraba que estaba por su reacción.

—Porque te amo y no quiero que te pase nada, eres mi vida. ¡Sólo quiero protegerte!

Sus palabras hicieron un eco en mi cabeza. Había dejado de ver la carretera para verme a los ojos, sus ojos verdes claros me mostraban la sinceridad en sus palabras y yo lo sabía por qué también lo amaba. De algún modo sentí tranquilidad pero no nos duró mucho...

Todo pasó tan rápido y cuando me di cuenta un camión contenedor se saltaba un semáforo e iba directo a nosotros.

—¡Maldición! 

Solo pude observar las luces del camión. Íbamos a chocar contra él. Trató de maniobrar el auto pero fue imposible. Sólo sentí su cuerpo protegerme, susurro un Te amo... cerré los ojos al sentir el impacto y la oscuridad se hizo presente en mí. 

Mis ojos se abrieron pesadamente, no podía moverme. Trataba de mantenerme despierta pero no podía abrir los ojos, era como si estuviesen sellados o muy cansados.

Los recuerdos llegaron a mi mente, Aden sacándome del club, conduciendo a gran velocidad, sus palabras y el camión...

—¡Aden! —Grité al incorporarme en una camilla. Me sentí desorientada por un minuto. Estaba en un hospital, las enfermas salieron corriendo seguramente en busca del doctor, sentí un dolor fuerte en la cabeza y en mi vientre.

Una Mentira Por AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora